La imagen carismática de Verónica Lake representó un icono de belleza, tanto para el cine, como para el público que se sentía seducido por su rostro. |
Veronica Lake. (clic). Norteamericana, nacida en Brooklyn, Nueva York, (1922-1973).
De niñez problemática, con altibajos emocionales, en la que incluso le
diagnosticaron esquizofrenia paranoica. Veronica legó
a ser una de las actrices más deslumbrantes y atractivas del cine de Hollywood de los años 40, la
diva glamurosa de su
época, la rubia despampanante del cine negro, y ello, no obstante su pequeña estatura de 1,51 m. Fue una de las imágenes más
representativo del cine en blanco y negro de aquella década. Delgada, con una larga melena,
cierto aire de misterio, bellísima, con un toque de fina ironía, consiguió ser
una de las actrices más carismáticas para representar el perfil y papel de una
de esas mujeres que aparecen al cuarto de hora de metraje, fumando y bebiendo
en un club de jazz, lejos de ser la esposa ideal americana, pero sin ser mala
del todo.
Verónica obtuvo
el éxito de su glamour en un corto período de tiempo, muy especialmente, debido a
su interminable y turbadora melena dorada, que caía encima de la parte derecha
de su cara y que en ocasiones ocultaba su ojo en ese lado de su cara. Su estilo
de peinado fue imitado por gran parte de la población femenina, no solo
americana, sino de todo el mundo. Hay un detalle muy curioso en el impacto que
representó aquel éxito glamuroso de Verónica, y es que en aquel
proceso de liberación de la mujer, el comienzo de su independencia económica,
la posibilidad de decidir por ellas mismas, su lucha por la libertad sexual, la
población femenina encontró en ella una imagen en la que quería verse
reflejada, pues ella representaba un tipo de mujer liberada, decidida e independiente. Por otra parte, la belleza y clase fue admirada por hombres, como los magnates Onassis y Howard Hughes, o actores como Marlon Brando.
El mechón de su dorada melena era, en parte, un reclamo para sus personajes en el cine e, incluso, en la población femenina americana que imitaba su peinado. |
Luego, aquella carismática imagen, con su larga melena y su mechón
dorado desapareció. Y es que su influencia en la mujer americana fue
problemática; las operarias de las fábricas, imitando el peinado, tapaban un
ojo con su mechón y se producían accidentes. El Departamento de Guerra de
EE.UU. prohibió el peinado y exigió a los estudios de cine que Verónica cambiara su peinado.
La decisión fue una tragedia en la carrera de la actriz, pues al cortarse el
cabello la Lake perdió toda su
esencia y glamour. También, a partir de entonces, comenzó a tener serios
problemas con el alcohol; su carácter se hizo insoportable y algunos actores se
negaban a trabajar con ella. "La rubia de Hollywood" pasó a tener mala reputación en el mundo del
cine y los productores no volvieron a ofrecerle la excelencia de los papeles
que había protagonizado en otros films.
Años más
tarde al comienzo de esa lamentable decadencia Verónica diría "Nunca me di cuenta de que
había comenzado a deslizarme por la pendiente y que seguiría cayendo por ella,
hasta no poder evitar la tragedia de la caída. Yo pensaba que nada podía
perjudicarme, veía mi carrera llena de prosperidad, pero todo me llevó a un
abismo". La vida de la
actriz se fue alejando de los rodajes y así fue como buscó un refugio en el
consuelo de la bebida. El alcohol se apoderó de su vida y ello le provocó su
ruina económica y un deterioro mental y físico que la obligó a esconderse de su
público. Durante un tiempo nada se supo de ella; un periodista la encontró
trabajando de camarera en un restaurante de ínfima clase. Cuando pudo recuperarse, aún así, su declive fue imparable.
Verónica Lake y Alan Ladd formaron una de las parejas más míticas del cine negro en los años 40. Es una escena de "La dalia azul" y es el momento en que él le dice a ella: "Todo hombre te ha visto alguna vez... lo difícil es encontrarte" (Clic en el texto de la frase) |
Verónica
Lake fue probablemente la actriz que marcó el mayor calificativo de lo que llamaron "la muñeca rota de
Hollywood", más aún que lo fuera mucho después Marilyn Monroe por la tragedia de su vida. La más
rutilante estrella que tuvo entonces el cine, aquella imagen gélida y despreciativa hacia sus personajes que la acompañaban en la pantalla, convertida primero en mera anécdota y luego en un despojo humano, había sido, nada más y nada menos, que una hermosas mujer que tuvo por un
tiempo la gloria y la magia en el mundo del celuloide, ahora derrotada por la bebida.
De su
legado artístico nos queda algunos clásicos inolvidables del cine negro. Su
trayectoria comenzó cuando firmó un contrato de 8 años con la Paramount y se
inició su carrera meteórica de "mujer fatal". En 1941 deslumbró con
"Vuelo de águilas" y "Los viajes de Sullivan". En el 42 le
siguió "Me casé con una bruja", film de René Clair, cuya presencia
carismática anuló al actor Fréderic March. Después llegó su éxito al encontrar
la pareja perfecta de cine con Alan Ladd en películas como "La llave de cristal" y "Contratado para matar", ambas también del 42. La
pareja fue portada de revista de la época y en su éxito ayudó mucho el parecido
de la baja estatura de Alan y Verónica; él 1,65, ella 1,51. Más tarde en el 45,
su mayor éxito, "La dalia azul", también con Alan Ladd, obra maestra
del cine negro. (Clic en los títulos de films marcados).
Lo cierto es que Verónica Lake fue un producto más de Hollywood, creado para describir a la mujer enigmática que
aparece como una suntuosa y elegante vampiresa deslizándose por la pantalla de
una forma casi etérea, cubierta de vestidos de seda o de raso, con el rostro
semicubierto por aquel mechón aterciopelado; a veces lánguida, con sus ojos
entornados, y que cuando se dejaba ver por completo revelaba toda su atractiva
seducción. De Verónica se dice que el personaje creado para ella fue poco a poco
absorbiéndola, sin que ni siquiera ella misma se percatara. Pero también se dijo
que fue tan limitado el papel que los productores dieron a la artificialidad
del personaje que le crearon, sin aportar más recursos a su perfil interpretativo,
que anularon el potencial de su talento para otros trabajos. Quizá fue algo parecido a lo que le ocurrió a Marilyn Monroe, para la que se la encasillaba siempre en el mismo tipo de papel y personajes. Pero así
funcionaba la era dorada del Hollywood de entonces, en que las estrellas se fabricaban a base de publicidad y del invento de historias y rumores sobre ellas.
La revista Life la declaró la artista más
taquillera de la historia hasta entonces. Cobraba 5.000 dólares semanales. Una
consulta a la población americana la convirtió en la estrella femenina más
popular. Ella mismo dijo: "En
aquel tiempo nadie podía llegar más alto". Como anécdota; en el sur
del Pacífico hay una isla llamada "Verónica"; fue el nombre que le pusieron en honor
de de Veronica Lake los marines americanos cuando en la
Segunda Guerra Mundial la descubrieron. Por cierto, el chico solía decir
entonces, con admiración a su chica: "Eres
más hermosa que Verónica
Lake".
Debajo, en la "galería de las estrellas", más imágenes de Verónica Lake con los enlaces para entrar en los documentales a su tributo y algunas de las escenas de sus films.(Clic en sus fotos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario