Lana Turner. Símbolo sexual de los años 40. |
"Lo único malo de los hombres es que no los tengo siempre cerca de mí". (Frase que decía mucho de su dependencia de los hombres)
"El sentido del humor ha sido el bálsamo de mi vida, pero ha sido reservado sólo para los más cercanos"
"Prefiero perder un buen pendiente que ser fotografiada sin maquillaje" (De lo que se deduce su manifiesta vanidad)
"Un hombre de éxito es uno que hace más dinero del que su mujer puede gastar. El éxito de una mujer es encontrar un hombre así".
"Mi vida ha sido una sucesión de situaciones de emergencia"
"Me gustan los hombres, pero como amigos. No quiero saber nada de romances con ellos" (Diría unos meses antes en una gala en San Sebastián cuando iba a ser galardonada con un premio a su carrera en el cine).
"A veces no me gusta mi apariencia, pero nunca encontré un hombre que quisiera convencerme de lo contrario desde que tenía 14 años". (Extraído de "El cartero siempre llamada dos veces").
(Lana Turner)
"El sentido del humor ha sido el bálsamo de mi vida, pero ha sido reservado sólo para los más cercanos"
"Prefiero perder un buen pendiente que ser fotografiada sin maquillaje" (De lo que se deduce su manifiesta vanidad)
"Un hombre de éxito es uno que hace más dinero del que su mujer puede gastar. El éxito de una mujer es encontrar un hombre así".
"Mi vida ha sido una sucesión de situaciones de emergencia"
"Me gustan los hombres, pero como amigos. No quiero saber nada de romances con ellos" (Diría unos meses antes en una gala en San Sebastián cuando iba a ser galardonada con un premio a su carrera en el cine).
"A veces no me gusta mi apariencia, pero nunca encontré un hombre que quisiera convencerme de lo contrario desde que tenía 14 años". (Extraído de "El cartero siempre llamada dos veces").
(Lana Turner)
Su mirada turbadora, a veces inquietante, era uno de los atractivos de su espectacular belleza. |
Unos años más tarde, Lana Turner se convertiría en una actriz de éxito y su popularidad estaría presente en las carteleras de todos los cines del mundo. En 1946 "El cartero siempre llama dos veces" la lanzaría al estrellato. Un film que constituyó una de las piezas emblemáticas del "cine negro" y que revelaría a la Turner como un ejemplo interpretativo del género. La Metro Goldwyn Mayer, la productora que la descubrió y con la que rodaría la mayor parte de sus trabajos, era consciente del filón de oro que suponía explotar su contrato con ella para buscar su encasillado perfil en las películas que irían a filmarse para ese género. "Cautivos del mal", dirigida por Vicente Minnelli en 1952, sería su obra maestra. A partir de aquí y hasta principios de los 60, la actriz rueda varias producciones melodramáticas que, sin ser filmes de la calidad de los anteriores, son películas comerciales, de taquilla, debido a la popularidad del físico de Turner, a su atractiva madurez y a su perfil de mujer fatal.
Lo cierto es que ese encasillado de rol melodramático que se le atribuye a Lana, reiterado en la la mayoría de los papeles que interpreta en la década de los 60, comienza a hacer mella en su carrera y a desmerecer su talento. El declive como actriz se hace patente. Además, en los años 70 empieza a entregarse a la bebida y apenas come. Su delgadez se hace extrema. Más tarde, a principios de los 80, se declara católica y se entrega fervientemente a la fe religiosa. Con todo ello, comienza entonces a padecer su decadencia.
Lana Turner, símbolo sexual de los años 40, considerada una de las "sex-symbols" del cine, junto con otras actrices, como Marylin Monroe, Jayne Masfield o Elizabeth Taylor, entre otras. Una personalidad emocionalmente inestable, de la que sus relaciones sentimentales lo confirmaron con sus siete matrimonios. Tres parejas en cuatro años fueron la primera prueba de ello. En 1940 se casó por primera vez y en el mismo año se separó. El año siguiente se vuelve casar y al año se divorcia. En 1943 contrae matrimonio por tercera vez y de nuevo al año se separa. Ella misma diría después: "Quise tener un marido y siete hijos, pero tuve una hija y siente maridos". Por cierto, entre el 53 y el 57 estuvo casada con Lex Barker. Además de sus maridos, la Turner mantuvo romances (que se sepa) con Howard Hughes, Clak Gable, Frank Sinatra, Victor Matute, Tirone Power, Fernando Las y Luis Miguel Dominguín.
Lana Turner, símbolo sexual de los años 40, considerada una de las "sex-symbols" del cine, junto con otras actrices, como Marylin Monroe, Jayne Masfield o Elizabeth Taylor, entre otras. Una personalidad emocionalmente inestable, de la que sus relaciones sentimentales lo confirmaron con sus siete matrimonios. Tres parejas en cuatro años fueron la primera prueba de ello. En 1940 se casó por primera vez y en el mismo año se separó. El año siguiente se vuelve casar y al año se divorcia. En 1943 contrae matrimonio por tercera vez y de nuevo al año se separa. Ella misma diría después: "Quise tener un marido y siete hijos, pero tuve una hija y siente maridos". Por cierto, entre el 53 y el 57 estuvo casada con Lex Barker. Además de sus maridos, la Turner mantuvo romances (que se sepa) con Howard Hughes, Clak Gable, Frank Sinatra, Victor Matute, Tirone Power, Fernando Las y Luis Miguel Dominguín.
Son algunos fotogramas con la imagen de Lana Turner representando distintos perfiles interpretativos en algunos de sus mejores trabajos en el cine, desde su época más joven hasta su etapa de madurez. |
Volviendo a su carrera filmográfica, después de su debut en papeles secundarios en "Ellos no olvidarán" (1937) y "Dramatic School" (1938), ya
a partir de los 40 en que se inició su ascenso como actriz de éxito, su primera
primera película digna de figurar en su antología es "El extraño caso del Dr. Jeckyll", un clásico de terror llevado al
cine varias veces después y que en esta ocasión dirigió Victor Fleming en 1941, con Spencer Tracy e Ingrid Bergman en el reparto. En 1942 rueda la película "Senda prohibida", del director Melvyn LeRoy, y con Robert Taylor como compañero de reparto, un buen ejemplo de "cine negro" en blanco y negro envuelto en melodrama y que obtiene
un Oscar con Van Heflin como actor secundario. Hasta el 45 le siguen algunos filmes
que no llegaron a comercializarse en España. Es en 1946 cuando la celebridad de Lana Turner se hace evidente en nuestro país con uno de los más
logrados trabajos de "cine negro" en B&N: "El cartero siempre llama dos veces", que
dirige Tay Garnett y coprotagoniza John Garfield. Un
ejercicio artístico de impecable cine en el que el deslumbramiento y la
irresistible belleza de una mujer, como Lana, lleva a la
perdición al personaje de la trama. En 1948 la actriz hace dos buenos
trabajos; "La rival", con Clark
Gable, dirigida por Melvyn LeRoy y "Los tres mosqueteros", con Gene Kelly y que
dirige George Sidney. En 1950 vuelve al melodrama con "Su propia vida", un film de George Cukor y que
coprotagoniza con Ray Milland.
Después de un breve declive en el que
rueda un par de filmes mediocres, Lana Turner consigo su cota
más alta en 1952 con "Cautivos del mal", una
indiscutible obra maestra del cine en el que se retrata de manera
insuperable "el cine dentro del cine". Uno de los mejores
trabajos de Vicente Minelli y de Kirk Douglas, éste que
protagoniza con la Turner el film. La película consigue varios
premios, de ellos 5 Oscar, entre los que cabe destacar el de la dirección del
maestro Minelli y el artístico por "el blanco y
negro". A partir del 53 la trayectoria interpretativa de Lana
Turner se vuelve inestable y oscura, tal vez como su propia vida, ya
entonces en decadencia. En la línea reiterada de los melodramas y su
reconocimiento de gran actriz solo lo salva un par de filmes, como "Vidas borrascosas" (1957), de Max Robson, con Lee Philips y Arthur
Kennedy en el reparto, y el que dirige Douglas Sirk, titulado
"Imitación a la vida" (1959), un melodrama por
antonomasia y una absoluta obra maestra del género. De este film, destaco parte
de la crítica que hizo Miguel Ángel Palomo, de El
País: "Sirk en estado puro, en el que los espejos funcionan de nuevo como metáfora de una sociedad que hace de la doble mmoral su
sustento, y de unos seres en el fondo desamparados que buscan asideros. Todo
ello envuelto en un prodigio de elegancia en la puesta en escena y un
irrepetible dominio dramático". Incluso, me atrevería a decir, que hay un trabajo dramático
que rodó en 1960 y que fue, con toda seguridad, su último papel notable en el
cine. Fue "Retrato en negro", de Michael Gordon y con Anthony Quinn
en el reparto. A
partir de aquí, hay una decena de películas de mediocre facturación, entre las
que -si acaso- es "La mujer X" (1966) la única que cabe mencionar, y
ello por su reconocido trabajo dramático en el que a sus 45 años consigue el
reconocimiento de dos prestigiosos premios de cine. Su retiro definitivo se produce a principios de los 80.
De Lana Turner se puede decir que aunque
no llegó a ser una gran actriz, el reconocimiento del público de su época, su
extraordinaria belleza, tan adecuada para una clase social que gustaba de su
estilo, además de su estereotipo en el cine, la convirtieron en una estrella
digna de ocupar un puesto de honor en cualquier antología de las estrellas del
cine de oro, y en particular en mi "Universo de las estrellas del
blanco y negro".
E.P.Dutton publicaba."La vida de
Lana y sus películas se confundían y era imposible saber quién copiaba a quien.
Sus desenfrenos fueron aprovechados por la Metro Goldwin Meyer, patrono de la
rubia, para crear en torno a ella una leyenda como la nueva diosa del sexo, y llenar
así el trono vacante desde la muerte, en 1937, de Jean Harlow".
Una vida llena de amores y desamores. Relaciones que no le complacieron, ni con ninguno de sus maridos o amantes. Su adicción por el
alcohol le llevó al desastre, al ser incapaz de controlar el presunto maltrato
de que era víctima su hija Cheryl Crane por parte del amante de Lana, un peligroso
gángster de la mafia. Cheryl con solo 15 años, en un ataque de enajenación
cuando era testigo de una paliza que aquél propinaba a su madre, lo mató. La
chica quedó absuelta, pero Lana no se libró del escándalo y de un circo mediático que se creó alrededor de una supuesta afición de la estrella a las prácticas sadomasoquista.
Su ingenuo erotismo y sus formas voluptuosas eran todo un cóctel explosivo de atracción y seducción para los hombres que pretendían cortejarla. Son imágenes de algunos de sus filmes. |
Jannine Basinger, historiadora de cine, cuenta de Lana
Turner: "Compulsiva con los hombres, afirmaba "son terriblemente
excitantes y cualquier muchacha que opine lo contrario es una solterona
anémica, una prostituya o una santa". Mientras que Rafael
Dalmau relata en "Los pecadores del cine":
"Enarcaba sus cejas pintadas cuando veía uno que le gustaba; lo medía
sin recato y era pródiga con su billetera, para pagar por su compañía y gozar
de sus atributos fálicos. Su lista de amantes era interminable. En realidad,
Lana era amoral, disfrutaba de los hombres con la inocencia de un niño que se
come un helado. "Mientras estaba filmando, si veía un operario musculoso y
con la ropa ajustada lo arrastraba a su camerino, porque era una auténtica
devoradora de hombres"
La propia Lana Turner en su
autobiografía cuenta que un editor de "The Hollywood Reporter", Billy Wilkerson, la
descubrió en una cafetería californiana, en donde trabajaba como camarera,
llevando un suéter muy ajustado, lo que le llamó la atención al resaltar de una
manera provocativa su busto. Ese detalle la llevó a popularizar como "the sweater girl" ("la chica del suéter"), prenda
que intencionadamente solía llevar aunque varias con tallas de menos.
Según la web de Lana Turner, Wilkerson debió escribir
al director Mervyn LeRoy, a quien le recomendó "echarle un
vistazo" a la chica, que entonces tenía solo 16 años, -"¡Vaya
par de tetas!" -exclamó LeRoy, cuando llamó
a Wilkerson después de tenerla delante y en su despacho. El director hizo
que la productora la contratara para hacer un pequeño papel en "Ellos
no olvidarán", que fue su primera película, y en la que le cambió el
nombre de Judy por Lana. Lo cierto es que la
aparición de la jovencísima actriz en los estudios revolucionó al personal
masculino. Su atractivo sensual y su figura voluptuosa contrastaba curiosamente
con su estatura, que apenas medía 1,60. Sin embargo, era evidente; Lana
Turner enloquecía a los hombres que se le acercaban, y ella lo sabía.
Sheryl, la hija de Lana Turner, Stompanato y Lana, pocos días antes de cometerse el crimen. |
Eric Root, amigo
personal y peluquero de Lana Turner, describe la inestable
vida sentimental de la estrella en "El diario privado de mi vida
con Lana" que escribió en 1996, al año de su muerte. En él, Root narra muchas
de las confidencias que ella le contó a él y de las que tampoco se tiene la evidencia
de su certeza. Decía que "ninguna actriz que hubiera conocido lloraba como
Lana; sus lágrimas le salía de las entrañas y eran como un hilo que desbordaban
sus inmensos ojos azules". Con él se desahogó en más de una ocasión, entre llantos, por lo que
pasó con su hija cuando mató a su amante, después de describir todo cuanto ella
hizo por él cuando había sido expulsado de todas partes, incluso de Inglaterra
a donde la actriz había sido invitada a un evento de cine. Una de los
relatos que hace Eric Root en su diario es que Lana, en un momento de flaqueza,
le confesó entre sollozos que "encontró a Stompanato, su amante, violando
a su hija, por lo que no pudo evitar clavarle un cuchillo que encontró en la
cocina". Como también confesó que Cheryl, su hija, asumió la culpa para evitar que su madre
fuera a la cárcel, ya que tratándose de la edad en la chica se consideraría un atenuante. Y es que, tras la juicio que se celebró, el jurado no tardó ni 20 minutos en deliberar y declarar a Cheryl inocente de homicidio justificado.
Su look de voluptuosidad era la marca de Lana Turner, algo que se compaginaba con su agitada vida sentimental y con los papeles que interpretaba en sus películas. |
Pero la mayor humillación que sufrió Turner se
produjo a causa de la venganza de un amigo del gángster asesinado, ya que al
quedar absuelta la autora del crimen, aquél le entregó a la prensa amarilla
doce cartas que ella había escrito a su amante repletas de contenido de lo
más obsceno y con frases llenas de lujuria y de vulgaridades. Después, con
los años, ya en la década de los 60, la luz y resplandor de Lana Turner comenzó a perder brillo y a menguar su poder de diva en Hollywood. Los productores empezaron a cerrarle las puertas y directores como LeRoy, Cukor, Minnelli o Douglas Sirk, a quienes les había fascinado su perfil interpretativo, eludieron elegirla para los papeles de sus proyectos. Se dijo entonces: "Primero fue
esclava y después víctima de lo único a lo que temía: la soledad", una
sombra que por cierto persiguió a muchas de la grandes estrellas del dorado
cine.
Es posible que, como muchas otras actrices de agraciado y explosivo físico, éste fuera motivo no sólo del menosprecio de su talento, sino de la fatalidad de su destino,como ocurrió en alguno de sus filmes. En cuanto a los hombres, quizá fue una mujer demasiado complicada para soportar la convivencia con ellos, con sus maridos o con sus amantes. Lana decía, precisamente de los hombres: "Seamos honestos, el aspecto físico es lo primero que me atrae. Luego, si llegas a conocer su mente, su alma y su corazón, eso es ya la guinda del pastel".
Es posible que, como muchas otras actrices de agraciado y explosivo físico, éste fuera motivo no sólo del menosprecio de su talento, sino de la fatalidad de su destino,como ocurrió en alguno de sus filmes. En cuanto a los hombres, quizá fue una mujer demasiado complicada para soportar la convivencia con ellos, con sus maridos o con sus amantes. Lana decía, precisamente de los hombres: "Seamos honestos, el aspecto físico es lo primero que me atrae. Luego, si llegas a conocer su mente, su alma y su corazón, eso es ya la guinda del pastel".
Una de sus últimas apariciones en público fue en el Festival de
San Sebastián en 1995, a sus 74 años, precisamente unos meses antes de
fallecer. Lana fue invitada para entregarle el premio que homenajeaba su
larga carrera profesional. Su aparición en la gala no dejó de sorprender y entusiasmar al público ante el destello de su glamour, aún patente en su imagen, no obstante su
delgadez y su visible deterioro físico, y ello debido a su conocido precario estado de
salud. Los asistentes, una clase selecta del mundo del cine, presenciarían por
última vez, en un evento así, la encarnación de una mujer que había tenido una
vida marcada por el drama, el amor y la pasión. Su acostumbrado sentido del
humor se manifestó una vez más con los guiños típicos que tanto definían su
personalidad y con frases como "Me gustan los hombres, pero como
amigos. No quiero saber nada de papeles con ellos".
Una de las imágenes que mejor define la fascinación de su glamour, al tiempo que descubre la belleza erótica de su rostro y la sensualidad de su mirada. |
En aquella memorable gala, para Lana Turner, fue muy ocurrente,
por cierto, la declaración que hizo después: "Hoy no me volvería a
casar. Con siete maridos ya tuve suficiente, aunque sí les digo que cada vez
que me casaba me lo creía, porque yo era muy romántica. Después mis maridos
cambiaban, venía los problemas de dinero y así terminaban los matrimonios".
Durante el transcurso de aquella ceremonia y entre el discurso que hizo tras la entrega de su premio, señaló: "Hollywood ha cambiado y no a mejor. Su glamour ya no existe y no volverá nunca. Hoy hay buenos directores con talento, pero copian a otros grandes realizados del pasado, como Georges Cukor. Los actores y las actrices ya no son lo mismo. No tienen lo que hace falta y van por ahí con pintas impresentables. No entienden que los actores estamos interpretando permanentemente un papel". Y en un alarde de seguridad de sí misma, terminó afirmando: "Hice todo lo que quise y lo que no hice fue porque no quise hacerlo".
Durante el transcurso de aquella ceremonia y entre el discurso que hizo tras la entrega de su premio, señaló: "Hollywood ha cambiado y no a mejor. Su glamour ya no existe y no volverá nunca. Hoy hay buenos directores con talento, pero copian a otros grandes realizados del pasado, como Georges Cukor. Los actores y las actrices ya no son lo mismo. No tienen lo que hace falta y van por ahí con pintas impresentables. No entienden que los actores estamos interpretando permanentemente un papel". Y en un alarde de seguridad de sí misma, terminó afirmando: "Hice todo lo que quise y lo que no hice fue porque no quise hacerlo".
En cuanto a la crónica negra que se cebó con la actriz, tanto por el escándalo que salpicó el asesinato de su amante en manos de su hija, como por la interminable lista de amantes que se le llegaron a atribuir, parece que algo sirvió para reparar su oscuro sino y su leyenda quedó mejor compensada. Y es que después de su último divorcio, parece que debió encontrar el apoyo de la fe. Tras una milagrosa recuperación de su enfermedad, de la que había quedado desahuciada, se convenció de que Dios, que le había dado una señal, estaba en su alma. Así lo confesó. En los últimos años de su vida solía decir: "Cada día al despertarme, siento la alegría en mi corazón y la paz en mi alma".
Es otra imagen de Lana, ésta con un semblante y en actitud más ensoñadora, envuelta en una tonalidad cromático cálida, muy cercana a los sueños solía sentir en ocasiones. |
Y finalmente -porque se ha dicho mucho sobre la vida de LanaTurner, a la que se ha envuelto de una "película" real con
una trama morbosa, quizá demasiado escabrosa- ¿Qué hay detrás de esa
mirada tan turbadora de la fotografía anterior, la penúltima esta galería? ¿Qué
podríamos adivinar o interpretar detrás del soslayo de esos ojos tan sugestivos
y atrayentes? Hay... como una mezcla de deseo descarado, de
intencionalidad seductora, como de "femme fatale". Pero también... esa mirada tenía como algo de...
nostalgia de instantes que embriagaron su vida, de ilusión de volverlos a
encontrar. Personalmente, yo veo mucho de romántica. Su amigo Eric Root relataba en su "Diario privado", en relación con las confesiones que le hacía Lana, como sentía sus desilusiones y desengaños con los hombres que habían sido sus maridos o amantes, que sólo perseguían el sexo con ella y su dinero. Root llegó a contar que el proceder de la "seducción fatal" de la actriz con los hombres, de su fascinación y descaro, era como una venganza con ellos para resarcirse el cuanto le habían hecho de sufrir. Por otra parte, Lana lo dijo en su discurso de la entrega
de su premio en San Sebastián en aquel último año de su vida: "...
cada vez que me casaba me lo creía, porque yo era muy romántica".
Y lo cierto es que... con Lana Turner, aquella rubia explosiva que comenzó como la seductora y provocativa "sweater girl", hasta convertirse en la fascinante "femme fatale" de Hollywood, se acaba una de las últimas leyendas del "star system" y uno de los viejos mitos del viejo cine de las décadas de oro del "séptimo arte".
Y lo cierto es que... con Lana Turner, aquella rubia explosiva que comenzó como la seductora y provocativa "sweater girl", hasta convertirse en la fascinante "femme fatale" de Hollywood, se acaba una de las últimas leyendas del "star system" y uno de los viejos mitos del viejo cine de las décadas de oro del "séptimo arte".
Ángel González "Rusty Andecor"
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