Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

viernes, 21 de abril de 2023

Romy Schneider, la emperatriz del cuento de “Sissi”. La artista, su mito y su trágico destino: Una vida marcada por la tragedia"

Romy Schneider en un semblante cándido y feliz, en las dos imágenes
superiores, en su primera etapa. Visible y evidente la mirada y el aspecto
desilusionado y triste en las imágenes inferiores.
De aquella frase que dijo:"No soy nada en la vida, pero lo soy todo en la pantalla", descubrimos cómo vio el desencanto y el fracaso de su vida personal y cómo se volcó por entero a su oficio en el cine, quizá para compensar sus frustraciones. 

"El talento solo es una cuestión de amor a tu oficio". En esta cita suya, dice mucho de su esfuerzo en sus dotes para la interpretación. 

"La vida es más cruel en la realidad, cuando la vives, que cuando la ves contada en la pantalla".

"En París soy la mujer más feliz del mundo. No existe una ciudad como ésta para vivir la vida", decía después de vivir uno de sus dramas,quizá porque deseaba rememorar en su "amado París" el escenario de sus buenos recuerdos. 

"Nadie es capaz de descifrarme; ni siquiera yo pude entenderme alguna vez, aunque supongo que fue porque siempre supe que Alain me abandonaría"

"No hay nada más frío que un amor que se ha ido, ni nada más cruel que el olvido". Y dijo en una entrevista, refiriéndose a Alain Delón, cuando la abandonó: "No hay nada más cobarde que el amante que te deja, sin despedirte de ti, sin ni siquiera decirte nada más que una simple y fría nota".

(Romy Schneider)

Romy Schneider. Actriz germano-austriaca y nacionalizada francesa, aunque mantuvo también la alemana, nacida de nombre Rosemarie Magdalena en Viena el 23 de septiembre de 1938 y fallecida en París el 29 de mayo de 1982. De padre actor y madre actriz, tomó el apellido Schneider de su madre y el nombre Romy como diminutivo de Rosemary. Se inició en el cine a los 15 años, de la mano de su madre en la película alemana "Lilas blancas" y en la que madre e hija encabezaban el reparto en lo que era un drama romántico. Dos años después, la actriz conseguiría su popularidad al iniciar la trilogía de Sissi, encarnando el papel de Isabel de Babiera, luego Emperatriz de Austria. En total, hasta 1982, su último año de vida, rodó 63 películas.

Romy, en imágenes en "blanco y negro", en algunas de sus primera
apariciones en el cine, la última ya cuando ersua pareja de Alain Delon.
Lejos aún de atravesar el infortunio de su infeliz y dramática vida.

De aquella primera etapa en que se daría a conocer interpretando el personaje principesco de "cuento de hadas" de la saga de Sissi, la recordaríamos luego iniciando su romance en 1958 con el actor francés Alain Delon, relación que duraría hasta 1963. A partir de 1960 comenzó a trabajar en un cine más maduro y profundo, bajo la dirección de maestros como Claude,  Chabrol, Orson Welles, Federico Fellini y Luchino Visconti. En la década de los 70 se esforzó por cambiar su rol hacia un perfil más dramático. También es cierto que su vida tomó un rumbo melodramático; sus depresiones, en principio a raíz de que Delon rompiese con ella, luego su adicción al alcohol, lo que le llevó a tener una vida tan turbulenta que incluso su carrera pareció desestabilizarse. Dos matrimonios frustrados en esa década, una hija que perdió antes de nacer debido a un accidente de tráfico, su segundo marido que se suicidó en 1979 y un hijo que murió trágicamente a los 14 años en 1981, un suceso luctuoso que la marcaría durante el último año de su vida, ya que el 29 de mayo de 1982, cuando solo tenía 43 años, la encontraron muerta en su apartamento de París. Por otro lado, como no se efectuó autopsia, algo inexplicable teniendo en cuenta el misterio que rodeaba su muerte, nunca se supo si falleció debido a una crisis cardíaca causada por el estrés o por suicidio, debido ante la desesperación que padecía. (Clic sobre los títulos de los filmes y textos en azul para reproducir los vídeos y documentos)

La joven actriz en sus primeros papeles: La saga de "Sissi", "La panadera y el
emperador" y "Amoríos".
De su filmografía hay que destacar, después de su debut a los 15 años en "Lilas blancas", consu madre Magna Schneider en el reparto, y "Sueños de circo", con Lili Palmer, a los 16, una primera etapa de cine muy romántico y un tanto "empalagoso". Fueron los años de "la saga de Sissi". La serie, de producción austriaca, comienza con un musical, previo a la trilogía. Se trata de "La panadera y el emperador" y el mismo año se estrena "Sissi" (1955). Romy tenía entonces 17 años. Le siguen "Sissi emperatriz" (1956) y "El destino de Sissi" (1957), los 3 filmes protagonizados por Karlheinz Bohm,
 y su madre Magda. Todo un melodrama romántico ambientado en la corte real de Viena, con la figura del emperador Francisco José y Sissi como princesa, luego emperatriz. Al acabar la serie, Schneider tenía entonces 19 años y ese miso, en 1957, protagoniza una producción alemana, ésta también de corte romántico y con Horst Bucholz. Se trata de "Un amor de París".

En la carrera de Romy  Schneider hay un período transitorio, antes de que en 1960 se defina como una actriz de perfil dramático y que comprende esos dos últimos años de la década de los 50. Las producciones en que interviene son ya de producción francesa; Schneider ha iniciado ya su relación con Alain Delon y precisamente es "Amoríos" (1958), un drama romántico con el actor francés, quizá su trabajo más destacable. Vuelve a intervenir en algún film alemán de muy escaso nivel. Mencionaremos "Katia" (1959), otro romance, éste con Curd Jurgens, más que nada por el lucimiento de la actriz.

Romy Schneider en "El proceso", "A pleno sol", "Boccaccio 70". (De arriba a ab,ajo
de izquierda a derecha)
Romy Schneider comienza una segunda etapa en la que, abandonando su cine romántico y de "cuento de hadas", se entrega a un perfil mucho más dramático y maduro, a veces rayando un tono tan oscuro que parece como querer expresar una parte de su personalidad. La década de los 60 es realmente la que contiene sus mejores trabajos. "A pleno sol" (1960), de René Clement, con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforet, un thriller policíaco en el que, sobre todo, vemos a un Delon genial que eclipsa la belleza de las dos damas protagonistas. "Bocaccio `70" (1962), una co-producción italo-francesa en la que, a través de una comedia satírica, que se reúnen 4 episodios en clave de cuento, está dirigida por cuatro grandes directores: Y es ese mismo año cuando interviene en una de las obras maestras de Orson Welles: "El proceso". (Clic enlace con la película completa)Con un reparto de lujo, Anthony Perkins, Jeanne Moreau, Elsa Martinelly y el propio Welles, el realizador nos ofrece un drama psicológico envuelto en una intriga surrealista y que se mueve entre el exuberante posicionamiento y movimiento de la cámara de Welles, lo que lo convierte en un logro visual, y entre su extravagante interpretación, que hace de los personajes el que nos acerquemos a la atmósfera de la pesadilla que describe la novela de Franz Kafka. Precisamente Jonathan Rosenbaum escribía en el "Chicago Reade": "Welles captura con destreza la experiencia de un sueño inquietante y ligeramente histérico.".

Vemos aquí a Romy en ª El cardenal", "Las cosas de la vida", "Préstame tu marido"
y "La piscina" (De izquierda a derecha)
En 1963, Schneider destaca en el "El cardenal", una producción norteamericana dirigida por Otto Preminger. En 1964, "Préstame tu marido" (clic film completo), con Jack Lemmon y Edward G. Robinson. En 1965, "Qué tal, Pussycat?", otra comedia, ésta con Woody Allen y Peter O´Toole en el reparto. En 1966, de nuevo en la producción francesa, sobresale "La ladrona" (film completo), con Mifchel Piccoli. En 1969, cuando la actriz acaba de cumplir 30 años, a punto de entrar en un declive, debido a sus constantes depresiones, interpreta uno de sus mejores trabajos, quizá porque tenía como pareja a Alain Delon y del que no podía evitar una complicidad pasional, aunque tóxica hacia él por sentirse abandonada años atrás. Se trata de "La piscina" (clic film completo), de Jacques Deray, un drama de intriga, protagonizo también por Maurice Ronet y Jane Birkin. De sus trabajos y a comienzos de los 70, me quedo con "Las cosas de la vida", una producción francesa dirigida por Claude Sautet, un drama romántico que no fue reconocido ni valorado como se merecía, y que considero fue dirigido e interpretado impecablemente, además de Romy, por Michel Piccoli, quizá el actor con quien más a gusto se sintió Schneider. La película contaba también con una espléndida banda sonora de Philippe Sarde, cuyo "Love Theme" interpretaba además la propia Romy Schneider, aunque en solo audio, al final entre los títulos de crédito. En 1971, Sautet vuelve a dirigirla en "Max y los chatarreros", repitiendo con Piccoli, un drama de robos y atracos en clave de romance. Es indudable que Romy y Mifchel se siente a gusto en el rodaje del film. En 1972 Clautet Sautet la dirige una vez más en "Ella, yo y el otro", en esta ocasión es Yves Montand su compañero de reparto. Al igual que la película anterior, también es el compositor Sarde el encargado de poner la música para la banda sonora.

La actriz en "Ella, yo y el otro", "El tren", "Una vida de mujer", "Luis II de Babiera"
y "Testimonio de mujer". (De izquierda a derecha
)

Lo cierto es que en esos primeros años de la década de los 70, a pesar de sus crisis anímica y depresiva, Romy Schneider realiza muy buenos trabajos. "El asesinato de Trotsky" (1972), con Richard Burton y Alain Delon, dirigida por Joseph Losey. "El tren" (1973), con Jean-Louis Trintignant. "Luis II de Babiera" (1973), (clic film completo), una producción italiana que, dirigida por Luchino Visconti, nos describe una drama biográfico con un extraordinario lucimiento de ambientación y vestuario, muy propio de la mano del maestro Visconti, y que contaba con el reparto estelar de Helmut Berger, Trevor Howard, Silvana Mangano, además de Romy Schneider. Y un nuevo trabajo con su partenaire favorito, Michel Piccoli, en "El  trio infernal" (1974). Después de participar en algunos filmes relativamente notable, aunque con escasa relevancia interpretativa para la actriz, es en "Lo importante es amar", una producción italiana de 1975, en donde consigue hacer un buen trabajo, tal que le lleva a obtener el Premio César. "Mado" (1976), dirigida por Sautet y su penúltimo trabajo con Piccoli. "Una vida de mujer" (1978), también éste, su última aparición en un film de Claude Sautet, y por cuya interpretación vuelve a conseguir el César por su brillante actuación. Augustgo M. Torres dijo de ella: "... excelente actuación de Romy Schneider, en el mejor momento de su peculiar y trágica carrera.". Después, en los tres últimos años de su vida, rueda media docena de películas de las que no destaca, no por su interpretación, que sigue siendo muy meritoria a pesar de su turbulenta vida personal, sino porque, en este caso, no son títulos que sobresalieran en su filmografía. En cambio, fue "Testimonio de mujer", un drama sobre el nazismo, la más mediática que marcó su despedida en el cine, ya que un mes después del estreno, en mayo del 82, la actriz aparecería sin vida en su apartamento de París.

Son imágenes del perfil de Romy en los últimos 10 años de su carrera, tales como los de
las úlimas dos fotos, en concreto la última, de la película que hizo meses antes de morir.

Su amigo Michel Piccoli no solo fue su último compañero de rodaje, el que compartió en el film citado anteriormente, sino que fue él quien recibió una confesión muy extraña, según él mismo declararía en sus memorias "J´ái vécu mes réves" ("He vivido mis sueños") y que, recopiladas por su amigo Gilles Jacob, fueron publicadas recientemente en 2015. Aquella confesión fue como una despedida que Romy le declaró así: "... gracias por haber estado conmigo estos años tan angustiosos para mi, como un gran amigo, porque presiento que nunca más volveremos a vernos, gracias mi querido amigo"Michel sabía lo mal que se encontraba después de perder a su hijo, pero estas palabras le sorprendieron, tanto que le preguntó qué le pasaba y si podía hace algo por ella. El  caso, es que según se relata en las memorias de Piccoli, su amiga Romy ni siquiera pareció escucharle y solo le respondió con un beso y sumida en aparente tristeza se marchó sin decir más. Al poco tiempo, el actor francés quedó conmocionado al enterarse de la trágica muerte de su compañera y amiga

En parte, el desequilibrio emocional de Schneider fue motivado porque no lfue capaz d
superar el abandono que sufrió de Alain Delon y de la forma traumática que lo hizo. (Las
imágenes corresponden a la etapa de los 4 años de su romance.

De la vida sórdida y desafortunada de Romy Schneider, la periodista María B. Sánchez, del Diario El Mundo, escribe el 27 de mayo de 2022: "Con 43 años, Romy Schneider confesó que era una mujer rota y a los pocos meses se murió. (.../...) Murió de pena al no soportar el shock accidente mortal de su hijo David un año antes, cuando éste tenía 14 años. La versión oficial fue un infarto agudo de miocardio y la extraoficial una sobredosis de barbitúricos". Sànchez también se refiere, en su artículo en "El Mundo", al "síndrome del corazón roto, debido a las circunstancias emocionalmente trágicas que sufría". Es evidente que el estado de ansiedad y estrés que padecía, además de sus incontroladas adicciones, debilitaron tanto su corazón que éste se paró. Violaine de Montclos escribe en su artículo "Adieu Romy", al que también se refiere María B. Sánchez: "... ¿Suicidio o muerte accidental?. Todos interpretan, fantasean, inventan las circunstancias de este final tan cinematográfico". La misma Montclos se resiste a pensar en el suicidio y prefiere concluir que "su final fue más bien una autoinmolación gradual, lenta y acorde con su estado de ánimo y los hábitos que venía arrastrando. Dos años antes, se había suicidado su primer marido y padre de David. Enterrar también a su hijo fue "la gota que colmó el vaso" de su agonía."

Increíble cómo, ni el paso del tiempo, ni los años consumidos por su pena
y dolor, marchitaran su belleza. Era como si cada vez fuera más hermosa.

Lo cierto es que "la locura de Romy Schneder llegó tan lejos...", continúa la periodista Montclos, "...que durante el rodaje de su última película, la actriz leía en voz alta a sus compañeros de rodaje las cartas que le escribía a su hijo fallecido. Ellos la cuidaban y le escondían las botellas de alcohol, mientras ella no dejaba de repetir el nombre de David. Su compañero Michel Piccoli, viéndola al borde de la locura, llamó a su pareja para que se la llevara en un viaje lejos de Europa. Pero ella se negó, pues en su delirio, mezclando realidad y ficción, temía que David volviera y no la encontrase". Incluso hubo algún momento muy penoso en el rodaje de este último film, cuando en una de las secuencias que hacía Romy junto a un jovencísimo actor de la misma edad que su hijo fallecido y que interpreta al personaje protagonista cuando era de niño, la actriz creyó ver en él´a su hijo, Desde entonces, su amigos Michel Piccoli, viendo aquella situación tan angustiosa, no la abandonó ni un solo momento mientras duró el rodaje de la película.

De sus romances, Romy Schneider reconoce que, aparte de algún escarceo que tuvo cuando se sintió más sola, únicamente hubo un hombre en su vida, el primero, y fue al que "amó hasta la desesperación"Alain Delon; según ella misma así confesaba, y por quien intentó suicidarse cortándose las venas, cuando él la abandonó, según ella reconoce. El actor francés, que ahora se debate entre la vida y la muerte debido a un ictus cerebral, no fue capaz de asistir al funeral, pero se despidió de ella en su lecho poco después de su muerte y le hizo allí una fotografía  mientras le lloraba desconsoladamente; una foto que, según confesó años después, llevaría siempre consigo, declarando en cada entrevista que se le hacía que la recordaba como "el gran amor de su vida, el primero, el más fuerte, pero también el más triste". Luego, en otra de esas entrevistas, confesaría: "...jamás me perdonaré haberla abandonado, es una culpa que llevaré siempre conmigo".

Arriba, su imagen en la primera etapa. Debajo, la que nos mostró en los últimos años de su vida.

Es cierto que se habló de algún galanteo o devaneo de la actriz, pero no se tiene ninguna evidencia ni fotografías que probaran ninguna otra relación sentimental que no fuera su última pareja, el productor Laurent Pétin, quien supuso un gran apoyo para aliviarla del dolor de todas las desgracias y desdichas que acumulaba. Ni siquiera se dejó llevar por la ocasión de tener un affaire con alguno de sus compañeros de rodaje, algo tan común entre actores y actrices. Ni siquiera con Michel Piccoli, con quien había trabajado tantos años, a quien solo considera un hermano, incluso más que amigo. Y por cierto, según se supo de Pétin, "Al productor no le gustaba su amistad continuada con Delon, a quien consideraba una influencia tóxica para Schneider", lo que seguimos extrayendo del artículo de Sánchez, referido al que escribió Montclos, "...tanto, que a raíz de su último encuentro con el actor francés, ella empeoró notablemente y comenzó a agravarse su crisis anímica y depresiva. Y así, un  fatídico día, Laurent Petin la encontró desplomada en una butaca, absolutamente pálida y sin vida. En el suelo, apareció una carta inacabada para su hijo David. Su diario desapareció y con él, sus íntimas anotaciones y algunos de los secretos que había ido escribiendo. El forense certificó su muerte natural y no se hizo autopsia."

Distintos perfiles de Schneider en el cine. "Max y los chatararrero", debajo a la derecha
Romy Schneider
llegó a reconocerse que lo "era todo en la pantalla, pero nada en la vida", que se sentía devastada, derrotada y atrapada en una espiral de tragedia y de destrucción de si misma. Ella le dijo a una amiga suya: "Nadie es capaz de descifrarme". Y añadía "ni siquiera yo pude entenderme alguna vez, aunque supongo que fue porque siempre supe que Alain me abandonaría". Y es que Delon era un "playboy" nato, ella lo sabía y él no quiso entender el amor intenso de Romy, quien veía en él, o lo preveía, el potencial de su infidelidad. Por eso, la actriz intentó seducirle eternamente; se convirtió en el tópico del modelo a lo "femme francaise", 
 envolviendo su rostro de maquillaje y vestuario a lo Chanel,. Sin embargo, el final de su romance se convirtió en una relación tormentosa y terminó con la huida del actor. Romy, desesperada, se cortó las veces y se salvó de milagro. Y sorprende su obsesión por permanecer en la ciudad en donde se produjeron sus dramas y tragedias, cuando tal vez pudo recuperar su estabilidad emocional alejándose de París. Más aún, decía "En París soy la mujer más feliz del mundo. No existe una ciudad como ésta para vivir la vida". Quizá, se decía, buscaba rememorar sus recuerdos felices en los escenarios que vivió en la capital francesa. (Para seguir el contenido del reportaje, si no lo viera completo, haga "Clic" debajo, en "Leer más").

Fue una de las sonrisas más cautivadoras del cine. Su encanto estaba en la sugerencia diversa
de la expresión de su mirada, de sus ojos y su sonrisa. La veíamos cándida o pícara, ingenua
o sensual.; a veces, divertida; a veces, provocativa; y a veces, natural.

Se ha dicho de Romy Schneider que fue una "mujer fatal". No fue exactamente eso, sino que la fatalidad le persiguió a ella, como víctima de sus desgracias. Su vida se transformó en una sucesión de infortunios y desgracias. De sus dos matrimonios sólo logró desastres. Su primer marido, el productor Harry Meyen, de quien se divorció en 1975 cuando ella tenía 37 años, se suicidó al poro tiempo. De aquel trágico suceso, la actriz se obsesionó con el sentimiento de culpa. El segundo marido, una persona sin escrúpulos que ella tuvo como secretario, con el que en 1975 cometió el error de casarse, le hizo comprar coches de lujo y caros apartamentos, incluso hasta un yate. El resultado de estos desmanes, incluida la estafa su padre, al que no había vuelto a ver después de haberla abandonado, que le vació todo el dinero de sus cuentas, fue la ruina económica absoluta de la actriz. Finalmente, solo tuvo dos amigos que intentaron cuidarla; el productor Laurent Pétin, que estuvo con ella su último año y hasta el final de sus días, y el actor Michel Piccoli, amigo además de Pétin, que fue su "ángel de la guarda" en el rodaje de su última película, "Testimonio de mujer". Aún así, nada pudieron hacer por evitar la tragedia. Al fin y al cabo, su vida se había ido apagando lentamente, sin ilusión para nada; apenas comía y solo se dedicaba a escribir cartas a su hijo y a sus amigos hablándole de él, como si aún viviera, mientras el alcohol y los barbitúricos la iban devorando. Y un fatídico día, en mayo del 82, Laurent, su pareja, sufrió una terrible conmoción al encontrarla inerte, sin vida, en el sillón de su escritorio, sin dejar de exclamar: "por mi culpa, por no haberme quedado con ella, a su lado". Fue su triste final. Ni siquiera tuvo un funeral digno, pues "la emperatriz del cine" estaba completamente arruinada, las deudas le habían arrebatado hasta sus últimas propiedades y los gastos de su entierro tuvieron que costearlos sus más íntimos amigos, Laurent Pétin, Michel Piccoli y Luchino Visconti; además de Alain Delon, que no tuvo valor para asistir al funeral. 
    
Ángel González "Rusty Andecor"

ANEXO DE ESTE REPORTAJE.
Información adicional de la vida y fatal destino de Romy Scheider. Según se recoge del relato que Michel Piccoli, amigo de la actriz, hizo en sus memorias y que, escritas por Gilles Jacob, y amigo de Piccoli, publicó en 2015. Y según las declaraciones que hizo la actriz al periodista francés Michael Jurgs, de la revista alemana "Stern", solo un mes antes de su muerte.

Entre los ,años 70 y 71, cuando tenía 32 años, Romy se encontraba en lo cima de su belleza;
acababa de romper por segunda vez con Alain Delon, después de su rodaje en "La piscina".
En esos años había hecho dos filmes con su amigo Michel Piccoli. Precisamente, las imágenes su 
corresponden a una de las secuencias de la película "Max y los chatarreros". Sin duda, su rostro
estaba lejos ya de la candidez que aparentaban sus rasgos en sus inicio en el cine, como en "Sissi".
Su belleza entonces era más sensual y sugerente.
Romy Schneider
declaró al periodista de "Stern" que había sido "una mujer rota e infeliz". Tan ausente estaba de su realidad, perdida en sus desilusiones e infortunios, que en sus últimos años se dejó engañar por aquellos que sabían de su fortuna. Le estafó su padrastro, quien la había abandonado de niña, a ella y su madre. Y fue incluso su segundo marido, Daniel Biasini, un personaje oscuro y despreciable que había sido su secretario, quien le hizo le nombrara su representante con el fin de manejar su patrimonio, el que le timó y le llevó a la ruina, ya que la embaucó, primero para hacerle comprar apartamentos y coches de lujo, además de un costoso yate, y luego, vaciándole sus cuentas, para desaparecer con toda su fortuna,. Tal fue el desfalco que, incluso un día se encontró con que su propiedad de residencia de París había sido vendida por él y tuvo que abandonarla.

De las confidencias que Schneider contó a su amigo Michel, y que aparecen en las memorias de éste, escritas por Gilles Jacob, la actriz confesó que después de la nota que Alain Delon le dejara, abandonándola y con estas palabras: ªMe voy a México con Nathalie. Mil cosas", ella, en pleno shock, se intentó suicidar cortándose las venas. En tal estado se encontraba que incluso un día se presentó en el apartamento de Delon con un arma y le intentó matar. Al parecer, las "mil cosas" eran Nathalie embarazada de él. Romy sufrió tal crisis nerviosa que estuvo a punto de dejar su trabajo en los rodajes, diría Piccoli en sus memorias. Y continuaba: "Había terminado de rodar "El cardenal" en EEUU, tiempo en que estuvo separada de Delon, razón por la que Romy supuso que habría "buscado consuelo" en brazos de otra mujer"."El era así", decía. Y ello, a pesar de que tenían fijada la fecha para casarse. Pasado un tiempo, la actriz buscó recuperarse en los platós, entregándose a su trabajo del cine. Un amigo suyo, fotógrafo alemán, con el que tuvo un breve romance y en uno de sus peores momentos, la ayudó a superarse posando para él.

Son imágenes, como las anteriores, que muestran a una Romy Schneider refinada y bellísima,
con ese atractivo, entre erótico y voluptuoso, que caracterizó a la actriz en algunos de esos años.
Al poco tiempo - continúo extrayendo de los relatos biográficos- conoció a Harry Meyen, un productor también alemán y quince años mayor que ella, con el que se casó. Sin embargo éste, atormentado por su trágico pasado, víctima del exterminio nazi, por su ascendencia judía, no la ayudó a sobrellevar en nada su depresión, encontrándose tan mal, ya después de haberse divorciado la actriz de él, que éste se suicidó. Curiosa la analogía que se desarrolla den "El cardenal" con parte de su vida real, por el argumento del filme en el que el personaje de ella, sintiéndose abandonada por quien amaba, se casa con un banquero judío que también termina suicidándose cuando se ve perseguido por los alemanes y en el momento en que va a ser detenido. Además, obsesionada por tan terribles sucesos, recordó el sórdido pasado de su madre, cuando supo que fue amante del propio Hitler.

Pero el suceso más terrible al que tuvo que enfrentarse Romy Schneider, y como ya se dijo, fue el de la muerte trágica de su hijo de 14 años. Curiosamente, en las declaraciones que hace, tanto en las memorias de"su vida Piccoli como en la entrevista de Jurgs, se refiere a él como si aún viviera. Finalmente, encuentra a Laurent Pétin, un productor y amigo, 11 años menor que ella y que la protege y la cuida hasta el final, si bien fue una pareja con la que apenas convivió. En cambio, fue su compañero y amigo Michel Piccoli el depositario de todas sus confidencias. Precisamente éste, en sus memorias, se refiere a cuando te preguntaba por el motivo de su adicción al alcohol y no intentaba dejarlo. Ella le decía: "mi vida siempre ha estado perseguida por una maldición" y sólo se olvidaba de su tragedia cuando bebía y tomaba barbitúricos. Y añadía: "en mi viaje al olvido puedo soñar con la ilusión que el destino me arrebató".

En uno de esos apartamentos del centro de París, en donde la
actriz vivía con el productor Laurent Pétin, su última pareja,
fue hallada sin  vida aquel 29 de mayo de 1982
Finalmente y revisando los dos documentos que me han servido para descubrir algunas otras circunstancias dramáticas de la vida de Romy Schneider, la biografía que hizo Michael Jurgs de la última entrevista hecha a la actriz, así como lo que extraje de las memorias de Michdel Piccoli, me parece más creíble lo que se cuenta en estas últimas, no sólo por el arrogante y pretencioso relato que hace Jurgs,as al igual que el estilo parecido del guión de la película que se hizo, sino porque Piccoli lo hace desde el afecto y cercanía que él le tuvo a la actriz. Entre algunas de estas referencia, parece que ella solía insistir en que nunca quiso ser  una "estrella del cine", sino una buena actriz, pues decía "mi oficio es el de interpretar con fidelidad el personaje y no deslumbrar con mi aparición". Otra declaración que hizo Sarah Biasini, la hija que solo tenía 4 años cuando ella falleció, refiriéndose a la supuesta adicción de su madre a la bebida, fue la de que "es totalmente falso. Mi madre nunca ha sido alcohólica, todos los directores y actores que han trabajado con ella pueden confirmarlo". Michel Piccoli dijo que sólo en su último año y en los momentos más críticos y terribles que pudo ver en ella, supo que tuvo que acudir al alcohol. En sus memorias, Michel, confirmando la buena relación que le unía a Delon, añadía que, por lo que sabía de su amiga y del actor, ambos eran una pareja con personalidades muy propicias a enfrentarse; "él, orgulloso y engreído; ella, tímida y caprichosa". Además, Piccoli sabía que para Delon, Romy siempre fue su gran amor, pero nunca quiso reconocerlo. Y sabía de la debilidad y pasividad de Schneider como para negarse a buscar a Alain. Solo 
tuvieron una oportunidad en 1968 cuando rodaron "La piscina", después de haberse ya separado, y fue un fracaso por sus continuas peleas después de una breve reconciliación.

Natalie Wood y Romy Schneider. 2 vidas dramáticas y rotas muy parecidas, acabadas en tragedia
Por cierto, es curioso el parecido de las vidas dramáticas y destinos trágicos que tuvieron Romy Schneider y Natalie Wool, nacidas el mismo año y fallecidas también a sus 43 años, también marcadas por un hombre del que cada una de ellas estaban plena y locamente enamoradas, Alain Delon y Robert Wagner, por cierto, los dos aún supervivientes. Ambas
 encontraron el final de sus vidas en circunstancias extrañas. La diferencia de este paralelismo; que Natalie Wood, quizá por la influencia mediática americana, aún no está olvidada y sigue siendo actualidad en torno al misterio de su muerte; mientras que el nombre de Romy Schneider es ya desconocido, quizá porque siendo Schneider una actriz europea, fue menos "estrella" y tuvo menos repercusión mediática que Wood. Y ya para terminar, como reconocimiento y tributo al talento y personalidad de ambas actrices, me atrevería a afirmar que siempre he sentido una especial adoración hacia cada una de ellas, y ello quizá, no por su nivel interpretativo, ni por lo que representaran como mitos o estrellas del cine, sino por su trayectoria y carga dramática personal, por la inmerecida fatalidad de sus destinos que acabaron con sus vidas.

Ángel González "Rusty Andecor"

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