Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

sábado, 14 de septiembre de 2019

Kim Novak. Una belleza sensual y misteriosa. Una "actriz de culto" en la década de los 50 y la musa predilecta de Alfred Hichcock..

Bella, enigmática y perturbadora. Así veíamos a Kim Novak
"Kim Novak: hierática, sensual y perturbadora" (De un titular de Claudio Utrera, en "La opinión de Málaga").

Frases conocidas de Kim Novak:
     
"Los momentos que siempre recordaremos llegan de repente, sin hacer ruido".
               
"Sólo tocar aquel árbol viejo fue realmente conmovedor para mi, porque al tocar esos árboles, que tienen un gran sentido del paso del tiempo, de la historia, es como si estuvieras tocando la esencia, la sustancia misma de la vida".         
            
"Un día empecé a perder la confianza en mis instintos, y es muy duro para una persona instintiva como yo".
     
"Tuve que aceptar la afrenta como el más oscuro de los sentimientos que una mujer puede sufrir". (Refiriéndose a su etapa de inicio en el cine, cuando a los 20 años sufriría el acoso y abusos del magnate de la Columbia que la contrató)
        
"Llega un momento en que nos hundimos en el pozo de nuestras miserias. Entonces vemos la verdad y comprendemos que no somos nada. Y es cuando intentamos ver las estrellas a plena luz del día" .           
     
También pudimos ver, a veces en su imagen, un halo de candidez
que nos llevaba a confiar en su aparente ingenuidad
Kim Novak. Estadounidense, nacida en Chicago el 13 de febrero de 1933 y vive actualmente en Oregón. De nombre original Marilyn Pauline Novak. Su padre, funcionario municipal de tráfico y ferroviario. Su madre, profesora. Pasó de modelo de unos grandes almacenes a ascensorista, empleada de una tienda y auxiliar de dentista. Más tarde volvió a su oficio de modelo hasta que se fue a Los Ángeles, en donde recibió clases de interpretación y tuvo que renunciar a su nombre Marilyn como artístico para quedarse en Kim Novak. Allí comenzó a trabajar en la RKO para terminar con un contrato en la Columbia, con la que rodó su primera película como protagonista junto a Fred McMurray. No recibió buen crítica por su interpretación, aunque la crítica y los productores se fijaron en su buen físico, pero sobre todo en la fotogenia de sus ojos.
               
De Kim Novak se puede decir que, sin haber sido una actriz superdotada en el talento artístico que llevó a otras de su generación a la cima del estrellato, consiguió un puesto de honor como intérprete del cine dorado de Hollywood por algunos de sus filmes. Encasillada como una belleza sensual y un sex-symbol de los 50, su halo de misterio sedujo a Alfred Hichcock, quien la adoptó como una de sus musas y logrando con ella una de sus obras maestras: "Vértigo".
    
El carismático rostro de Kim Novak, la belleza de sus
facciones y una de sus poses más habituales.
Kim Novak deslumbraba en la pantalla con su belleza y en las películas que comenzó a rodar no parecía que importara hacer grandes esfuerzos interpretativos para bordar un papel. Aún así, pronto llegaría ocasiones del lucimiento de sus dotes de actriz. "El hombre del brazo de oro" y "Picnic" serían los dos primeros ejemplos. La carrera de Novak tuvo algunos altibajos y en 1965 se retiró por unos años, coincidiendo ese mismo año al contraer matrimonio con el actor Richad Johnson. Después, aunque de nuevo incorporada a los rodajes, sólo alcanzaría un par de trabajos notables antes de llegar a la mediocridad y conformarse con uno de los personajes estelares en la serie "Falcon Crest" en la temporada de 1986-87.
             
En la filmografía de Kim Novak hay contabilizadas 27 películas que rodó, aparte de dos series y un film para televisión, en una carrera profesional que abarcó desde 1954 hasta 1991, año en que se retiró definitivamente de los platós. Fue la Columbia la que produjo la mayor parte de sus películas, comenzando por las primeras en 1954, "La casa número 322", dirigida por Richard Quine, con McMurray en el reparto, y "Phffft!", de Mark Robson y con Jack Lemmon como co-protagonista. La primera, un thriller de "cine negro", antológico en el género. En 1955 destacó "El hombre del brazo de oro", de Otto Preminger, con Frank Sinatra y Eleanor Parker como protagonistas, un drama sobre las drogas que tuvo varias nominaciones, destacándose el reconocimiento artístico de Sinatra y el de la producción en blanco y negro.
             
Tres perfiles de imagen de Novak que tal vez representan distintos aspectos de su interpretación en el
papel de sus personajes: enigmática o perturbadora, tímida o ingenua, y sensual y seductora.
En 1956 rueda dos películas. "Picnic", de Joshua Logan, con William Wolden en el reparto, polémico melodrama sureño que emerge un erotismo impropio de la época y que consigue dos Oscars de las 6 nominaciones que obtiene. "La historia de Eddy Duchin",  de George Sidney y con Tyrone Power en el reparto, un drama musical que consigue 4 nominaciones al Oscar. En el 57 vuelve a ser dirigida por George Sidney en dos producciones. Una es "Jeanne Eagels", un drama biográfico. La otra, "Pal Joey", con Frank Sinatra y Rita Hayworth, un típico musical de Broadway.
     
Kim Novak consigue la cima de su carrera en 1958 con dos clásicos en los que comparte compañero protagonista a James Stewart. Una es "Me enamoré de una bruja", una comedia romántica dirigida por Richard Quine. La otra es "Vértigo", un magnífico thriller psicológico que dirige Alfred Hichcock y que, además de ser una película de culto, está considerada por la crítica y por las encuestas del público como la gran obra maestra de Hichcock. Pablo Kurt, de Filmaffinity, se refiere a ella como "una minuciosa y compleja intriga psicológica llena de simbolismos y múltiples lecturas, un remolino insondable que te absorbe en su fascinante espiral narrativa sobre el deseo y lo idealizado". Y añade Kurt, "obsesiones circulares y vértigos ante lo desconocido o irreal, reflejados en su póster, su título, su banda sonora y no pocos hallazgos visuales de esta preciosa e hipnótica obra de arte". En definitiva, un tesoro del cine. Algo pasó para que este film no consiguiera un Oscar.
      
David Bowie y Kim Novak en el film "Gigolo" (1978)
En los años siguientes, sus cuatro últimos notables trabajos. "En mitad de la noche" (1959), melodrama dirigido por Delbert Mann y co-protagonizada por Fredric March. "Un extraño en mi vida" (1960), con Kirk Douglas en el reparto, un drama de infidelidad. "La misteriosa dama de negro" (1962), con Jack Lemmon como co-protagonista, los dos últimos filmes dirigidos por Richard Quine. "Bésame, tonto" (1964), una comedia que dirigida por Billy Wilder y con Dean Martin en el reparto.

Kim Novak comienza su declive a partir de 1965 con "The Amorous Adventures of Moll Flanders", una comedia romántica ambientada en el siglo XVIII que dirige Terence Young y con Richard Johnson en el reparto, precisamente con quien ese mismo año se casa. A partir de aquí, se produce un retiro de la actriz, quizá se plantea dejar la interpretación para siempre, pero Robert Aldrich, ejecutivo de la MGM, la convence y la dirige en "La leyenda de Lylah Clare" (1968), un drama de "cine dentro del cine", y que co-protagoniza con Peter Finch. Quizá es ésta su último trabajo destacable. Para mí, su exhibición interpretativa es brillante y, una vez más, inquietante. Después de diez años de trabajos mediocres, sólo merece la pena "Gigolo" (1979), un drama sobre el tema de la prostitución en los años 20 y que tiene el aliciente de un llamativo reparto, como es el de Marlene Dietrich, Maria Schell, Sydne Rome, David Bowie y Curd Jürgens. Además de un trabajo como actriz secundaria en "El espejo roto(1980), con Elizabeth Taylor, Angela Lansbury, Rock Hudson, Geraldine Chaplin y Tony Curtis, una impecable adaptación de una novela de Agatha Christie. Novak tenía ya aquí 47 años y su declive era evidente.
           
El descubrimiento de Kim Novak suponía una renovación del encasillamiento del perfil y la imagen de
Rita y Marilyn. Había que crear un nuevo atractivo, manteniendo la sensualidad de ambas estrellas.
La última aparición de Kim Novak en el cine se produce en 1991 en una pésima película de intriga titulada "Pasiones prohibidas". En sus trabajos para televisión, sólo merece mencionar el episodio piloto de "Alfred Hichcock presenta" (1985), en una corta aparición y en que también intervienen Melanie Griffith y Tippi Hedren. Y "Falcon Crest", la famosa serie que se inició en 1981 y que tuvo a la actriz en la temporada 86-87.
             
La oportunidad de Kim Novak, cuando la Columbia se fijó en ella, fue porque se buscaba una nueva actriz como recambio a Rita Hayworth y un nuevo brillo de imagen para renovar la de Marilyn Monroe. Y se buscaba un reclamo con el impacto de un descubrimiento. Había que innovar el perfil de la estrella de los 50. El público quería ver un rostro nuevo. La verdad es que se hicieron cientos de pruebas y la deslumbrante presencia de rostro de Marilyn Novak, como era entonces su nombre, fue la que sedujo a los productores. Sin embargo, se insistió en un nuevo nombre artístico, pues si debía renovarse la imagen no podía seguir llamándose Marilyn. La terquedad de la actriz ante la imposición cedió al cambio de nombre, pero no al apellido por el que quería conservar así su origen y su ascendencia checo-polaca.
       
La Columbia consiguió de Kim Novak una explosión de belleza y sensualidad, unido a la atracción
inquietante del secreto del mensaje oculto de la mirada de sus ojos. Mucho más que un "sex-symbol".

Todo un reto de innovación, una nueva estrella, para sustituir la imagen de Hayworth y Monroe.
Curiosa la trayectoria estelar de su carrera, que aún su buena acogida por la crítica y el público, no dio fruto en el reconocimiento de premios. Ni el impacto interpretativo de Madeleine, la mujer enigmática perseguida por Stewart en "Vértigo", ni su impresionante papel en "La leyenda de Lylah Clare", o sus sugerentes mensajes envueltos en misterio y sensualidad, fueron suficientes para conseguir una sola nominación a los Oscars. Es posible que habría influido, aunque negativamente, el atractivo de la supuesta frivolidad que mostraba y la impresión que producía cuando contemplábamos la sugerencia de su voluptuosidad. Ciertamente, los 50 y los 60, era una época en que se solía adorar de forma lasciva, a veces obscena, la imagen de la mujer rubia, agresiva de curvas y de figura "maciza", como así llamábamos. Kim Novak y su increíble atractivo era precisamente esa representación.
            
Y lo cierto es que esos encantos y su deslumbrante pelo rubio fueron los que sedujeron al público de aquellas dos décadas. Pero también fueron los que obsesionaron y cegaron a Harry Cohn, presidente de la Columbia, quien se apresuró a ganar la atención y fichar a la actriz. A él se le debe la acertada idea de cambiarle su impecable cabello ceniza por un tono parecido al color lavanda, lo que hizo transformar su atractivo en más irresistible y original.
        
Además del calificativo de la crítica de Novak como
"estrella de culto", muchos cinéfilos como yo, la hemos
visto como una actriz imprescindibles para el cine.
Se dice que el potencial sensual y el sello erótico que su imagen desprendía en los diferentes papeles que interpretaba, estaban también muy elaborados por la mano de los cineastas que la dirigieron, tales como Richard Quine, Alfred Hitchcock, Otto Preminger, Billy Wilder o George Sidney. Sin embargo, no era difícil que Novak exhibiera su rol tal y como los directores pretendían. Ellos mismos supieron muy bien favorecer la carga de sensualidad que la propia actriz poseía para conseguir cuidadosamente aquel mítico perfil que provocaba "su fría pero perturbadora sensualidad".
      
Kim Novak no ha sido considerada como una de las grandes actrices, ni siquiera una de las "divas de Hollywood". Trato injusto, a mi juicio. Pues la fascinación que desprendía en la aparición hierática, pero solemne y enigmática, en algunos de sus planos y trabajos, así como en las impresionantes interpretaciones que derrochaba en "Picnic" y "Vértigo", por no mencionar otros, como en "La leyenda de Lylah Clare" o incluso "Me enamoré de una bruja", la hizo digna de admiración y respeto al considerarla como una "estrella de culto". El propio Alfred Hichcock hizo de ella su musa predilecta. Y ello, no obstante las discrepancias que surgieron durante el rodaje de "Vértigo" entre la estrella y el director. A propósito de este film, recientemente la revista "Sight & Sound" la eligió como "la mejor película de todos los tiempos", a pesar de que en su momento fuera considerada como "un fallo dentro de la filmografía del director inglés y la actuación de Kim solo tuvo una tibia respuesta". Algo incomprensible por quienes lo entendieron así.        
      
Arriba, izquierda a derecha, a los 13 y 17 años, cuando trabajó de modelo en unos grandes almacenes. Debajo
izquierda a derecha, a los 20 años, momento en que Marilyn Novak firma su contrato en la Columbia con Harry
Cohn. Deja de ser Marilyn y para llamarse Kim. Deja su tímida e ingenua apariencia y se convierte en la presa
fácil del déspota y tirano Cohn. A la derecha, Kim no ha cumplido aún 21 años, en su primera película.
Su cambio ya es evidente. Comienza a ser la rubia sensual y despampanante. Sería su marca y perfil.
Otra cuestión, más penosa y vergonzosa, volviendo a los inicios de la carrera de la actriz, fue la sucesión de abusos que debió soportar, para conseguir llegar al éxito en su trayectoria profesional, además de que para ello ya le valían el magnetismo de su fotogenia y sus méritos artísticos. Alguna vez, en sus comienzos, confesaría que aquellos inicios fueron un infierno, pero tuvo que reprimirse, pues fue amenazada con acabar con su carrera si hablaba y no se doblegaba a las condiciones indecentes y vergonzosas que le exigían. Ella misma llegó a declarar mucho después en una entrevista: "me alejé de Hollywood en parte porque no quería enfrentarme a los acosadores y quienes me había humillado". Y añadió "tuve que ceder a la presión en vez de luchar por lo que sentía que estaba bien".
            
Sobre este tema, recogemos del "Diario Las Américas", de un artículo publicado en fecha 14 de febrero de 2018, en que se relata cómo la actriz se sumó a las víctimas del "#MeToo" y al creciente número de mujeres que sufrieron sexismos y abusos: "Novak escribió en diciembre de 2017 en su Facebook que el debate internacional desencadenado por las acusaciones de acoso y abuso sexual la removió, porque había aceptado de verdad "todos los sentimientos oscuros" experimentados en sus años de éxito. Ese dolor lo exterioriza ahora con una pintura que dice salirle del alma, que titula "Tiempo del ajuste de cuentas" y que muestra a una mujer junto al perfil de un hombre de aspecto amenazador".
              
Kim Novak, en su cara hierática, fría y distante.
Lo cierto es que cuando Novak fue celebrada en el festival de Cannes de 1956 a sus 23 años como una actriz revelación, para entonces ya había conocido "las mieles oscuras" propias del acoso y abusos de las actrices de cine. Harry Cohn, el siniestro y tirano productor de Hollywood, todopoderoso de la Columbia, cuenta Adrian Massanet, de "Espinof", "contrataba a jóvenes actrices a cambio de sexo. Marilyn Novak fue una de ellas", tal y como la misma actriz llegó a declarar en su cuenta de Facebook y a la que antes nos referíamos. Al parecer, aquel año de 1953 en su debut, cuando sólo tenía 20 años, no sólo aceptó de Cohn cambiar su nombre Marilyn por el de Kim, sino que tuvo que soportar la vergüenza de verse humillada ante los abusos del productor. Ella misma diría "tuve que aceptar la afrenta como el más oscuro de los sentimientos que una mujer puede sufrir". Y el hecho es que "se plegó a la presión de Hollywood y dejó el negocio del cine en lugar de denunciar a los acosadores". Luego continuaba Novak "Ahora ya no callaría más", añadía en "El diario Las Américas", acordándose de las jóvenes que ella misma conoció y que cayeron en depresión e intentos de suicidio.
        
Kim Novak, en su cara y perfil inquietante y perturbador, enigmático y desconcertante.
Por otra parte, también Novak tuvo que sufrir las burlas de sus antiguos compañeros y del mundillo del chisme y la farándula, cuando en una entrega de un premio en la gala de los Oscars en 2014 se cebaron con su imagen llamándola bruja y vieja, y recordándole la máscara de su rostro por el fracaso de la cirugía plástica a que debían haberla sometido. Agravio que pudo superar compensándole el grato recuerdo de la aclamación que tuvo en el año anterior en el Festival de Cannes, por el homenaje que se le dedicó; pero, sobre todo, contenta por haberse curado del cáncer de mama que había sufrido en años anteriores.
           
En cuanto a sus parejas y romances, aparte de su fallido matrimonio con el actor Richard Johnson en 1965, de quien se divorció al año siguiente, y de la relación estable con su segundo marido, el veterinario Robert Malloy desde el 76, tuvo un devaneo con el actor Michael Brandon durante el rodaje de un telefilme en 1973 y una experiencia tormentosa en 1991 con el director Mike Figgis, ya casada con Malloy, cuando rodó su última película "Pasiones prohibidas". Estas relaciones, como parejas que duraron algún tiempo.
            
Podría haber pasado por la escena de una fiesta a la que asistió
Vilallonga en la casa de Novak. Sin embargo es un momento de
rodaje de "Vértigo". Vemos muy cerca de ella a Hichcock.
Por otro lado, hay que decir que sus flirteos y amoríos furtivos fueron incontables. Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., el director Richard Quine, Glenn Ford, Ramfis Trujillo, el hijo del dictador, incluso el propio senador Robert Kennedy, fueron algunos de ellos entre otros muchos y durante los 50, cuando sólo tenía entre 23 y 25 años. Relaciones que tuvo para cuidar su trato social, decía ella misma, aparte del odioso trato que soportó de Harry Cohn, de nuevo, tras su persecución obsesiva hacia ella y hasta pocos meses que éste falleció en 1958.
        
Cumplidos ya sus treinta años, Novak fue cogiendo fama de libertina. Sus escarceos se producían en fiestas que ella o algún amigo suyo organizaban con invitados que elegía a veces al azar. El aristócrata, actor y "playboy" José Luis de Vilallonga se refiere a sus desmadres sexuales en un artículo de Manuel Román, que escribe en "Chic", cuando en una ocasión el actor fue invitado a una de las fiestas de la actriz en su casa de Los Ángeles. O quizá fue en su residencia en Monterrey.
         
No deja de ser curioso cómo ante un rostro hierático y aparentemente inexpresivo, como el de Novak,
su perfil expresivo es tan versátil como el más perfecto para su rol interpretativo.
El hecho es que Vilallonga se encontró con once hombres, sin otra mujer más que Marilyn Novak, todos gentes del cine y vividores con clase, en una animada velada en la que corría la bebida y la cocaína. Tal fue la sorpresa que éste no daba crédito a lo que veía. Al parecer, se trataba de una especie de juego sexual que terminada en una orgía. El escritor Vilallonga cuenta que ya de madrugada se hizo un sorteo y el afortunado se iba al dormitorio con Kim Novak para acostarse con ella. Así de real y sencillo. Y añadió que en otra ocasión fueron varios los que se beneficiaron del juego de Novak para ser invitados a su lecho. Vilallonga dijo entonces que no volvería a la cita al no tener ninguna ocasión de ser el afortunado en aquella extravagante "ruleta de la suerte". Lo cierto es que aquel juego era un libertino pasatiempo al que acostumbraban participar algunos de los famosos del cine y que, curiosamente, parece que se veía, no solo como algo muy normal en su élite social, sino como un signo de clase, de distinción entre la afamada colección de los "personajes" que se mueven "entre bastidores" del mundillo del cine. Se dice, sin embargo, y esto ya forma parte de la especulación, que Kim Novak utilizó este pasatiempo de desenfrenos y excesos para vengarse de las humillaciones sufridas por el trato degradante de Harry Cohn y otros poderosos de la Columbia. De alguna forma, Novak también así humillaría a sus invitados, degradándoles a la condición de objetos sexuales al manejar su líbido y sus bajos deseos con su juego.
         
Belleza, elegancia, sofisticación, sensualidad, e incluso aquella expresión enigmática de su
rostro. Todo ellos, se reunía en cada unos de los perfiles de su imagen.
Como en otros reportajes dedicados a otras estrellas del cine dorado de Hollywood, no es aquí donde tengamos que hacer balance y censura de la vida personal de Kim Novak, ni mucho menos se merecería mermar su crédito y prestigio por cuestiones de consideración e índole moral, que tan solo hemos querido hacer una referencia anecdótica a su crónica sentimental. Es su talento y sus dotes interpretativas, lo que nos interesa analizar y valorar aquí. En esa estimación, debemos recordar que Kim Novak estuvo entre las estrellas más taquilleras de los 50, aunque nunca fue nominada a un Oscar, como ya dijimos. Que luchó contra los estereotipos en que quisieron encasillarla, como la rubia atractiva y curvilínea de Hollywood, tal y como hizo Marilyn Monroe. Quizá fue ese aspecto de la belleza más fría y distante que la de la propia Monroe o la de otras actrices, lo que la hizo más interesante y carismática, más turbadora y original. Con todo eso, si la historia del "séptimo arte" se cuidara bien de estimar y valorar la carrera artística e interpretativa de los actores y actrices que hicieron el cine, sin ninguna duda pondrían a Kim Novak como una de las artistas más geniales del celuloide. Lamentablemente, ni siquiera se encuentra entre las 50 mejores actrices de la historia, aún estando considerada como la "actriz de culto" que fue.
     
La imagen de Kim Novak siempre nos asombró por la versatilidad con que nos transmitía el mensaje
de su rostro. Aunque estábamos acostumbrados a su expresión misteriosa y perturbadora, aquí la
vemos mostrando en encanto de su sonrisa. Realmente, la imagen de su rostro era todo... fascinación.
Finalmente, en una entrevista publicada en 2012 por "Sunday Telegraph", hizo esta curiosa confesión acerca de sus pensamientos relacionados con su prematuro retiro de Hollywood: "¿Hice lo correcto al irme? ¿Salí cuando debía? Ahí es cuando me pongo triste", añadía. En este sentido, recordemos cómo los analistas más prestigiosos del cine y la crítica más exigente se manifestaron en favor de las geniales apariciones en escena, con su expresión tan inquietante e insólita.
        
Actualmente, sabemos de Novak que, aunque desde su ya lejano retiro de los platós y los rodajes, se aficionó a la cría de caballos, se convirtió también en una gran artista de la pintura al óleo, y que ha expuesto en galerías de arte en numerosas ocasiones. Kim Novak es una de las pocas actrices supervivientes del cine de los 50 y aún goza de buena salud, a pesar de su avanzada edad. Sin embargo, ella misma habló de su enfermedad mental, cuando acababa de asistir por última vez a la edición del Festival de Cannes de 2013. Noticia que no dejó de sorprendernos, aunque sabíamos de sus limitaciones y que entonces achacábamos a su avanzada edad. 
                
Kim Novak, una de las actrices que, debido al especial carisma de su imagen, fue de las mas retratadas
por los pintores del género. Las pinturas de debajo,  fueron realizadas por la misma actriz.
David Martos, de ABC, en su artículo en "PlayCine" de 25 de mayo de 2013, hacía referencia a una entrevista en la ella revelaba la afección que padecía desde joven, pero sobre todo desde los últimos años que pasó en Hollywood. Kim Novak declaraba entonces con tristeza: "Ser bipolar me daba valentía, me hacía pensar algunas veces que era especial, pero otras también me generó grandes depresiones. Mi familia no tenía confianza en mi, especialmente mi padre, que pensaba que no podía hacer nada en el mundo de la actuación". Y añadía: "ahora, sin la medicación que debo tomar cada día, no podría vivir". 
              
"Kim Novak. La musa de un genio, el amor inconfesable de toda una generación". Kim Novak. Fue mucho más que un "sex-symbol". Una actriz que personificó el prototipo de la heroína hiératica, perturbadora y sensual. Una actriz que derrochó en la pantalla y en su imagen pública la genialidad de su arte y de un estilo muy especial. Una actriz que nos fascinó con la sugerencia de su mensaje de los 50 y los 60, y a quienes la vimos en el cine décadas después.
            
Ángel González "Rusty Andecor"

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