Bella, enigmática y perturbadora. Así veíamos a Kim Novak |
Frases conocidas de Kim Novak:
"Los momentos que siempre recordaremos llegan de repente, sin hacer ruido".
"Sólo tocar aquel árbol viejo fue realmente conmovedor para mi, porque al tocar esos árboles, que tienen un gran sentido del paso del tiempo, de la historia, es como si estuvieras tocando la esencia, la sustancia misma de la vida".
"Tuve que aceptar la afrenta como el más oscuro de los sentimientos que una mujer puede sufrir". (Refiriéndose a su etapa de inicio en el cine, cuando a los 20 años sufriría el acoso y abusos del magnate de la Columbia que la contrató)
"Llega un momento en que nos hundimos en el pozo de nuestras miserias. Entonces vemos la verdad y comprendemos que no somos nada. Y es cuando intentamos ver las estrellas a plena luz del día" .
También pudimos ver, a veces en su imagen, un halo de candidez que nos llevaba a confiar en su aparente ingenuidad |
De Kim Novak se puede decir que, sin haber sido una actriz superdotada en el talento artístico que llevó a otras de su generación a la cima del estrellato, consiguió un puesto de honor como intérprete del cine dorado de Hollywood por algunos de sus filmes. Encasillada como una belleza sensual y un sex-symbol de los 50, su halo de misterio sedujo a Alfred Hichcock, quien la adoptó como una de sus musas y logrando con ella una de sus obras maestras: "Vértigo".
El carismático rostro de Kim Novak, la belleza de sus facciones y una de sus poses más habituales. |
En la filmografía de Kim Novak hay contabilizadas 27 películas que rodó, aparte de dos series y un film para televisión, en una carrera profesional que abarcó desde 1954 hasta 1991, año en que se retiró definitivamente de los platós. Fue la Columbia la que produjo la mayor parte de sus películas, comenzando por las primeras en 1954, "La casa número 322", dirigida por Richard Quine, con McMurray en el reparto, y "Phffft!", de Mark Robson y con Jack Lemmon como co-protagonista. La primera, un thriller de "cine negro", antológico en el género. En 1955 destacó "El hombre del brazo de oro", de Otto Preminger, con Frank Sinatra y Eleanor Parker como protagonistas, un drama sobre las drogas que tuvo varias nominaciones, destacándose el reconocimiento artístico de Sinatra y el de la producción en blanco y negro.
Tres perfiles de imagen de Novak que tal vez representan distintos aspectos de su interpretación en el papel de sus personajes: enigmática o perturbadora, tímida o ingenua, y sensual y seductora. |
Kim Novak consigue la cima de su carrera en 1958 con dos clásicos en los que comparte compañero protagonista a James Stewart. Una es "Me enamoré de una bruja", una comedia romántica dirigida por Richard Quine. La otra es "Vértigo", un magnífico thriller psicológico que dirige Alfred Hichcock y que, además de ser una película de culto, está considerada por la crítica y por las encuestas del público como la gran obra maestra de Hichcock. Pablo Kurt, de Filmaffinity, se refiere a ella como "una minuciosa y compleja intriga psicológica llena de simbolismos y múltiples lecturas, un remolino insondable que te absorbe en su fascinante espiral narrativa sobre el deseo y lo idealizado". Y añade Kurt, "obsesiones circulares y vértigos ante lo desconocido o irreal, reflejados en su póster, su título, su banda sonora y no pocos hallazgos visuales de esta preciosa e hipnótica obra de arte". En definitiva, un tesoro del cine. Algo pasó para que este film no consiguiera un Oscar.
David Bowie y Kim Novak en el film "Gigolo" (1978) |
Kim Novak comienza su declive a partir de 1965 con "The Amorous Adventures of Moll Flanders", una comedia romántica ambientada en el siglo XVIII que dirige Terence Young y con Richard Johnson en el reparto, precisamente con quien ese mismo año se casa. A partir de aquí, se produce un retiro de la actriz, quizá se plantea dejar la interpretación para siempre, pero Robert Aldrich, ejecutivo de la MGM, la convence y la dirige en "La leyenda de Lylah Clare" (1968), un drama de "cine dentro del cine", y que co-protagoniza con Peter Finch. Quizá es ésta su último trabajo destacable. Para mí, su exhibición interpretativa es brillante y, una vez más, inquietante. Después de diez años de trabajos mediocres, sólo merece la pena "Gigolo" (1979), un drama sobre el tema de la prostitución en los años 20 y que tiene el aliciente de un llamativo reparto, como es el de Marlene Dietrich, Maria Schell, Sydne Rome, David Bowie y Curd Jürgens. Además de un trabajo como actriz secundaria en "El espejo roto" (1980), con Elizabeth Taylor, Angela Lansbury, Rock Hudson, Geraldine Chaplin y Tony Curtis, una impecable adaptación de una novela de Agatha Christie. Novak tenía ya aquí 47 años y su declive era evidente.
El descubrimiento de Kim Novak suponía una renovación del encasillamiento del perfil y la imagen de Rita y Marilyn. Había que crear un nuevo atractivo, manteniendo la sensualidad de ambas estrellas. |
La oportunidad de Kim Novak, cuando la Columbia se fijó en ella, fue porque se buscaba una nueva actriz como recambio a Rita Hayworth y un nuevo brillo de imagen para renovar la de Marilyn Monroe. Y se buscaba un reclamo con el impacto de un descubrimiento. Había que innovar el perfil de la estrella de los 50. El público quería ver un rostro nuevo. La verdad es que se hicieron cientos de pruebas y la deslumbrante presencia de rostro de Marilyn Novak, como era entonces su nombre, fue la que sedujo a los productores. Sin embargo, se insistió en un nuevo nombre artístico, pues si debía renovarse la imagen no podía seguir llamándose Marilyn. La terquedad de la actriz ante la imposición cedió al cambio de nombre, pero no al apellido por el que quería conservar así su origen y su ascendencia checo-polaca.
Curiosa la trayectoria estelar de su carrera, que aún su buena acogida por la crítica y el público, no dio fruto en el reconocimiento de premios. Ni el impacto interpretativo de Madeleine, la mujer enigmática perseguida por Stewart en "Vértigo", ni su impresionante papel en "La leyenda de Lylah Clare", o sus sugerentes mensajes envueltos en misterio y sensualidad, fueron suficientes para conseguir una sola nominación a los Oscars. Es posible que habría influido, aunque negativamente, el atractivo de la supuesta frivolidad que mostraba y la impresión que producía cuando contemplábamos la sugerencia de su voluptuosidad. Ciertamente, los 50 y los 60, era una época en que se solía adorar de forma lasciva, a veces obscena, la imagen de la mujer rubia, agresiva de curvas y de figura "maciza", como así llamábamos. Kim Novak y su increíble atractivo era precisamente esa representación.
Y lo cierto es que esos encantos y su deslumbrante pelo rubio fueron los que sedujeron al público de aquellas dos décadas. Pero también fueron los que obsesionaron y cegaron a Harry Cohn, presidente de la Columbia, quien se apresuró a ganar la atención y fichar a la actriz. A él se le debe la acertada idea de cambiarle su impecable cabello ceniza por un tono parecido al color lavanda, lo que hizo transformar su atractivo en más irresistible y original.
Además del calificativo de la crítica de Novak como "estrella de culto", muchos cinéfilos como yo, la hemos visto como una actriz imprescindibles para el cine. |
Kim Novak no ha sido considerada como una de las grandes actrices, ni siquiera una de las "divas de Hollywood". Trato injusto, a mi juicio. Pues la fascinación que desprendía en la aparición hierática, pero solemne y enigmática, en algunos de sus planos y trabajos, así como en las impresionantes interpretaciones que derrochaba en "Picnic" y "Vértigo", por no mencionar otros, como en "La leyenda de Lylah Clare" o incluso "Me enamoré de una bruja", la hizo digna de admiración y respeto al considerarla como una "estrella de culto". El propio Alfred Hichcock hizo de ella su musa predilecta. Y ello, no obstante las discrepancias que surgieron durante el rodaje de "Vértigo" entre la estrella y el director. A propósito de este film, recientemente la revista "Sight & Sound" la eligió como "la mejor película de todos los tiempos", a pesar de que en su momento fuera considerada como "un fallo dentro de la filmografía del director inglés y la actuación de Kim solo tuvo una tibia respuesta". Algo incomprensible por quienes lo entendieron así.
Otra cuestión, más penosa y vergonzosa, volviendo a los inicios de la carrera de la actriz, fue la sucesión de abusos que debió soportar, para conseguir llegar al éxito en su trayectoria profesional, además de que para ello ya le valían el magnetismo de su fotogenia y sus méritos artísticos. Alguna vez, en sus comienzos, confesaría que aquellos inicios fueron un infierno, pero tuvo que reprimirse, pues fue amenazada con acabar con su carrera si hablaba y no se doblegaba a las condiciones indecentes y vergonzosas que le exigían. Ella misma llegó a declarar mucho después en una entrevista: "me alejé de Hollywood en parte porque no quería enfrentarme a los acosadores y quienes me había humillado". Y añadió "tuve que ceder a la presión en vez de luchar por lo que sentía que estaba bien".
Sobre este tema, recogemos del "Diario Las Américas", de un artículo publicado en fecha 14 de febrero de 2018, en que se relata cómo la actriz se sumó a las víctimas del "#MeToo" y al creciente número de mujeres que sufrieron sexismos y abusos: "Novak escribió en diciembre de 2017 en su Facebook que el debate internacional desencadenado por las acusaciones de acoso y abuso sexual la removió, porque había aceptado de verdad "todos los sentimientos oscuros" experimentados en sus años de éxito. Ese dolor lo exterioriza ahora con una pintura que dice salirle del alma, que titula "Tiempo del ajuste de cuentas" y que muestra a una mujer junto al perfil de un hombre de aspecto amenazador".
Kim Novak, en su cara hierática, fría y distante. |
Kim Novak, en su cara y perfil inquietante y perturbador, enigmático y desconcertante. |
En cuanto a sus parejas y romances, aparte de su fallido matrimonio con el actor Richard Johnson en 1965, de quien se divorció al año siguiente, y de la relación estable con su segundo marido, el veterinario Robert Malloy desde el 76, tuvo un devaneo con el actor Michael Brandon durante el rodaje de un telefilme en 1973 y una experiencia tormentosa en 1991 con el director Mike Figgis, ya casada con Malloy, cuando rodó su última película "Pasiones prohibidas". Estas relaciones, como parejas que duraron algún tiempo.
Podría haber pasado por la escena de una fiesta a la que asistió Vilallonga en la casa de Novak. Sin embargo es un momento de rodaje de "Vértigo". Vemos muy cerca de ella a Hichcock. |
Cumplidos ya sus treinta años, Novak fue cogiendo fama de libertina. Sus escarceos se producían en fiestas que ella o algún amigo suyo organizaban con invitados que elegía a veces al azar. El aristócrata, actor y "playboy" José Luis de Vilallonga se refiere a sus desmadres sexuales en un artículo de Manuel Román, que escribe en "Chic", cuando en una ocasión el actor fue invitado a una de las fiestas de la actriz en su casa de Los Ángeles. O quizá fue en su residencia en Monterrey.
No deja de ser curioso cómo ante un rostro hierático y aparentemente inexpresivo, como el de Novak, su perfil expresivo es tan versátil como el más perfecto para su rol interpretativo. |
Belleza, elegancia, sofisticación, sensualidad, e incluso aquella expresión enigmática de su rostro. Todo ellos, se reunía en cada unos de los perfiles de su imagen. |
Finalmente, en una entrevista publicada en 2012 por "Sunday Telegraph", hizo esta curiosa confesión acerca de sus pensamientos relacionados con su prematuro retiro de Hollywood: "¿Hice lo correcto al irme? ¿Salí cuando debía? Ahí es cuando me pongo triste", añadía. En este sentido, recordemos cómo los analistas más prestigiosos del cine y la crítica más exigente se manifestaron en favor de las geniales apariciones en escena, con su expresión tan inquietante e insólita.
Kim Novak, una de las actrices que, debido al especial carisma de su imagen, fue de las mas retratadas por los pintores del género. Las pinturas de debajo, fueron realizadas por la misma actriz. |
"Kim Novak. La musa de un genio, el amor inconfesable de toda una generación". Kim Novak. Fue mucho más que un "sex-symbol". Una actriz que personificó el prototipo de la heroína hiératica, perturbadora y sensual. Una actriz que derrochó en la pantalla y en su imagen pública la genialidad de su arte y de un estilo muy especial. Una actriz que nos fascinó con la sugerencia de su mensaje de los 50 y los 60, y a quienes la vimos en el cine décadas después.
Ángel González "Rusty Andecor"
Where do I get that Villalonga article?
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