Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

viernes, 31 de agosto de 2018

Lana Turner. "La mujer fatal del cine", "La cortesana de Hollywood"

Lana Turner. Símbolo sexual de los años 40.
"Se dice en Hollywood que siempre se debe perdonar a tus enemigos, porque nunca se sabe cuando tendrás que trabajar con ellos"
  
"Lo único malo de los hombres es que no los tengo siempre cerca de mí". (Frase que decía mucho de su dependencia de los hombres)
  
"El sentido del humor ha sido el bálsamo de mi vida, pero ha sido reservado sólo para los más cercanos"
  
"Prefiero perder un buen pendiente que ser fotografiada sin maquillaje" (De lo que se deduce su manifiesta vanidad)
  
"Un hombre de éxito es uno que hace más dinero del que su mujer puede gastar. El éxito de una mujer es encontrar un hombre así".
  
"Mi vida ha sido una sucesión de situaciones de emergencia"

"Me gustan los hombres, pero como amigos. No quiero saber nada de romances con ellos" (Diría unos meses antes en una gala en San Sebastián cuando iba a ser galardonada con un premio a su carrera en el cine).
  
"A veces no me gusta mi apariencia, pero nunca encontré un hombre que quisiera convencerme de lo contrario desde que tenía 14 años". (Extraído de "El cartero siempre llamada dos veces").
  
(Lana Turner)
  
Su mirada turbadora, a veces inquietante, era uno
de los atractivos de su espectacular belleza. 
Lana Turner. Estadounidense, nacida en el estado Idaho el 8 de febrero de 1921, de nombre original Julia Jean Mildred Frances Turner y fallecida en Los Ángeles el 29 de junio de 1995 a los 74 años de edad, a causa de un accidente de tráfico. Hija de un minero y jugador fullero, asesinado a consecuencia de una noche de ganancias. Padeció los apuros económicos de una situación familiar en estado precario. Aunque gracias a su espectacular belleza y su físico ostentoso, tan solo a los 16 años cuando iba a clase de mecanografía, fue descubierta por un cazatalentos que la introdujo en el mundo del espectáculo. Al poco tiempo hizo un breve papel en "Ha nacido una estrella" (1937). Y en los dos años siguientes le siguieron otros papeles secundarios, aunque al parecer solo fueron para lucimiento de su agraciado físico. (Clic sobre el nombre y los títulos de filmes sobrescritos en azul tenue para enlazar con los documentos en vídeo).
   
Unos años más tarde, Lana Turner se convertiría en una actriz de éxito y su popularidad estaría presente en las carteleras de todos los cines del mundo. En 1946 "El cartero siempre llama dos veces" la lanzaría al estrellato. Un film que constituyó una de las piezas emblemáticas del "cine negro" y que revelaría a la Turner como un ejemplo interpretativo del género. La Metro Goldwyn Mayer, la productora que la descubrió y con la que rodaría la mayor parte de sus trabajos, era consciente del filón de oro que suponía explotar su contrato con ella para buscar su encasillado perfil en las películas que irían a filmarse para ese género. "Cautivos del mal", dirigida por Vicente Minnelli en 1952, sería su obra maestra. A partir de aquí y hasta principios de los 60, la actriz rueda varias producciones melodramáticas que, sin ser filmes de la calidad de los anteriores, son películas comerciales, de taquilla, debido a la popularidad del físico de Turner, a su atractiva madurez y a su perfil de mujer fatal.
   
La expresividad melodramática y sus dotes interpretativas para el rol de mujer fatal la hicieron única
en el género durante la segunda mitad de los 40 y la década de los 50, ganándose su popularidad en las
carteleras de cine de todo el mundo. 
Lo cierto es que ese encasillado de rol melodramático que se le atribuye a Lana, reiterado en la la mayoría de los papeles que interpreta en la década de los 60, comienza a hacer mella en su carrera y a desmerecer su talento. El declive como actriz se hace patente. Además, en los años 70 empieza a entregarse a la bebida y apenas come. Su delgadez se hace extrema. Más tarde, a principios de los 80, se declara católica y se entrega fervientemente a la fe religiosa. Con todo ello, comienza entonces a padecer su decadencia. 
  
Lana Turner, símbolo sexual de los años 40, considerada una de las "sex-symbols" del cine, junto con otras actrices, como Marylin Monroe, Jayne Masfield o Elizabeth Taylor, entre otras. Una personalidad emocionalmente inestable, de la que sus relaciones sentimentales lo confirmaron con sus siete matrimonios. Tres parejas en cuatro años fueron la primera prueba de ello. En 1940 se casó por primera vez y en el mismo año se separó. El año siguiente se vuelve casar y al año se divorcia. En 1943 contrae matrimonio por tercera vez y de nuevo al año se separa. Ella misma diría después: "Quise tener un marido y siete hijos, pero tuve una hija y siente maridos". Por cierto, entre el 53 y el 57 estuvo casada con Lex Barker. Además de sus maridos, la Turner mantuvo romances (que se sepa) con Howard Hughes, Clak Gable, Frank Sinatra, Victor Matute, Tirone Power, Fernando Las y Luis Miguel Dominguín.
  
Son algunos fotogramas con la imagen de Lana Turner representando distintos perfiles interpretativos
en algunos de sus mejores trabajos en el cine, desde su época más joven hasta su etapa de madurez.
Volviendo a su carrera filmográfica, después de su debut en papeles secundarios en "Ellos no olvidarán" (1937) y "Dramatic School" (1938), ya a partir de los 40 en que se inició su ascenso como actriz de éxito, su primera primera película digna de figurar en su antología es "El extraño caso del Dr. Jeckyll", un clásico de terror llevado al cine varias veces después y que en esta ocasión dirigió Victor Fleming en 1941, con Spencer Tracy e Ingrid Bergman en el reparto. En 1942 rueda la película "Senda prohibida", del director Melvyn LeRoy, y con Robert Taylor como compañero de reparto, un buen ejemplo de "cine negro" en blanco y negro envuelto en melodrama y que obtiene un Oscar con Van Heflin como actor secundario. Hasta el 45 le siguen algunos filmes que no llegaron a comercializarse en España. Es en 1946 cuando la celebridad de Lana Turner se hace evidente en nuestro país con uno de los más logrados trabajos de "cine negro" en B&N: "El cartero siempre llama dos veces", que dirige Tay Garnett y coprotagoniza John Garfield. Un ejercicio artístico de impecable cine en el que el deslumbramiento y la irresistible belleza de una mujer, como Lana, lleva a la perdición al personaje de la trama. En 1948 la actriz hace dos buenos trabajos; "La rival", con Clark Gable, dirigida por Melvyn LeRoy y "Los tres mosqueteros", con Gene Kelly y que dirige George Sidney. En 1950 vuelve al melodrama con "Su propia vida", un film de George Cukor y que coprotagoniza con Ray Milland.
  
Son fotogramas en los que vemos a Lana, a la izquierda en "Calling Dr. Kildare", un film quedó en 1939
cuando sólo tenía 18 años. Superior derecha, en "Imitación a la vida" (1959). Debajo, en "Retrato
en negro", que rodó a los 39 años. Curiosamente, aparecen dos imágenes de su personaje al teléfono.
En sus respectivos filmes fueron rodadas con una diferencia de 21 años.
Después de un breve declive en el que rueda un par de filmes mediocres, Lana Turner consigo su cota más alta en 1952 con "Cautivos del mal", una indiscutible obra maestra del cine en el que se retrata de manera insuperable "el cine dentro del cine". Uno de los mejores trabajos de Vicente Minelli y de Kirk Douglas, éste que protagoniza con la Turner el film. La película consigue varios premios, de ellos 5 Oscar, entre los que cabe destacar el de la dirección del maestro Minelli y el artístico por "el blanco y negro". A partir del 53 la trayectoria interpretativa de Lana Turner se vuelve inestable y oscura, tal vez como su propia vida, ya entonces en decadencia. En la línea reiterada de los melodramas y su reconocimiento de gran actriz solo lo salva un par de filmes, como "Vidas borrascosas" (1957), de Max Robson, con Lee Philips Arthur Kennedy en el reparto, y el que dirige Douglas Sirk, titulado "Imitación a la vida(1959), un melodrama por antonomasia y una absoluta obra maestra del género. De este film, destaco parte de la crítica que hizo Miguel Ángel Palomo, de El País: "Sirk en estado puro, en el que los espejos funcionan de nuevo como metáfora de una sociedad que hace de la doble mmoral su sustento, y de unos seres en el fondo desamparados que buscan asideros. Todo ello envuelto en un prodigio de elegancia en la puesta en escena y un irrepetible dominio dramático". Incluso, me atrevería a decir, que hay un trabajo dramático que rodó en 1960 y que fue, con toda seguridad, su último papel notable en el cine. Fue "Retrato en negro", de Michael Gordon y con Anthony Quinn en el reparto. A partir de aquí, hay una decena de películas de mediocre facturación, entre las que -si acaso- es "La mujer X" (1966) la única que cabe mencionar, y ello por su reconocido trabajo dramático en el que a sus 45 años consigue el reconocimiento de dos prestigiosos premios de cine. Su retiro definitivo se produce a principios de los 80.
  
La vida de Lana era tan parecida a algunos de los papeles que interpretaba en sus películas que, a veces,
el público y sus amigos confundían la trama y las escenas de sus filmes con la realidad de su vida.
De Lana Turner se puede decir que aunque no llegó a ser una gran actriz, el reconocimiento del público de su época, su extraordinaria belleza, tan adecuada para una clase social que gustaba de su estilo, además de su estereotipo en el cine, la convirtieron en una estrella digna de ocupar un puesto de honor en cualquier antología de las estrellas del cine de oro, y en particular en mi "Universo de las estrellas del blanco y negro".
  
E.P.Dutton publicaba."La vida de Lana y sus películas se confundían y era imposible saber quién copiaba a quien. Sus desenfrenos fueron aprovechados por la Metro Goldwin Meyer, patrono de la rubia, para crear en torno a ella una leyenda como la nueva diosa del sexo, y llenar así el trono vacante desde la muerte, en 1937, de Jean Harlow".
   
Una vida llena de amores y desamores. Relaciones que no le complacieron, ni con ninguno de sus maridos o amantes. Su adicción por el alcohol le llevó al desastre, al ser incapaz de controlar el presunto maltrato de que era víctima su hija Cheryl Crane por parte del amante de Lana, un peligroso gángster de la mafia. Cheryl con solo 15 años, en un ataque de enajenación cuando era testigo de una paliza que aquél propinaba a su madre, lo mató. La chica quedó absuelta, pero Lana no se libró del escándalo y de un circo mediático que se creó alrededor de una supuesta afición de la estrella a las prácticas sadomasoquista.
  

Su ingenuo erotismo y sus formas voluptuosas eran todo un cóctel explosivo de atracción y seducción
para los hombres que pretendían cortejarla. Son imágenes de algunos de sus filmes.
Jannine Basinger, historiadora de cine, cuenta de Lana Turner: "Compulsiva con los hombres, afirmaba "son terriblemente excitantes y cualquier muchacha que opine lo contrario es una solterona anémica, una prostituya o una santa". Mientras que Rafael Dalmau relata en "Los pecadores del cine": "Enarcaba sus cejas pintadas cuando veía uno que le gustaba; lo medía sin recato y era pródiga con su billetera, para pagar por su compañía y gozar de sus atributos fálicos. Su lista de amantes era interminable. En realidad, Lana era amoral, disfrutaba de los hombres con la inocencia de un niño que se come un helado. "Mientras estaba filmando, si veía un operario musculoso y con la ropa ajustada lo arrastraba a su camerino, porque era una auténtica devoradora de hombres"
  
La propia Lana Turner en su autobiografía cuenta que un editor de "The Hollywood Reporter", Billy Wilkerson, la descubrió en una cafetería californiana, en donde trabajaba como camarera, llevando un suéter muy ajustado, lo que le llamó la atención al resaltar de una manera provocativa su busto. Ese detalle la llevó a popularizar como "the sweater girl" ("la chica del suéter"), prenda que intencionadamente solía llevar aunque varias con tallas de menos.
   
La imagen erótica de Lana Turner era un reclamo para las carteleras y revistas de cine y para quienes
disfrutaban de su presencia. La sugerencia de su belleza y de su sensual figura enloquecía a los hombres
Según la web de Lana Turner, Wilkerson debió escribir al director Mervyn LeRoy, a quien le recomendó "echarle un vistazo" a la chica, que entonces tenía solo 16 años, -"¡Vaya par de tetas!" -exclamó LeRoy, cuando llamó a Wilkerson después de tenerla delante y en su despacho. El director hizo que la productora la contratara para hacer un pequeño papel en "Ellos no olvidarán", que fue su primera película, y en la que le cambió el nombre de Judy por Lana. Lo cierto es que la aparición de la jovencísima actriz en los estudios revolucionó al personal masculino. Su atractivo sensual y su figura voluptuosa contrastaba curiosamente con su estatura, que apenas medía 1,60. Sin embargo, era evidente; Lana Turner enloquecía a los hombres que se le acercaban, y ella lo sabía.
  
Sheryl, la hija de Lana Turner, Stompanato y Lana, pocos días
antes de cometerse el crimen.
Eric Root, amigo personal y peluquero de Lana Turner, describe la inestable vida sentimental de la estrella en "El diario privado de mi vida con Lana" que escribió en 1996, al año de su muerte. En él, Root narra muchas de las confidencias que ella le contó a él y de las que tampoco se tiene la evidencia de su certeza. Decía que "ninguna actriz que hubiera conocido lloraba como Lana; sus lágrimas le salía de las entrañas y eran como un hilo que desbordaban sus inmensos ojos azules". Con él se desahogó en más de una ocasión, entre llantos, por lo que pasó con su hija cuando mató a su amante, después de describir todo cuanto ella hizo por él cuando había sido expulsado de todas partes, incluso de Inglaterra a donde la actriz había sido invitada a un evento de cine. Una de los relatos que hace Eric Root en su diario es que Lana, en un momento de flaqueza, le confesó entre sollozos que "encontró a Stompanato, su amante, violando a su hija, por lo que no pudo evitar clavarle un cuchillo que encontró en la cocina". Como también confesó que Cheryl, su hija, asumió la culpa para evitar que su madre fuera a la cárcel, ya que tratándose de la edad en la chica se consideraría un atenuante. Y es que, tras la juicio que se celebró, el jurado no tardó ni 20 minutos en deliberar y declarar a Cheryl inocente de homicidio justificado. 
  
Su look de voluptuosidad era la marca de Lana Turner, algo que se compaginaba con su agitada vida
sentimental y con los papeles que interpretaba en sus películas.
Pero la mayor humillación que sufrió Turner se produjo a causa de la venganza de un amigo del gángster asesinado, ya que al quedar absuelta la autora del crimen, aquél le entregó a la prensa amarilla doce cartas que ella había escrito a su amante repletas de contenido de lo más obsceno y con frases llenas de lujuria y de vulgaridades. Después, con los años, ya en la década de los 60, la luz y resplandor de Lana Turner comenzó a perder brillo y a menguar su poder de diva en Hollywood. Los productores empezaron a cerrarle las puertas y directores como LeRoy, Cukor, Minnelli o Douglas Sirk, a quienes les había fascinado su perfil interpretativo, eludieron elegirla para los papeles de sus proyectos. Se dijo entonces: "Primero fue esclava y después víctima de lo único a lo que temía: la soledad", una sombra que por cierto persiguió a muchas de la grandes estrellas del dorado cine.
  
Es posible que, como muchas otras actrices de agraciado y explosivo físico, éste fuera motivo no sólo del menosprecio de su talento, sino de la fatalidad de su destino,como ocurrió en alguno de sus filmes. En cuanto a los hombres, quizá fue una mujer demasiado complicada para soportar la convivencia con ellos, con sus maridos o con sus amantes. Lana decía, precisamente de los hombres: "Seamos honestos, el aspecto físico es lo primero que me atrae. Luego, si llegas a conocer su mente, su alma y su corazón, eso es ya la guinda del pastel".
   
Dos momentos memorables en su aparición en la gala del Festival de San Sebastián, pocos meses antes
de su fallecimiento. Su premio homenaje a su carrera en el cine y la entrega de la Concha de Oro
al director Imanol Uribe.
Una de sus últimas apariciones en público fue en el Festival de San Sebastián en 1995, a sus 74 años, precisamente unos meses antes de fallecer. Lana fue invitada para entregarle el premio que homenajeaba su larga  carrera profesional. Su aparición en la gala no dejó de sorprender y entusiasmar al público ante el destello de su glamour, aún patente en su imagen, no obstante su delgadez y su visible deterioro físico, y ello debido a su conocido precario estado de salud. Los asistentes, una clase selecta del mundo del cine, presenciarían por última vez, en un evento así, la encarnación de una mujer que había tenido una vida marcada por el drama, el amor y la pasión. Su acostumbrado sentido del humor se manifestó una vez más con los guiños típicos que tanto definían su personalidad y con frases como "Me gustan los hombres, pero como amigos. No quiero saber nada de papeles con ellos".
  
Una de las imágenes que mejor define la fascinación de su
glamour, al tiempo que descubre la  belleza erótica de su
rostro y la sensualidad de su mirada.
En aquella memorable gala, para Lana Turner, fue muy ocurrente, por cierto, la declaración que hizo después: "Hoy no me volvería a casar. Con siete maridos ya tuve suficiente, aunque sí les digo que cada vez que me casaba me lo creía, porque yo era muy romántica. Después mis maridos cambiaban, venía los problemas de dinero y así terminaban los matrimonios"
  
Durante el transcurso de aquella ceremonia y entre el discurso que hizo tras la entrega de su premio, señaló: "Hollywood ha cambiado y no a mejor. Su glamour ya no existe y no volverá nunca. Hoy hay buenos directores con talento, pero copian a otros grandes realizados del pasado, como Georges Cukor. Los actores y las actrices ya no son lo mismo. No tienen lo que hace falta y van por ahí con pintas impresentables. No entienden que los actores estamos interpretando permanentemente un papel". Y en un alarde de seguridad de sí misma, terminó afirmando: "Hice todo lo que quise y lo que no hice fue porque no quise hacerlo".
  
En cuanto a la crónica negra que se cebó con la actriz, tanto por el escándalo que salpicó el asesinato de su amante en manos de su hija, como por la interminable lista de amantes que se le llegaron a atribuir, parece que algo sirvió para reparar su oscuro sino y su leyenda quedó mejor compensada. Y es que después de su último divorcio, parece que debió encontrar el apoyo de la fe. Tras una milagrosa recuperación de su enfermedad, de la que había quedado desahuciada, se convenció de que Dios, que le había dado una señal, estaba en su alma. Así lo confesó. En los últimos años de su vida solía decir: "Cada día al despertarme, siento la alegría en mi corazón y la paz en mi alma".
  
Es otra imagen de Lana, ésta con un semblante y en actitud más
ensoñadora, envuelta en una tonalidad cromático cálida, muy
cercana a los sueños solía sentir en ocasiones.
Y finalmente -porque se ha dicho mucho sobre la vida de LanaTurner, a la que se ha envuelto de una "película" real con una trama morbosa, quizá demasiado escabrosa- ¿Qué hay detrás de esa mirada tan turbadora de la fotografía anterior, la penúltima esta galería? ¿Qué podríamos adivinar o interpretar detrás del soslayo de esos ojos tan sugestivos y atrayentes? Hay... como una mezcla de deseo descarado, de intencionalidad seductora, como de "femme fatale". Pero también... esa mirada tenía como algo de... nostalgia de instantes que embriagaron su vida, de ilusión de volverlos a encontrar. Personalmente, yo veo mucho de romántica. Su amigo Eric Root relataba en su "Diario privado", en relación con las confesiones que le hacía Lana, como sentía sus desilusiones y desengaños con los hombres que habían sido sus maridos o amantes, que sólo perseguían el sexo con ella y su dinero. Root llegó a contar que el proceder de la "seducción fatal" de la actriz con los hombres, de su fascinación y descaro, era como una venganza con ellos para resarcirse el cuanto le habían hecho de sufrir. Por otra parte, Lana lo dijo en su discurso de la entrega de su premio en San Sebastián en aquel último año de su vida: "... cada vez que me casaba me lo creía, porque yo era muy romántica".
  
Y lo cierto es que... con Lana Turner, aquella rubia explosiva que comenzó como la seductora y provocativa "sweater girl", hasta convertirse en la fascinante "femme fatale" de Hollywood, se acaba una de las últimas leyendas del "star system" y uno de los viejos mitos del viejo cine de las décadas de oro del "séptimo arte".
  
Ángel González "Rusty Andecor"