Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

domingo, 30 de abril de 2017

Audrey Hepburn. "La princesa de la eterna y dulce sonrisa". "La más bella de las estrellas".



Es la imagen de una escena de "Vacaciones en Roma"
Audrey Hepburn. (Clic en su nombre; homenaje musical). Británica, aunque nacida en Bruselas (1929-1993). De niña y hasta los 15 años fue bailarina. Vivió los horrores de la Guerra Mundial y tuvo una experiencia muy parecida a la de Ana Frank, en el mismo tiempo y lugar, en Holanda. Trabajó un tiempo en un musical y de pronto alguien la llamó para que hiciera una prueba de cámara con William Wyler, que iba a rodar "Vacaciones en Roma". El papel iba a ser para Elizabeth Taylor, pero Wyler quedó impresionado con la prueba y descartó a la Taylor. William Wyler llegó a decir que no había visto nunca una combinación de encanto, naturalidad y talento interpretativo. Cuando las pruebas terminaron, él grito: "Esta es nuestra chica". Luego, la conexión de Gregory Peck y Audrey Hepburn fue tan perfecta que se llegó a decir que hubo romance. Ellos lo desmintieron y Audrey explicó: "Si vas a interpretar un romance tienes que intentar sentirlo, si te conectas con tu pareja. Pero no lo lleves más allá del plató".

Después del estreno del film, Audrey ya era una gran estrella. No obstante siguió durante un tiempo trabajando en el musical que había comenzado anteriormente. En poco tiempo, la naturalidad de su belleza, su elegancia femenina y la transparencia de su personalidad la convirtieron en un símbolo de la moda, pero también de la sencillez. Y así, la Hepburn fue considerada como la actriz más cercana y querida en el mundo del cine. Gozó, además, de la amistad de la mayor parte de los compañeros que tuvo de rodaje. El Oscar a la Mejor Actriz, el único de su carrera, precisamente lo ganaría con "Vacaciones en Roma".

Aquella sonrisa de ternura, tenue, sincera, tímida y transparente (Del film "My Fair Lady")
Después vinieron títulos como "Charada" (1963)"My Fair Lady" (1964)"Cómo robar un millón" (1966), "Dos en la carretera" (1967)entre otros. (Clic en los títulos para enlaces). Es cierto que cosechó buenos amigos, más que enamorados. Rex Harrison la llamaba con cariño "mi principal dama". Cary Grant dijo de ella que "adoraba su sentido del humor" y que siempre pedía por Navidad hacer otra película con Audrey. También ella dijo de Bogart "A veces los tipos más duros resultan ser los más sensible, como Bogey lo era conmigo". Gregory Peck le rindió un homenaje en pleno funeral recitándole uno de sus poemas favoritos. Peck también dijo que nunca había conocido una persona tan fascinante como ella.

Sus ojos dulces y almendrados. Aquí, en "Charada", aquella mirada frágil y asustada
En 1961, Audrey Hepburn interpretaría el papel de su vida en "Desayuno con diamantes", aunque ella prefiriera el de "Historia de una monja". El personaje de Holly en aquel film cautivó a la crítica, a productores y al público en general. Su impecable interpretación, magnífica en un papel que en principio había sido para Marilyn Monroe, cautivó sobre todo porque, en él, su trabajo de prostituta de lujo quedaba tan difuso y sin hacer referencia alguna a su oficio en la ficción, en un perfil de ingenuidad y naturalidad y de tan entrañable sensibilidad, que todo ello le ayudó para hacerse con el título de "icono del glamour y la belleza". Aún así, no olvidemos que el mejor papel de su vida, el que hizo durante el resto de sus años, fue el de entregarse a sus labores humanitarias.


Aquella sonrisa ensoñadora, pícara y bella, sugerente y tentadora. Es una de las escenas de
"Desayuno con diamantes", cuando cantaba "Moon River" (clic en el título)
Volviendo a "Breakfast at Tiffany´s" (Clic), el film la convirtió en icono del celuloide, hay dos anécdotas curiosos y muy poco conocidas. Una es la amistad leal e inquebrantable que le profesaron, y hasta su muerte, precisamente dos de los que fueron compañeros de rodaje, muy queridos por ella: Gregory Peck y George Peppard. Del primero ya hicimos referencia. De George Peppard, se supo que el entendimiento profesional en el rodaje al principio fue difícil, aunque luego, conforme transcurría el trabajo de ambos, la relación fue exquisita y en perfecta sintonía, curiosamente con algunos coqueteos fuera de rodaje y con los que engañaron al equipo de producción, pues según ellos, aquella complicidad formaba parte de su amistad y del trato que habían convenido; complicidad que duraría toda su vida. La otra anécdota es que Henry Mancini, el autor de la banda sonora, compuso "Moon River" pensando en Audrey, y dado que ella no tenia formación musical alguna, Mancini evitó hacer variaciones complejas del tema. Luego, un ejecutivo de producción propuso eliminar la canción, manifestando que era "estúpida". Hepburn, cuando  lo supo, se enfadó bastante y dijo que el estúpido era él, añadiendo: "Por encima de mi cadáver".


El cine dijo que era "la sonrisa más hermosa del mundo". Todos nosotros dijimos que aquella
era una sonrisa... desde el corazón. (Escena de "Desayuno con diamantes")
El guionista de una de sus películas, con el que Audrey mantuvo un romance, declaró: "Audrey era hermosa, triste y romántica; nunca conseguí verla completamente feliz". Se casó dos veces y ni siquiera Mel Ferrer, su primer marido, el que más la ayudó, consiguió hacerla feliz. Durante este matrimonio, Audrey estuvo enamorada de Albert Finney (su pareja de rodaje en "Dos en la carretera"), pero éste la rechazó y, al parecer, cayó en una gran depresión. Era un "manojo de nervios", tal y como aparecía en una de las facetas del perfil de Holly, personaje de "Desayuno con diamantes" e intentaba tranquilizarse y, tal vez, aliviar su angustia melancólica, fumando tres paquetes de cigarrillos diarios. Quizá este abuso el que la llevó a padecer el cáncer por el que falleció a los 63 años.


Aquella imagen, increíblemente bella, del rostro lloroso y
 angustiado de Holly, porque está a punto de perder a
Paul, la persona de quien se da cuenta que necesita.
Inolvidable aquella frase de Audrey en este film. "Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro". Como inolvidable también la frase de Paul a Holly, cuando le dijo: "¿Sabes lo que te pasa? No tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asuste la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma". (Clic en texto de la frase)

Finalmente, no me resisto a dejar aquí alguno de los guiños de complicidad y de misivas que dirigí a "la princesa de la eterna y dulce sonrisa" en "El blog de Audrfey Hepburn", su rincón virtual, el que Rusty Andecor creó para ella (Clic en su título para entrar en él).
  
Pues de mi pluma, la de Rusty Andecor, afectada siempre por el encanto y hechizo de Audrey Hepburn, de quien se decía que fue "una estrella que no veía su propia luz", y en un post que dedicaba a la esencia que ella nos transmitía, la que nos inspiraba y que titulaba "La fascinación de Audrey Hepburn", decía así, hace ya unos años:

Fascinados por el mensaje de su mirada espontánea y de la frescura
de su sonrisa, la imagen de Audrey nos sugería... su "cara de ángel"
"Del resplandor que fluía de Audrey Hepburn y de la magia con que la envolvía, lo de menos es la excusa comercial que nos arrastra al consumismo de su icono y de todo aquello que representa. Lo que ciertamente nos fascinaba de aquella "cara de ángel" (porque eso era lo que nos sugería a quienes la "descubrimos", fascinados por el mensaje de su mirada y de su sonrisa: la frescura de su sensibilidad, la sencillez de su espontaneidad, la fuerza de su ternura, su natural elegancia y la generosidad de sus palabras que, a veces en silencio, nos expresaba el lenguaje de sus ojos.

Para mí, Audrey fue mi inspiración para entrar en esa desconocida y novedosa dimensión que jamás había conocido antes: la de la poesía. Cierto es que he sido "aprendiz de poeta" y sé que no voy a pasar de ahí, aunque por mi falta de recursos lingüísticos, entre otras razones, pero ella me enseñó a penetrar en los secretos y en los poderes de la imaginación, de la sensibilidad y de los ensueños, quizá utilizando el truco "su destello". Y me ayudó a apreciar la belleza que hay en la fragilidad, en el mensaje de la ternura, en la generosidad de la sonrisa y en la sencillez de lo natural. Y con todo eso, pude convertirme en un "componedor de versos" dedicados a mi admiración y embeleso por su destello, y ello desde la influencia de todo aquello que representaba su estilo de imagen y el encanto de su comunicación con nosotros y desde el escenario del cine.
  
Se dice que Audrel nos dejó la imagen más hermosa de todos los tiempos, además de su eterna sonrisa.
Se dice que nos dejó el destello de la bondad y belleza de su corazón.
Se dice de Audrey Hepburn, que "nos dejó, precisamente, la imagen más hermosa de todos los tiempos, que su personalidad y su estilo fueron dignos de una moda inolvidable e inmortalizada en el tiempo". Se dice de ella que "nos quedó aquella eterna sonrisa que llegó a representar un símbolo y una muestra para todas aquellas jóvenes generaciones que la imitaron, además del recuerdo de su esbelta y tenue figura, y ello para convencernos que también era un ejemplo de belleza". Pero yo pienso, y estoy convencido de ello, que "lo que más nos cautivó de su imagen, de la expresividad de su mirada y de la sinceridad de su sonrisa, fue el mensaje que salía directamente de su corazón, porque con el que nos acariciaba a todos los que la contemplábamos"

"Nadie mejor que tú para describirme los azules de ese universo de esperanzas e ilusiones"
"Nadie para enseñarme como tú, mi eterna musa, aquel color rosa de tus ensoñaciones"
En otra ocasión, en el 20 aniversario de su viaje a ese cielo en el que ella debe estar, le dejé en "su blog" este simbólico regalo:   
  
"No temas volar sobre el viento
ni dejes pintar sobre azul
la esencia y sabor de tus sueños"

Pues... "Supongo que fue un sueño que tuve una noche de delirio nostálgico, cuando fantaseaba con aquel ser maravilloso y ávido de ternura llamado Holly. No sé si fue mi juego imaginativo, el que apareció antes de perder mi consciencia, pero cuando desperté sabía que tú, mi eterna musa, mi compañera de sueños, me habías regalado esos versos, aunque yo los había escrito para ti. Nadie mejor que tú para describirme los azules de ese universo de ilusiones y de esperanzas. Nadie mejor que tú para aliviar mis inquietudes y endulzar mis desazones".

La actriz que se convirtió en icono de la elegancia
y sencillez, pero también del glamour.
"Déjame, querida mía, mi dulce Audrey, que te susurre, muy cerca de tu corazón, esos versos que una vez te compuse y que te dejé en tu rincón virtual, en ese "pequeño universo" que yo creé para ti. Guárdalos en el cofre de los regalos de tus amigos, y no olvides que nadie de los que fuimos fieles a ti te olvidamos.

"Soñé con aquel dulce sabor de tus ojos
perfumados de tristeza y de nostalgia,
fascinado por la magia de tu imagen
y por tu ingenua y tímida sonrisa".

"Y supe que estabas ahí,
en el universo de aquel sueño,
iluminado por la luz de tu mirada,
y empapado en los colores de tu cuento".
  
"Y ahora siento que te amo
y ahora sé que no soy dueño
y ahora tengo en mi esperanza
quizá, besar tu corazón risueño"  

Audrey Hepburn le debemos tanto que no estaría demás reiterarle desde aquí aquel agradecimiento que ya le hicimos en una carta para ella hace ya algún tiempo. Nuestro mensaje, difundido en su blog, decía así:
  
Nosotros sabemos que estás ahí, en tu paraíso, y que nos abres
la puerta para recibirnos con tu sonrisa, esa que alivia el dolor
y cura el desencanto, sabiendo que también nosotros te vamos
a sonreír a ti y al mundo con el que quisiste ser generosa.
"Recuerdo cómo entregaste tus últimos años para ayudar a quienes necesitaban que alguien les tendiera una mano, a ese mundo de niños desfavorecidos. Y tú se la tendiste; y fuiste la embajadora de la infancia en Unicef. Y hace tiempo entendimos porqué nos quedó esa imagen tuya en donde podemos ver reflejada la bondad de tu alma. Y entendimos porqué, muchos de nosotros, cuando vemos las miserias y las insidias de este mundo, nos acordamos de tu generosidad hacia el infortunio de esos seres tan desdichados".

Me quedo con una frase de Audrey que decía: "El amor no tiene nada que ver con aquello que esperas conseguir de quien amas, sino con lo que esperas de tu corazón al darlo". Sin olvidar las veces que dijo que la risa o la sonrisa podía curar el dolor y el desengaño. O que... la belleza de una mujer no estaba ni en el atractivo de su rostro o de su cuerpo, ni en su vestido ni en su adorno, sino en el reflejo de su alma, en el cuidado y ayuda, con su amor y pasión, con que decide dar a los demás.

Por cierto... querida Audrey... Siempre supe que estabas ahí, en la fragilidad de nuestros corazones y en la luz de nuestra débil esperanza, para animar nuestro espíritu y abrazar nuestras ilusiones. Pero... sobre todo... Siempre supe que cuando cantabas "Moon River", cantabas para mí, que seguirías mi camino y cuidarías de mis sueños, desde el "Río de Luna", desde tu destello, aquel que desde lejos me hiciste ver en tu canción.
  
"La princesa de la dulce sonrisa". La imagen más hermosa de todos los tiempos. El icono de la eleganciay sencillez, pero también del glamour. Rusty Andecor dice que "el blanco y negro de sus escenas no pudieroncon los colores de su ensoñación" (Clic en el texto para abrir un vídeo-documento)
    

lunes, 17 de abril de 2017

Ella Raines. "La fascinación de la mirada"

La fascinación de sus ojos verde-azules y la sugerencia de su cautivadora mirada no ayudaron
demasiado a Ella Raines para hacer de ella la estrella que sus dotes prometían.
Ella Raines. (Clic en su nombre). Norteamericana, nacida en Whasington (1920-1988). Fue descubierta por el productor Howard Hawks y Charles Boyer cuando se hallaba trabajando en una obra de teatro. Sin embargo, no obstante sus dotes interpretativas para el teatro, después de que Robert Siodmak la dirigiera en 1944 en "La dama desconocida", "El sospechoso" (clic, el film), en 1945 en "Pesadilla",  protagonizara luego "La araña" y tuviera un pequeño papel en "Fuerza bruta", los directores y productores no vieron en ella la genialidad de la talla de actrices como Joan Fontaine, Jennifer Jones, Lana Turner o, incluso, la de Gene Tierney, que era su más próxima contemporánea. El director Edmund Goulding le ofreció en el 1945 el papel protagonista de "El filo de la navaja", pero no sabemos si por razones de contrato o porque quizá ella rechazó el papel, éste le fue ofrecido finalmente a Gene Tierney, quien aprovechó para ganar la baza de dos filmes de éxito en los años que siguieron.

El potencial interpretativo que se esperaba de Ella Raines, tras sus primeros filmes, no se
correspondió con sus dotes de actriz de teatro. Puede que los directores no supieran extraer
el talento incipiente que debía de poseer, como demostró en sus primeros papeles.
Lo cierto es que con su envidiable planta de mujer hermosa, además de la promesa de una de las grandes divas de los 40, Ella Raines quedó prácticamente olvidada en las grandes producciones que se realizaron en aquellos años, con la excepción de un último intento en el 1949 con un film de cine negro titulado "Impact" y que dirigiera Arthur Lubin. De Ella tan solo quedó el recuerdo de la fascinación de sus ojos claros, entre verdes y azules, y la sugerencia de su cautivadora mirada. Sus trabajos quedaron relegados a películas de serie B y ninguno de sus posteriores títulos consiguieron los éxitos obtenidos en el inicio de su carrera cinematográfica, que fue decayendo paulatinamente. Solo una serie de televisión y después un show, también televisivo la mantuvo unos años en los 50, aunque fuera ya de lo que pudo ser una prometedora carrera en el cine.
  
En la "galería de estrellas", bajo el espacio de posts, se insertan las imágenes de Ella Raines sobre las que, haciendo clic, enlazan con los vídeos documentales a su tributo.


domingo, 2 de abril de 2017

Veronica Lake. "La muñeca rota de Hollywood"

La imagen carismática de Verónica Lake representó
un icono de belleza, tanto para el cine, como para
el público que se sentía seducido por su rostro.
Veronica Lake. (clic). Norteamericana, nacida en Brooklyn, Nueva York, (1922-1973). De niñez problemática, con altibajos emocionales, en la que incluso le diagnosticaron esquizofrenia paranoica. Veronica legó a ser una de las actrices más deslumbrantes y atractivas del cine de Hollywood de los años 40, la diva glamurosa de su época, la rubia despampanante del cine negro, y ello, no obstante su pequeña estatura de 1,51 m. Fue una de las imágenes más representativo del cine en blanco y negro de aquella década. Delgada, con una larga melena, cierto aire de misterio, bellísima, con un toque de fina ironía, consiguió ser una de las actrices más carismáticas para representar el perfil y papel de una de esas mujeres que aparecen al cuarto de hora de metraje, fumando y bebiendo en un club de jazz, lejos de ser la esposa ideal americana, pero sin ser mala del todo.
  
Verónica obtuvo el éxito de su glamour en un corto período de tiempo, muy especialmente, debido a su interminable y turbadora melena dorada, que caía encima de la parte derecha de su cara y que en ocasiones ocultaba su ojo en ese lado de su cara. Su estilo de peinado fue imitado por gran parte de la población femenina, no solo americana, sino de todo el mundo. Hay un detalle muy curioso en el impacto que representó aquel éxito glamuroso de Verónica, y es que en aquel proceso de liberación de la mujer, el comienzo de su independencia económica, la posibilidad de decidir por ellas mismas, su lucha por la libertad sexual, la población femenina encontró en ella una imagen en la que quería verse reflejada, pues ella representaba un tipo de mujer liberada, decidida e independiente. Por otra parte, la belleza y clase fue admirada por hombres, como los magnates Onassis y Howard Hughes, o actores como Marlon Brando.
El mechón de su dorada melena era, en parte, un reclamo
para sus personajes en el cine e, incluso, en la población
femenina americana que imitaba su peinado.
Luego, aquella carismática imagen, con su larga melena y su mechón dorado desapareció. Y es que su influencia en la mujer americana fue problemática; las operarias de las fábricas, imitando el peinado, tapaban un ojo con su mechón y se producían accidentes. El Departamento de Guerra de EE.UU. prohibió el peinado y exigió a los estudios de cine que Verónica cambiara su peinado. La decisión fue una tragedia en la carrera de la actriz, pues al cortarse el cabello la Lake perdió toda su esencia y glamour. También, a partir de entonces, comenzó a tener serios problemas con el alcohol; su carácter se hizo insoportable y algunos actores se negaban a trabajar con ella. "La rubia de Hollywood" pasó a tener mala reputación en el mundo del cine y los productores no volvieron a ofrecerle la excelencia de los papeles que había protagonizado en otros films.
  
Años más tarde al comienzo de esa lamentable decadencia Verónica diría "Nunca me di cuenta de que había comenzado a deslizarme por la pendiente y que seguiría cayendo por ella, hasta no poder evitar la tragedia de la caída. Yo pensaba que nada  podía perjudicarme, veía mi carrera llena de prosperidad, pero todo me llevó a un abismo". La vida de la actriz se fue alejando de los rodajes y así fue como buscó un refugio en el consuelo de la bebida. El alcohol se apoderó de su vida y ello le provocó su ruina económica y un deterioro mental y físico que la obligó a esconderse de su público. Durante un tiempo nada se supo de ella; un periodista la encontró trabajando de camarera en un restaurante de ínfima clase. Cuando pudo recuperarse, aún así, su declive fue imparable.
   
Verónica Lake y Alan Ladd formaron una de las parejas más
míticas del cine negro en los
 años 40. Es una escena de "La
dalia azul" y 
es el momento en que él le dice a ella: "Todo
hombre te ha visto alguna vez... lo difícil es encontrarte"
 

(Clic en el texto de la frase)
Verónica Lake fue probablemente la actriz que marcó el mayor calificativo de lo que llamaron "la muñeca rota de Hollywood", más aún que lo fuera mucho después Marilyn Monroe por la tragedia de su vida. La más rutilante estrella que tuvo entonces el cine, aquella imagen gélida y despreciativa hacia sus personajes que la acompañaban en la pantalla, convertida primero en mera anécdota y luego en un despojo humano, había sido, nada más y nada menos, que una hermosas mujer que tuvo por un tiempo la gloria y la magia en el mundo del celuloide, ahora derrotada por la bebida.
  
De su legado artístico nos queda algunos clásicos inolvidables del cine negro. Su trayectoria comenzó cuando firmó un contrato de 8 años con la Paramount y se inició su carrera meteórica de "mujer fatal". En 1941 deslumbró con "Vuelo de águilas" y "Los viajes de Sullivan". En el 42 le siguió "Me casé con una bruja", film de René Clair, cuya presencia carismática anuló al actor Fréderic March. Después llegó su éxito al encontrar la pareja perfecta de cine con Alan Ladd en películas como "La llave de cristal" y "Contratado para matar", ambas también del 42. La pareja fue portada de revista de la época y en su éxito ayudó mucho el parecido de la baja estatura de Alan y Verónica; él 1,65, ella 1,51. Más tarde en el 45, su mayor éxito, "La dalia azul", también con Alan Ladd, obra maestra del cine negro. (Clic en los títulos de films marcados).
   
Verónica Lake fue la reina del glamour del cine de los 40.
La decadencia de su carrera la marcó, primero el olvido
de sus productores cuando desaprovecharon su potencial
interpretativo, luego su caída en la bebida.
Lo cierto es que Verónica Lake fue un producto más de Hollywood, creado para describir a la mujer enigmática que aparece como una suntuosa y elegante vampiresa deslizándose por la pantalla de una forma casi etérea, cubierta de vestidos de seda o de raso, con el rostro semicubierto por aquel mechón aterciopelado; a veces lánguida, con sus ojos entornados, y que cuando se dejaba ver por completo revelaba toda su atractiva seducción. De Verónica se dice que el personaje creado para ella fue poco a poco absorbiéndola, sin que ni siquiera ella misma se percatara. Pero también se dijo que fue tan limitado el papel que los productores dieron a la artificialidad del personaje que le crearon, sin aportar más recursos a su perfil interpretativo, que anularon el potencial de su talento para otros trabajos. Quizá fue algo parecido a lo que le ocurrió a Marilyn Monroe, para la que se la encasillaba siempre en el mismo tipo de papel y personajes. Pero así funcionaba la era dorada del Hollywood de entonces, en que las estrellas se fabricaban a base de publicidad y del invento de historias y rumores sobre ellas.
  
La revista Life la declaró la artista más taquillera de la historia hasta entonces. Cobraba 5.000 dólares semanales. Una consulta a la población americana la convirtió en la estrella femenina más popular. Ella mismo dijo: "En aquel tiempo nadie podía llegar más alto". Como anécdota; en el sur del Pacífico hay una isla llamada "Verónica"; fue el nombre que le pusieron en honor de de Veronica Lake los marines americanos cuando en la Segunda Guerra Mundial la descubrieron. Por cierto, el chico solía decir entonces, con admiración a su chica: "Eres más hermosa que Verónica Lake".
  
Debajo, en la "galería de las estrellas", más imágenes de Verónica Lake con los enlaces para entrar en los documentales a su tributo y algunas de las escenas de sus films.(Clic en sus fotos).
  
La estrella de los cabellos y mechón dorados. "La rubia del cine negro". Inolvidable la frase:Alan Ladd le dice a Verónica Lake: "Todo hombre te ha visto alguna vez... lo difícil es encontrarte"("La dalia azul" - Clic en la imagen)