Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

viernes, 7 de junio de 2019

Doris Day. "La rubia amable y simpática del cine". La reina de la comedia romántica americana.

Doris Day. Su rostro siempre fue uno de los más gratificantes del
cine. Su abierta y sincera sonrisa, con su guiño tierno y picarón,
y la gracia de su desparpajo, nos hacía felices a todo su público.
"La mediana edad es la juventud sin frivolidad, y la edad sin deterioro".
            
"La vulgaridad comienza cuando la imaginación sucumbe a lo explícito"
         
"Me gustar cantar, pero sobre todo me gusta cantar canciones de amor"
            
"Yo encuentro la belleza en los animales. Encuentro la belleza en todas partes. Encuentro la belleza en mi jardín".
            
(Doris Day)
         
Defensora de los animales, decía: "Voy a hacer todo lo que pueda por el mundo animal, y nunca voy a parar". Y añadía: "Nunca he conocido a un animal que no me gustara, y no puedo decir lo mismo de las personas".

Fallecida recientemente el pasado mayo, "Doris Day fue la actriz amable, generosa, entrañable, la rubia dulce y candorosa de Hollywood, la de las´confidencias a medianoche` y quien, ahora que se ha ido, le contará a su amigo del alma Rock Hudson las confidencias que no tuvo tiempo de contarle cuando se se fue hacía ya más de 30 años" (Rusty Andecor) 
     
Doris Kappelhoff era vocalista de las "big bands" de los 40. Cantó en la "Les Brown" y en la "Barney".
Barney le cambió el nombre a Doris Day. "Day" por la canción "Day after Day" que tenía en su repertorio
Doris Day. Norteamericana, nacida en Cincinnati el 3 de abril de 1922 y fallecida en San Diego, California, el 13 de mayo de 2019, a los 97 años de edad. De nombre original Doris Mary Ann Kappelhoff, fue el músico Barney Rapp quien le sugirió cambiarse el nombre a Doris Day por la canción "Day After Day", que era parte de su repertorio en sus años de cantante, ya que aunque desde los 12 años había comenzado a dedicarse al baile, a los 16 años sufrió un accidente que le impidió cumplir su sueño de bailarina. Estuvo hospitalizada 14 meses. Ya en 1939 había comenzado a formar parte de las llamadas entonces "big bands" y fue precisamente la de Barney con la que comenzó a tomarse en serio su profesión de cantante para actuar en clubs nocturnos y cabarets teatros. Aquel año, a los 17 años, se casaría con un trombonista componente de la "Les Brown Band", de la que también fue vocalista. A los 19 se divorciaría, aunque al no poder soportar la soledad volvería a casarse a los 22 años, esta vez con un saxofonista de la orquesta "Diexeland" de Bob Crosby Tampoco duraría mucho el matrimonio y terminaron separándose. (Su vida,haciendo clic en su nombre, más arriba).
                    
Doris alternaba en la década de los 40 su oficio de cantante de las "big bands" con sus inicios en el cine.
A finales de los 40 ya empezó a participar en grabaciones musicales para películas, que alternaba con sus continuas giras de vocalista de su banda. Fue en 1948, cuando el director Michael Curtiz, conociendo sus dotes de cantante de baladas del pop de la época, viéndola en un club de Nueva York, la contrató para representar un papel secundario en su film "Romance on the High Seas", pero sobre todo para interpretar en una de las escenas el tema "It´s Magic". La canción sería nominada en aquel año para el Oscar mejor canción. Los ejecutivos de la Warner Bross se enamoraron de su belleza angelical y de su voz de ensueño. No tardaron en contratarla y su compromiso con la productora duró algo más de 6 años. De hecho, un ejecutivo de la Warner, Martin Melcher, se casaría con ella en 1951. Otra relación malograda años después, como veremos, y de quien se divorciaría en 1968, año en que la actriz dejaría definitivamente de trabajar en el cine. (Clic sobre el nombre y los títulos de los filmes sobrescritos en azul tenue, anterior y posterior, para enlazar con vídeos de referencia).
                      
"La rubia más sonriente de Hollywood" o "la rubia simpática del cine". Algunos de los sobrenombres que
se le atribuyeron a Doris Day en los 50, cuando aquella inocente sonrisa cautivó a la crítica y al público.
En realidad fue su perfil para la comedia romántica, con éxito de taquilla en la década de los 50, además de la combinación de su físico atractivo junto a la dulzura y elegancia de su voz, lo que la convirtió en "estrella". Su llamativo pelo rubio y su inocente sonrisa, lo que la hizo en que la llamaran "la rubia más sonriente de Hollywood". Su aspecto amable y su simpatía, lo que la convirtió en "the nice blonde" ("la rubia simpática"). No había interpretaciones magistrales en sus escenas, pero la discreción de sus trabajos en la pantalla y la complicidad que emanaba desde su exquisita sonrisa, además de su trato abierto y cordial con sus compañeros y público, todo hizo que se unos y otros se rindieran a su encanto.
                      
La filmografía de Doris Day comienza, por tanto, como actriz secundaria en el film de Michael Curtiz, "Romanza en alta mar" (1948), una comedia sin grandes pretensiones, pero con el estimulante atractivo de la aparición de Doris como cantante, haciendo gala de su oficio artístico anterior de singer de las "big bands" de los 40. Contratada ya por la Warner Bros, le siguen dos filmes que rodó en 1949, ya como actriz protagonista. Son otras dos comedias. La primera, "Mi sueño eres tú", también dirigida por Michael Curtiz. La segunda, "El amor no puede esperar", que trata de "cine dentro del cine" y en la que aparecen ocasionalmente Gary Cooper, Joan Crawford, Edward G. Robinson y otras celebridades.
               
Impresionante interpretación de Doris en una impresionante película, al lado de una leyenda: Douglas 
En 1950 Doris Day rueda tres películas, entre las que la más conocido para Day fue "Té para dos", una comedia musical dirigida por David Butler. Sin embargo, fue "El trompetista", un drama ambientado en el mundo del jazz, con dirección de Curtiz nuevamente, y protagonizada por Kirk Douglas y Lauren Bacall, el trabajo que le dio prestigio, y ello no sólo al demostrar unas dotes dramáticas que tal vez quedaron frustradas por su posterior encasillado perfil en la comedia, sino por sus convincentes actuaciones en las escenas como vocalista de jazz, que por ello era cantante. Impresionante, uno de los duelos dramáticos entre Douglas y Day en una representación muy creíble de la actriz. Lástima que ese potencial dramático que poseía la actriz nunca más fuera aprovechado para una interpretación acorde con su capacidad. Por cierto, un trabajo en un "blanco y negro" impecable.
              
La belleza de Doris Day, no sólo estaba en el publicitado cliché de su sonrisa, ni en la ingenuidad de su
mirada, sino en una complicidad mágica y extraña con que nos atrapaba a nuestra generación, cuando
íbamos a verla al cine, tal vez para ser felices, tan solo con la candidez de sus interpretaciones.
En el 51 hace 5 películas, casi todas comedias musicales, entre las que sólo destaca "Aviso de tormenta", un film de "cine negro" que protagoniza con Ginger Rogers. En el 52 hace "Abril en París", un musical que dirige David Butler, quien también la dirige ya en el 53 en "Doris Day en el oeste", otra comedia musical. En el 54 siguen los musicales, esta vez co-protagoniza con Frank Sinatra el film "Siempre tú y yo". Charles Vidor la dirige en 1955 junto a James Cagney en "Quiéreme o déjame".
               
En 1956 Doris Day consigue su madurez profesional. Tiene 34 años y delante le espera un gran futuro en las pantallas. Aparte del thriller "El diabólico señor Benton" que protagoniza con Louis Jourdan y que resulta un "blanco y negro" mediocre, consagra su el prestigio de sus estrellato con "El hombre que sabía demasiado", una de las películas más logradas de Alfred Hitchcock y un clásico del suspense; se trata de un película de secuestro y espionaje que hace honor a la imaginación genial del maestro del suspense. Un impecable trabajo de Doris Day junto a James Stewart, uno de los actores más carismáticos y queridos del cine. En una ocasión en que Day le preguntó al director porqué nunca le daba indicaciones, Hitchcock respondió que no era necesario porque porque ella ya estaba actuando como él quería.          
          
Quizá el encanto de "la Doris" estaba también en la sugerencia de una oculta picardía que dejaba
transmitir la sonrisa que unía a sus gestos y que, felizmente, acababa desconcertándonos.
A partir del 57 llegan las exitosas comedias de Doris Day. "Juego de pijamas" es la primera. Le siguen "Mi marido se divierte", con Richard Widmark, y "Enséñame a querer", con Clark Gable, ambas en el 58. "La indómita y el millonario", con Jack Lemmon, en 59. Este mismo año protagoniza una de sus más emblemáticas películas. Se trata de la comedia "Confidencias de medianoche", que dirige Michael Gordon y que protagoniza junto a su inseparable y gran amigo Rock Hudson. El film reflejaba una química en la pareja como pocas se han conseguido en las comedias en el cine, además de representar una visión amable muy propia de los felices 50. Fue oscarizada y uno de las cintas más taquilleras de aquel año. (Clic en el título para el visionado completo del film, aunque en versión original)
             
Bellísima imagen de Doris Day. Me encanta su ternura. (Por cierto, se parece ahí a Grace Kelly)
Ya en la década de los 60 sus trabajos comienzan a tener algunos altibajos. En 1960 destaca "Un grito en la niebla", de David Miller y con Rex Harrison y John Gavin en el reparto, un thriller muy creíble en cuanto a la interpretación de Doris(Clic en título, visión completa del film). Sigo pensando que se perdió una actriz con buenas dotes dramáticas. "Pijama para dos" (1961), dirigida por Delbert Man, es otro clásico de las comedias románticas de la época, pero con el aliciente de volver a contar con la pareja de moda en el género, Doris Day y Rock Hudson, acompañados del estimulante Tony Randall, que vuelven a repetir. "Suave como visón" (1962), otra comedia romántica que dirige nuevamente Delbert Mann, que co-protagoniza Cary Grant y que tuvo varias nominaciones a los oscars.
           
Junto a Clint Eastwood, es el momento en 1989, cuando Doris,
ya retirada y con casi 60 años, recibe el premio honorífico
"Cecil B. DeMille"
. 
(Clic en el texto para el vídeo de la gala)
Entre las últimas películas de Doris Day, rodadas en la misma década, destacan las comedias, también en clave de romance como venía siendo la costumbre de Day, "Apártate, cariño" (1963), de Michael Gordon y con James Garner en el reparto. "No me mandes flores" (1964), de nuevo con Rock Hudson y Tony Randall, una apuesta de éxito en una comedia con mucho sentido del humor y un par de escenas finales desternillantes. Ya en los últimos años de su carrera, hasta 1968, se produce una decadencia, no sólo en sus trabajos interpretativos, sino por el nivel de las producciones, entre las que sólo puede salvarse, si acaso, la última película que hizo, "Anoche cuando se apagó la luz" (1968), una comedia de enredos a base de historias encadenadas y que tiene a Robert Morse en el reparto.
                 
Lo cierto es que, aunque la crítica y el público se habían cansado ya de las comedias románticas, un tanto edulcoradas del estilo de las que con éxito había protagonizado la actriz en los 50, la razón principal del fin de la carrera de Doris Day fue su brusca e inesperada ruina económica, la que le ocasionó su tercer marido Martin Melcher, junto a un socio suyo.
Es otro momento en la misma gala de la entrega del premio que
recibió en los Globos de Oro. La verdad es que Doris, a sus 67
años, estaba radiante, espléndida.
Mientras que la actriz habría cosechado una gran fortuna a base de su incansable esfuerzo en su trabajo en el cine, estos dos saquearon su fortuna hasta dejarla completamente arruinada. Doris Day cayó en una profunda depresión y no volvió a trabajar, sobre todo cuando tuvo que divorciarse de Melcher y falleció al poco tiempo. Afortunadamente, ante las deudas que éste quedaba a la actriz, antes de morir éste, como agente que era de su mujer, dejó firmado un contrato para una serie de televisión que duraría hasta el 73: "El show de Doris Day". Trabajando para la serie, de alguna forma pudo hacer frente a su ruina económica. Al mismo tiempo, demandó al socio de Melcher, responsable del despilfarro de éste, por el que recibiría una indemnización por fraude de 20 millones de dólares. En 1976 volvió a casarse, pero este matrimonio solo duró 4 años. Desde el 80 volcó su vida por el cuidado y la defensa de los animales, con especial dedicación a las mascotas abandonadas. En realidad, salvo algunas contadas apariciones, Doris Day se retiró definitivamente del mundo que había vivido. Sin embargo, hubo un suceso que sobrecogió a la estrella ya retirada y que la obligó a ser nuevamente objetivo de los fotógrafos. En junio del 85 hubo un reencuentro entre ella y Rock Hudson. La imagen de la foto fue impactante.           
No es la imagen más terrible e impactante de la enfermedad
de Hudson. He preferido evitarla aquí y he escogido una foto
que no desmejora demasiado su rostro. Y aprovechando el
abrazo feliz de los dos eternos amigos.
Con sólo 59 años, Hudson demacrado y con un rostro cadavérico, había recibido los estragos del SIDA. Pero no fue sólo aquel encuentro y aquella foto. Fotografía que, por mi ética como honesto admirador a las estrellas del cine, no quiero publicar aquí. Cuando el mundo entonces no aceptó aquella enfermedad, sino que sólo se limitó a culpar a quienes la habían contraído, Doris Day fue valiente y no sólo se colocó el lazo rojo contra el Sida, sino que estuvo al lado de su amigo del alma hasta que unos meses después murió.
               
Doris Day siempre hablaba con orgullo de su amigo Roy, que era su nombre de origen. Lo adoraba y decía que había sido una afortunada por haber tenido su amistad. En 2015, la actriz declaró a la revista "People": "Creo que la razón por la que a la gente les gustaban nuestras películas es porque podían apreciar realmente lo mucho que nos queríamos. Era algo que traspasaba la pantalla. Él era un buen amigo", refiriéndose a Rock Hudson. En otra ocasión, ella declaró: "Si Roy y yo hubiéramos podido enamorarnos, o hubiéramos sido amantes, la relación no hubiera funcionado, el encanto que nos unía como amigos se habría desvanecido".
            
Por otra parte, "La rubia amable de Hollywood" había compartido cartel con "los mejores" de entonces: Kirk Douglas, James Stewart, Richard Widmark, Clak Gable, David Niven, Jack Lemmon, Cary Grant, entre otros. Pero fue el guiño sentimental y la complicidad personal con Rock Hudson, con solo tres películas que rodaron juntos entre el 59 y el 64, lo que les llevó a una amistad más allá del amor.
         
No he querido insertar esa foto de Hudson en un estado tan lamentable. Prefiero recordar a esta
maravillosa pareja en su época feliz y en la que tan felices nos hicieron también a nosotros.
Una de las anécdotas más entrañables que se cuentan en las biografías de ambas estrellas, se refería al consejo que le dio Doris a su amigo Roy, cuando se enteró de la gravedad de su enfermedad, para que descansara en su casa y no se le ocurriera ir a su programa de la televisión. Hudson la llamó por teléfono y le dijo: "Te crees que por estas tontería de enfermedad no voy a estar en tu programa? Pues aunque caigan rayos y soplen los tifones más desvastadores estaré mañana ahí contigo, aunque sea arrastrándome, eso no me preocupa. Pero si tú me necesitas, yo que he compartido contigo mis mejores momentos profesionales y personales, apareceré en tu puerta vestido de blanco". Tan mal estaba el actor que, al parecer ya no podía ni comer. Luego confesaría Day: "Cuando nos despedimos, mi amigo me dio un abrazo muy grande y hasta pudo sujetarme un momento. Me eché a llorar. Fue la última vez que lo vi". Su amigo Roy falleció a las pocas semanas. (Declaraciones extraídas de su libro biográfico)
               
Había algo más en el atractivo de su ingenua sonrisa. Y es que la
candidez de su belleza tenía algo de pícaro y travieso en su mirada
Lo cierto es que Doris Day se convirtió en una de las actrices más taquilleras de la historia del cine, en aquellas décadas de los 50 y los 60, cuando ir al cine era algo mucho más habitual y exclusivo que ahora, en que utilizamos más a menudo "ver películas" mediante la televisión, el vídeo y DVD doméstico o las descargas on-line . Y si "la rubia angelical del cine" triunfó en las pantallas y fue querida por la crítica y su público, en cambio fracasó en el amor, en el amor con el que tanto presumía en sus comedias en el cine. Sus matrimonios no le dieron mas que problemas. Sus pretendientes no le ofrecían nada bueno, y nunca creyó en ellos, ni se enamoró de ninguno. Realmente, ni siquiera se puede decir que llegara a protagonizar un romance sentimental con alguno. Si acaso, algún que otro galanteo, más que devaneo amoroso, y con sus acompañantes de trabajo, quizá por ahuyentar la soledad que temía, más que por otro motivo. Después, durante todo el resto de su vida, siempre dijo que había tenido la suerte de tener el mejor amigo del mundo y la persona más honesta y generosa que había conocido, siempre a su lado cuando lo necesitó. Luego, cuando él murió y no volvió a tener relación alguna, tuvo que refugiarse en los animales, en el mundo de las mascotas, en la fundación que creó para su protección. Pues llegó a decir que "había dejado de creer en las personas, y sólo encontraba fidelidad en sus animales".  
              
Dos de las portadas de los más de 30 álbumes de canciones que grabó la estrella.
Doris Day grabó más de 600 canciones, contenidas en más de 30 discos, todos ellos álbumes de estudio. Uno de ellos, titulado "My Heart", grabado en 2011 a sus 89 años. Éxitos que quedaron en el recuerdo para siempre, como "It´s Magic", "With a song in my heart", "Whatever will be, will be", "Dream a little dream of me" o "Fly me to the moon", canción ésta última, que puse de fondo y banda sonora en el vídeo homenaje que le dediqué el día que "se nos fue". Curiosamente, el tema conocido como "Qué será, será", a Doris no le gustaba y quiso cambiarlo por otro, pues decía que no iba con su estilo. Hitchcock, que dirigía su película, no aceptó. Pero, además la convenció para que la cantara y le prometió que sería un éxito. Y fue así porque ganó el Oscar a la mejor canción original. Precisamente, hoy en día, es éste el tema con el que más se recuerda a la actriz.
                
Doris Day con algunos de sus compañeros de reparto en otros filmes: Con Douglas en "El trompetista",
con Rod Taylor en "Una sirena sospechosa", con Frank Sinatra en "Siempre tú y yo", con James Stewart
en "El hombre que sabía demasiado"
Doris Day filmó 39 películas en 20 años, entre el 1948 y 1968. Ganó el premio "Cecil B. DeMille" y 6 Globos de Oro en el 89, un Gramny honorífico y una nominación al Oscar. Además de la "Medalla Presidencia de la Libertad" y un Oscar honorífico por su vasta carrera artística, aunque estos dos últimos premios no pudo ir a recogerlos porque tenía pánico de viajar en avión y era necesario para asistir a su entrega. Pasado un tiempo en que dejó los platós del cine, a partir de ese mismo año, en 1968, tuvo una serie en televisión y presentó un programa de entrevistas. En 1976 publicó su libro autobiográfico que vendió a una productora de Hollywood y con el que salió parada por el escándalo que provocó con algunas de las declaraciones que si dijo que hizo. En 1983 rueda una serie de televisión titulada "Nostalgia" y en la que evoca la historia de Broadway y Hollywood. Directores como Michael Curtiz, Michael Gordon, David Butler y el propio Hichcock, la adoraban y confesaron que daba gusto trabajar con ella. Fue la indiscutible "reina de la comedia romántica americana" y junto a Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, Lauren Bacall y algunas otras grandes actrices, que ahora no recuerdo, formaron parte de la época dorada del cine hollywoodiense. Ninguna de ellas fueron sus rivales, ni siquiera competidoras. Quiso ser amiga de todas ellas, y ellas, como amigas se comportaron con ella.
                   
"Doris Day and Rock Hudson", edited by Rusty Andecor
Finalmente, la historia de Doris Day no fueron solo sus películas, sus comedias románticas, algunas tan cursis y ramplonas, tan "acarameladas" y "sosonas", ni sus geniales trabajos dramáticos, los menos premiados por la crítica de su tiempo. Su historia tampoco fue su desencanto sentimental por las parejas que tuvo, incluidos sus esporádicos galanteos, de quienes la cortejaron e intentaron complacer sus frustraciones. Como tampoco fue el repertorio de inolvidables canciones que nos dejó. Doris Day fue algo más. Quizá un fenómeno generacional en la cultura del cine. Y tal vez, un espejo social en que nos mirábamos quienes entonces éramos jóvenes para soñar con parecernos a los personajes que veíamos en las comedias de la Doris. Era "la época Doris Day"Felices aquellos años 50 y 60, en los que veíamos las avenidas de los cines decoradas con grandes carteles y marquesinas anunciando las películas de la rubia Doris Day y su pareja de reparto, con sus titulares y su cartelera. 
               
El "Cine Norba", en el Paseo Cánovas de Cáceres. Nuestro paraíso
de los sueños. En donde veíamos las películas de "la simpática
rubia de la comedia americana": nuestra querida Doris Day.
Pasábamos junto a los cines y sólo se nos ocurría comprar la entrada anticipada para el sábado o el domingo. "No había otra...". Y eso era lo que hacíamos en el 61 y el 62 mi novia Margarita y yo, cuando teníamos 15 y 16 años. En nuestro cine, el "Norba" de Cáceres, en el Paseo de Canovas. Veíamos "Suave como visón", o "No os comáis las margaritas", o "Confidencias de medianoche". Incluso, nos quedábamos en una sesión continua para verla otra vez. Porque, entonces no había disco-bares, ni teles o vídeos para ver la peli. Sólo teníamos nuestro paseo y nuestro cine. Y allí, nos cogíamos de la mano y nos enamorábamos. Y mientras, y antes y después...., soñábamos.. y soñábamos con el cine de aquellos años, el de "la época Doris Day". Así éramos entonces. Como esas hermosas avenidas decoradas con aquellos grandes carteles con las fotos de la estrella. O con el Paseo de Cánovas y su mágico "Cinema Norba".
                 
Finalmente..., nos queda el recuerdo nostálgico y edulcorado de aquella voz "suave como visón", (como el título de su film). La de Doris Day cantando "With a song in my heart", o "Fly me to the Moon", con cuyo homenaje, en el vídeo que yo mismo edité, dije adiós a "la estrella simpática y amable del cine".
                    
Los grandes carteles de Doris Day, en las marquesinas de los cines de las avenidas. Con su sonrisa y
su simpatía, y los títulos de sus películas: "Te veré en mis sueños", "A la luz de la luna", "Confidencias
a medianoche". Aquel encanto suyo que, siendo tan jóvenes..., nos embriagaba y conmovía.
                
Ángel González "Rusty Andecor"