Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

sábado, 17 de octubre de 2020

Shirley McLaine, Jean Simmons, Leslie Ca.ron, Gina Lollobrigida y Sara Montiel. Cinco estrellas con carisma y de muy diferentes raíces.

Shirley McLaine, Leslie Caron, Sara Montiel, Jean Simmons y Gina Lollobrígida,
en "blanco y negro".

"No necesito a nadie para rectificar mi existencia. La relación más profunda que tendremos es una con nosotros mismos". (Shirley  McLaine). Solía decir que era "una artista de sueños", que "la vida hay que celebrarla cada día". Y añadía "Soy una artista, por lo tanto, creo soy sensible al dolor humano".

"Para conseguir la felicidad hay que experimentar el dolor y sufrir la infelicidad. De lo contrario ¿cómo sabrás que estés feliz?". (Leslie Caron). También dijo: "Nunca debes reaccionar ante toda provocación, porque puede provocar tu propia destrucción".

"Una mujer es fría a los 20, cálida a los 30 y ardiente a los 40". (Gina Lollorígida)

Un titular que definía a Jean Simmons era "Una femme noire con cara de ángel". Cuando falleció apareció este titular: "Ha muerto Jean Simmons, una actriz de muchas caras"

"Si hicieran una película sobre mi vida, me gustaría que me interpretara Jennifer López" También decía "Al sexo hay que echarles muchas veces un poco de teatro, de misterio". (Sara Montiel).           

Escenas de "El apartamento" (Shirley McLaine), "Cara de ángel" (Jean Simmons), "¿Arde
París?
" (Leslie Caron), "Vida de perros" (Gina Lollobrigida), "Locura de amor" (Sara Montiel)


Jean Simmonsbritánica. Shirley McLaine norteamericanaLeslie Caron,  francesa. Gina LollobrígidaitalianaSara Montielespañola. Cinco actrices de distintas nacionalidades, con una personalidad interpretativa muy definida, diferente del prototipo de las estrellas del cine clásico hollywoodiense. Cinco estrellas con un perfil muy carismático. Unas más conocidas y representativas del viejo y "dorado cine" de las décadas de los 50 y 60. Otras, menos; aunque destacaron en su época. Dos de ellas, ya fallecidas; otras tres, aún supervivientes. No son precisamente estrellas representativas del cine en "blanco y negro", excepto quizá Simmons, pero cada una de ellas se convirtió en mito por alguna de sus primeras películas en ese formato. Un ejemplo de uno de sus títulos por cada una de las actrices fueron: "Cara de ángel", por Jean Simmons; "El apartamento", por Shirley McLaine; "Arde París", por Leslie Caron; "Vida de perros", por Gina Lollobrígida; "Locura de amor", por Sara Montiel.

Jean Simmons. Británica, nacida en Londres el 31 de enero de 1929 y fallecida el 22 de enero de 2010. Nominada para el Óscar dos veces, comenzó a trabajar en el cine desde muy joven, pues a los 15 años ya hizo algunos pequeños papeles como en "Más allá de las nubes" (1945) y a los 16 intervino como co-protagonista en el film de David Lean "Cadenas rotas" (1946). Se casó en 1950 con el actor Stewart Granger y en 1960 lo hizo con el director Richard Brooks.

La llamaban "la inglesita", aunque medía 1,70. Jean Simmons, sorprendía por su
semblante adusto y intrigante. Bella, pero difícil de captar su sonrisa.

De su filmografía, Jean Simmons, aparte de un pequeño papel en "César y Cleopatra" (1946) y el primero ya destacado en "Cadenas rotas", que protagonizan John Mills y Alec Guinnes, figuran como primeros trabajos "Narciso negro" (1947), dirigida por Michael Powell y protagonizada por Deborah Kerr, y "Hamlet" (1948), que protagoniza junto a Laurence Olivier, quien también la dirige. Una impecable adaptación de la obra de teatro de Shakespeare y en la que Simmons es nominada al Óscar como la mejor actriz de reparto. Un referente cinematográfico en el que se consigue hacer del autor inglés una obra maestra.

En 1949 comienza su etapa en las producciones estadounidense. De ese año es la comedia "Adán y ella", que protagoniza junto a Stewart Granger, a quien conoce en el rodaje y con el que se casa el año siguiente. Tenía entonces 21 años. En 1950 rueda tres películas, destacando "Extraño suceso", un romance de intriga que dirige Terence Fisher y que co-protagoniza junto a Dirk Bogarde. En 1951 protagoniza "Trágica obsesión", un thriller que dirige Ralph Thomas y con Trevor Howard en el reparto. Y en 1952 destaca el melodrama psicológico "Cara de ángel" ("Angel Face"), un título imprescindible en la historia del "cine negro", dirigida por Otto Preminger y que Simmons protagoniza junto a Robert Mitchum. Jean Simmons tenía entonces 23 años. (Clic en los títulos anteriores y posteriores, resaltados en azul tenue o malva, para reproducir los filmes o vídeo-clips).

Impresionante la belleza morena e intemporal, perturbadora y estática de Jean Simmons.
A partir de 1953 sus rodajes son más frecuentes. Ese mismo año hace cuatro películas. Sobresalen "La actriz", de George Cukor y con Spencer Tracy en el reparto, y "La túnica sagrada", de Henry Koster, con Richard Burton y Victor Mature en el reparto. Por cierto, este film fue el primero rodado en formato Cinemascope y sonido envolvente. En 1954, la actriz protagoniza otras cuatro películas, destacando "Desirée", de Henry Koster, con Marlon Brando en la cabecera de reparto, y "Sinuhé el egipcio", de Michael Curtiz, con Victor Mature en el reparto.

En años sucesivos merecen citar el thriller "Pasos en la niebla" (1955), producción inglesa dirigida por Arthur Lubin y coprotagonizada por su marido Stewart Granger, "Mujeres culpables" (1957), un drama judicial que dirige Robert Wise y con Paul Newman y Joan Fontaine en el reparto, "Después de la oscuridad" (1958), de Malvyn LeRoy, y "Horizontes de grandeza" (1958), un western grandioso y épico dirigido por William Wyler y con un reparto de lujo, con Gregory Peck, Charlton Hesto y Carrol Baker, entre otros. 

El gesto y soslayo de su mirada, su tímido y leve
ademán es uno de los encantos de Jean Simmons
que más nos seduce y cautiva.
Comenzada la década de los 60, 
Jean Simmons vuelve a alcanzar cotas muy altas en su carrera. Ese mismo año rueda "El fuego y la palabra", de Richard Brooks y que protagoniza junto a Burt Lancaster, y "Espartaco", de Stanley Kubrick, un drama de aventuras ambientado en la antigua Roma, con un reparto de lujo encabezado por Kirk Douglas, Tony Curtis, Laurence Olivier, Charles Laughton Peter Ustinov. Después, hasta 1965 no vuelve a aparecer en los rodajes y ya son contados los títulos a destacar, entre los que merecer citar "Con los ojos cerrados", un trabajo dramático que dirige Richard Brooks y por el que la actriz es nominada nuevamente al Oscar. En la década de los 80 interviene en algunas series televisivas, tales como "El pájaro espino", "Perry Mason" y otras. Y uno de los últimos trabajos que protagonizó fue "Miss Marple. El truco de los espejos" (1991) y para televisión.
                    
A Jean Simmons la recordaremos en sus inolvidables roles de heroína romántica y inocente perversa, pero también de mujer madura sensible. Una actriz cuyo físico ya empezó a llamar la atención a sus 16 años, por su belleza morena y lozana que no parecía marchitarse al paso de los año. A los 24, cuando rodaba "La túnica sagrada", tal era su belleza que Richard Burton, según la revista Sensacine, sedujo a Jean iniciando una aventura con ella. Al saberlo su marido Stewart Granger, se presentó en pleno rodaje amenazando a Burton con una pistola.

Y en cuanto al lucimiento interpretativo de Simmons, le debemos el reconocimiento de su trabajo, entre otros, en "Hamlet", de cuya puesta en escena se dijo que una obra Shakespeare puede funcionar con una dirección, el guión y la interpretación de Olivier, además de un talento como el de Simmons. Y quizá, aparte de ese rol inquietante, que se mueve entre la candidez y la perfidia, de su papel en "Cara de ángel", hay que destacar la impecable complicidad interpretativa que hace la actriz como pareja con Kirk Douglas en "Espartaco". Por lo demás, dos Globos de Oro, las nominaciones al Óscar, un EMI y un León de Oro, no han sido del todo justicia para premiar su genialidad artística, como para no haberla reconocido, tal vez con un Óscar por su carrera.

Shirley Mc Laine, "Laine", admirada por sus ojos, su sonrisa y su dulzura
Shirley McLaine
. Estadounidense, nacida en Richmond, Virginia, el 24 de abril de 1934, aún superviviente. Su padre, profesor de psicología, su madre, profesora de teatro, es hermana del actor Warren Beatty y cuñada de Annete Bening. De muy joven quiso ser bailarina y durante un tiempo se sometió a la férrea disciplina del ballet. Luego, entendió que la danza no era lo suyo y se pasó al teatro. Cuando trabajaba en una de las obras, un productor la descubrió y la llevó a Hollywood contratándola la Paramount. En 1954 entra en los rodajes por la "puerta grande", sin previos papeles pequeños, y protagoniza su primera película, una "comedia negra" de Hitchcock, "Pero... ¿quién mató a Harry?", y por la que consiguió dos nominaciones, al Globo de Oro y al BAFTA. La actriz tenía entonces 20 años.

De su filmografía, además de este film de Alfred Hitchcok, rodó en 1956 la película "La vuelta al mundo en 80 días", una comedia de aventuras en el que interviene un amplio reparto. David Nicen, "Cantinflas", Charles Boyer, Frank Sinatra, Marlene Dietrich, son algunos de sus intérpretes. Después, hasta 1960 y tras algunos trabajos poco relevantes, hay un melodrama que destaca en su carrera hasta entonces. Se trata de "Como un torrente" (1958), dirigido por Vicente Minelli y con Frank Sinatra como compañero de reparto.

Es la evolución del rostro de Shirley McLaine, en sus más de 40 años de carrera. Arriba izquierda, desde cuando
tenía 25 años, hasta los 80 y algo más, abajo a la derecha
La década de los 60 es la etapa cumbre de la carrera de McLaine. "El apartamento" (1960), una comedia dramática muy romántica, en la que el excelente lucimiento de Shirley se debe también a su complicidad interpretativa con Jack Lemmon, co-protagonista junto a Fred McMurray de la película, y que dirigida por el maestro Billy Wilder hace de ella una obra maestra. Bosley Crowther, del "New York Times" se refiere a ella como "Una película alegre, tierna e incluso sentimental". Por su parte, Carlos Boyero, de "El País", dice "No conozco ninguna ninguna película tan romántica, realista, soñadora, triste, mordaz, sensata, cabrona y bonita como ésta". La actriz obtiene el Globo de Oro, el Bafta y una nominación al Oscar por su trabajo.

Luego figuran, entre sus mejores interpretaciones, "La calumnia" (1961), de William Wilder y con Audrey Hepburn y James Garner en el reparto, "Mi dulce geisha", con Yves Montand y Edward G. Robinson, y "Cualquier día en cualquier esquina", con Robert Mitchum, ambas producidas en 1962. El año siguiente protagoniza "Irma la dulce" (1963), una comedia romántica que nuevamente dirige Billy Wilder y en la que repite con Jack Lemmon como pareja protagonista. Una película que, aunque fue muy criticado como "pastosa y poco inspirada", o como "un fracaso estrepitoso", tiene actuaciones muy brillantes y divertidas por parte de la pareja MacLaine-Lemmon. (El enlace reproduce la película completa). Otros films destacados de la actriz son "El Rolls-Royce amarillo" (1964), con Ingrid Bergman, Rex Harrison, Jeanne Moreau y Alain Delon, entre otros en el reparto, o "Ladrona por amor" (1966), con Michael Caine.

"Laine" con Frank Sinatra, un buen y fiel amigo. Con su hermano menor Warren Weatty, su mejor amigo.
Con Lesley Caron, una buena amiga. Con Robert Mitchum, uno de sus mejores amantes.
En una segunda etapa de la actriz, ya más madura, citamos como mejores trabajos, a "Bienvenido, Mr. Chance" (1979), con Peter Sellers y Melvyn Douglas en el reparto. "La fuerza del cariño" (1983), una excelente comedia dramática en la que Shirley McLaine comparte protagonismo con Debra Winger, Jack Nicholson y Danny DeVito, y con la que consigue el Oscar como mejor actriz. En los años siguientes, comparte sus rodajes con la televisión, destacando una atractiva y encantadora comedia sobre la amistad, "Magnolias de acero" (1989) con un excelente reparto, junto a Sally Field, Julia Roberts, Daryl Hannah, Dolly Parton y Olympia Dukakis.

Y en cuanto a sus últimos trabajos, pues McLaine en la actualidad sigue activa, estas pasadas navidades estrenó "Noelle", un Disney de Navidad, un tema en que ha venido apareciendo en algunos films. Anteriormente, quizá haya destacado en  filmes como "El cielo próximamente" (1991), con Meryl Streep, "Romance otoñal" (1992), con Marcello Mastroianni, "Vaya par de amigos" (1993), con Robert Duvall y Richard Harris, "En sus zapatos" (2005), con Cameron Díaz, además de su participación en la serie inglesa "Downton Abbey" (2010) junto a Maggy Smith, Elizabeth McGovern y otros actores.

Shirley McLaine ha sido galardonada con 5 Globos de Oro, 2 BAFTA, 3 Emmys, un Oscar, además de otras 5 nominaciones, y otros muchos premios y reconocimientos. 

En cuanto a su vida privada, Shirley solo se casó una vez, con un adinerado productor, del que se divorció después de casi 30 años de matrimonio al saber que le había engañado y transferido todo el dinero que ella tenía a su amante. Luego, en una entrevista que tuvo, al preguntarle por algún romance que hubiera tenido, ella bromeó sobre un amante esporádico y anónimo que no quiso revelar.

Y en cuanto a alguna de sus anécdotas. En el 1994, a sus 60 años, recorrió en España el Camino de Santiago. Estuvo muy entregada al mundo de la espiritualidad, los temas paranormales y esotéricos, inclinándose por sus creencias en la reencarnación. De ahí que el escritor mexicano Carlos Fuentes le dedicara su novela "Cumpleaños" que trató sobre ese temática.

Leslie, la llamaban "la francesita"; con su cara de niña, mezcla de dulce y traviesa.
Leslie Caron
.
Francesa, nacida en Boulogne el 1 de julio de 1931, aún superviviente. Su nombre de origen era Leslie Claire Margaret Caron. Su padre era un químico francés, su madre, una bailarina norteamericana, quien la ayudó en el ballet. Gene Kelly la descubrió mientras ella bailaba y la eligió como pareja para su película "Un americano en París". Tal fue su éxito que fue contrata inmediatamente por la MGM, convirtiéndose en estrella sin mediar etapa alguna de primeros papeles. Tenía entonces 19 años.

De su filmografía, además de su debut con "Un americano en París", musical que dirigió Vicente Minerlli, con Gene Kelly como protagonista, en la primera mitad de los 50, hay que destacar parte de sus más grandes éxitos. En 1953 rueda "Tres amores", un drama romántico que dirige de nuevo Vicente Minelli, con Pier Angeli, Ethel Barrimore y Kirk Douglas en el reparto, y "Lili", de Charle Walters, con Mel Ferrer y Jean-Pierre Aumont, un musical en el consigue un premio BAFTA y una nominación al Oscar. En 1955 destaca el musical "Papá piernas largas", con Fred Astaire. En 1958, otra buena comedia musical, la que dirige Vicente Minnelli y co-protagoniza Maurice Chevalier y Louis Jourdan, titulada "Gigi". Obra maestra del género y que consigue nueve Oscar. Leslie está soberbia y uno de las nominaciones para el premios es para ella.

Había algo de exótico en el atractivo de la belleza de Leslie
Ya en los 60, Leslie Caron se aleja del musical, género que comienza a declinar, y toca de lleno el drama. De esta década son algunas de su mejores interpretaciones. "Fanny" (1961), un drama romántico dirigido por Joshua Logan, con Maurice Chevalier, Charles Boyer y Horst Buchholz. en el que hace un papel de una muchacha huérfana que se queda embarazada y tiene que casarse con un hombre mucho mayor que ella. Leslie tenía entonces 30 año. "La habitación en forma de L" (1962), producción dramática inglesa por la que obtiene el BAFTA, el Globo de Oro y una nominación al Oscar, entre otros premios. "¿Arde París?" (1966), un drama bélico, producción francesa que dirige René Clement y protagonizan, además, Jean-Paul Belmondo, Charles Boyer, Alain Delon y Kirk Douglas, entre otros.

A partir de entonces, se produce una decadencia de la actriz, y es su trabajo en la miniserie televisiva "QBVII" (1974) lo que salva su carrera, un drama sobre el nazismo y el holocausto, con Ben Gazzara y Anthony Hopkins en el reparto. Lo cierto es que ya en la década de los 70, Leslie apenas aparece en los platós. Alguna discreta aparición, como "El amante del amor" (1977), de Francois Truffaut, "La diagonal del loco" (1984), producción suiza, un drama de intriga con Michel Piccoli como protagonista. El resto de sus rodajes son series de televisión, entre las que si acaso podría destacar "El tren de Lenin" (1988). Una de sus últimas apariciones fue en "Asesinato en el Orient Express" (2001), un remake para TV del clásico de Agatha Christie que dirigió Sydney Lumet en 1974.

Entre su apariencia exótica y su timidez, Leslie Caron tuvo conatos de romance que pudieron haberse frustrados.
La vemos con el actor Horst Buchholz en "Fanny". Con Cary Grant, a pesar de sus intentos por seducirle, sólo
quedó en un "juego de ratón y el gato". Con Warren Beatty, fue una relación desenfrenada que no terminó bien.
En cuanto a su vida personal, Leslie Caron se casó tres veces. La segunda vez con el actor y director Peter Hall, divorciándose de éste a causa de su relación tormentosa con Warren Beatty en 1961 y con el que se fue a vivir durante un tiempo. Leslie confesó que estaba enamorada perdidamente de Warren, pero no soportaba su agobio ni sus manías posesivas. Luego, fue el  acoso insoportable de la prensa que les perseguía cada vez que salía a cualquier lugar público. Pero lo peor fueron las infidelidades que comenzó a tener de Beatty. La actriz ya había tenido, además, algunos romances conocidos, tales como los que sostuvo con Peter Lawford y Frank Sinatra. Un intento frustrado con el actor Horst Buchholz durante el rodaje de "Fanny". Incluso tuvo un curioso flirteo con Cary Grant cuando rodaron juntos "Operación Whisky" en 1964. Leslie declaró en una entrevista, publicada por Nando Salva en el Diario Córdoba: "Sé que tuvo relaciones con los hombres, pero también supe que amaba a las mujeres. Cary me rondaba continuamente; él era un encanto y yo muy tímida. Aquello se convirtió en un "juego del ratón y el gato". Y yo sé que lo hacía para liberar su lado femenino. Una vez, me animé y le propuse hacer el amor, pero él se quedó desconcertado y no supo qué decir". Parece que su último "affaire" fue con el actor holandés Robert Wolders.

Leslie Caron, "la francesita", como se la llamaba, no sólo por su 1,56 m. de estatura, sino por su gracia natural, su virtuosismo para el baile y su cara de niña con aquella atractiva mezcla de dulce y traviesa. Tal vez, esa lozanía fue la que atrajo con su perfil para interpretar las comedias musicales que imperaron en su década. La actriz lleva tiempo retirada del cine y a sus 89 año reside en un confortable hotel de su propiedad, a unos 100 km. de París. Su último papel en una película fue en 2003, aunque hace unos años hizo una aparición en una serie de televisión inglesa.
De belleza exuberante y latina, la "Lollo", como la llamaban, fue la eterna rival de Sophia Loren

Gina Lollobrigida.
Italiana, nacida el 4 de julio de 1927. Su vocación inicial era las artes plásticas, en concreto la escultura. En Roma, comenzó a trabajar en desfiles de modelo y a los 20 años quedó finalista en un concurso de belleza. Alternaba su precario trabajo de modelo haciendo de extra y figurante en algunas películas. Tuvo un primer intento en Hollywood, apadrinada por Howard Hughes, pero no resultó. Antes había tenido ya algunos trabajo en producciones italianas en las que la única que destacó fue "Vida de perros" (1950), una tragicomedia con Aldo Fabrizi y Marcelo Mastroianni en el reparto. Galardonado con cinco premios David de Donatello y un Globo de Oro, ha sido la eterna rival de Sophia Loren.

Gina Lollobrígida comienza a trabajar con directores de prestigio. En 1952 se estrena con uno de ellos. René Clair la dirige en "Mujeres soñadas", una comedia que protagoniza Gerad Phillipè. 1953 es el año de su consagración como estrella. Protagoniza 4 películas. De ellas, primero son tres comedias de producción italiana: "Escándalo en Roma", "La provinciana" y "Pan, amor y fantasía", ésta protagonizada junto a Vittoria de Sica y en la qe consigue una nominación al BAFTA. La actriz tenía entonces 26 años. Luego, ese mismo año trabaja en un film norteamericano,"La burla del diablo", una comedia de aventuras que dirige John Huston y con Humphrey Bogart y Jennifer Jones en el reparto.

"La mujer más guapa del mundo" no sólo fue un título de una de sus películas, sino un titular que solía aparecer
en la prensa para recordar al mundo que el cine tenía entonces una belleza llamada Gina "La Lolló".
En 1954, Gina Lollobrígida continúa trabajando para la producción italiana, entr lo que más destaca es la comedia "Pan, amor y celos", una secuela del trabajo que hizo ya con Vittorio De Sica, y un drama titulado "La romana". En 1955 hace "La mujer más guapa del mundo", obteniendo el premio "David de Donatello". Comienza su carrera más exitosa. "Notre Dame de Paris", con Anthony Quinn y "Trapecio", con Burt Lancaster y Tony Curtis, dirigida por Carol Reed, ambos filmes del 56. La actriz sigue alternando los rodajes entre Italia y Améríca. Refiriéndonos a lo más sobresaliente, citaremos "Salomón y la reina de Saba" (1959), de King Vidor, con Yul Brynner y George Sanders en el reparto, "Cuando llegue septiembre" (1961), de Robert Mulligan, con Rock Hudson, Sandra Dee, Bobby Darin en el reparto, con el famoso tema "Come September" de este último.

Cuando la actriz está a punto de declinar, en el año 1963 protagoniza dos película de éxito. "Pensión a la italiana", una comedia en la que comparte reparto con Jean-Paul Belmondo, y "Venus imperial", un drama romántico con el que obtiene el Donatello. En 1964 rueda la producción inglesa "La mujer de paja", un drama de intriga que protagoniza con Sean Connery. Gina tiene ya 37 años. En el 65 vuelve a rodar dos comedias románticas. "Las muñecas", junto a Virna Lisi, y "Habitación para dos", con Rock Hudson, nuevamente. A partir de ahora ya sí es evidente su decadencia. Aún destaca alguno de sus filmes. "Hotel Paradio" (1966), comedia romántica, con Alec Ginness en el reparto. "Bellísimo noviembre" (1969), un drama de adolescentes, con Gabriela Ferzetti en el reparto y con música de Ennio Morricone. Después, Lollobrigida no vuelve a hacer nada que merezca citar, salvo alguno de los trabajos o series de televisión.

De su vida personal, Lollobrígida, además de su matrimonio con un actor esloveno cuando ella tenía 22 años, a los 57 volvió a casarse, esta vez por poderes, con un joven catalán que conoció en una fiesta en Mónaco. Al parecer fue un engaño que acabo en estafa. Después de muchos año de litigio el papa Francisco anuló el matrimonio. No se privó de vivir algunos escarceos sentimentales con distintos personajes del mundo del cine, incluyendo a Howard Hughes en su primer viaje a EE.UU. y lo que pudo suceder en su tiempo cuando el Príncipe Rainiero de Mónaco se dedicó a cortejarla. Por lo demás, en 1999 hizo algunas incursiones en la política, sin éxito. También participó en la dirección de algunas empresas de moda y cosméticos

Gina Lollobrígida, un mito viviente del cine italiano que deslumbró Hollywood. Una mujer de amores profundos y duraderos, aunque también de amantes ardientes. Cautivó a Roma, aún su competidora y rival Sophia Loren, y deslumbró al mundo.

A los 2 años en su primer posado, parece que ya quería ser actriz. A los 16, a punto de su primer rodaje.
"Sarita", a los 26 años en Hollywood, convertida ya en una estrella y después de rodar "Veracruz".

Sara Montiel
. Española, nacida en Campo de Criptana, Ciudad Real, el 10 de marzo de 1928 y fallecida el 8 de abril de 2013. Su nombre de  origen era María Antonia Abad Fernández, su padre era agricultor y su madre peluquera a domicilio. La familia se estableció pronto en Orihuela y el padre se hizo distribuidor de vinos. Estuvo en un colegio de monjas, pero no tuvo oportunidad de escolarizarse debidamente, solo le enseñaron labores domésticas y costura. Sin medios económicos para subsistir tuvo que aprovechar sus cualidades artísticas, además de la carta de presentación de su belleza, cuando a los trece años sorprendió al pueblo en la Semana Santa de 1941 y cantó una saeta en una procesión. La suerte le vino al participar en un concurso que presentaba Bobby Deglané en el Parque del Retiro de Madrid y ganarlo, y ello a pesar de la caída por un tropiezo que tuvo en el desfile. El premio que obtuvo era de una paga de mil pesetas mensuales durante un año (al cambio, entonces, serían mil euros). Así, pudo instalarse en Madrid.y formarse en declamación. Antonia sólo tenía entonces 15 años.

Escenas de Sara Montiel en 4 de sus primeras película. "Don Quijote de la Mancha" (tenía 18 años). "Se le fue
el novio
" (17 años). "Locura de amor" (20 años). "El capitán veneno" (21 años)
En 1944 fue descubierta por un fotógrafo húngaro que la llevó al director Ladislao Vajda, también húngaro y amigo suyo, para hacer un papel secundario en el film "Te quiero para mí". Ese mismo año también pudo hacer la película "Empezó en boda", con un papel más destacado junto a Fernando Fernán Gómez y en la que ya debutó con el nombre artístico de Sara Montiel, nombre que le sugirió de broma un humorista, compañero suyo. En 1945 trabajó en otros tres rodajes, entre ellos, "La misterioso viajero del Clipper" y "Se le fue el novio", éste film, nuevamente con Fernán Gómez. En 1947 intervino en dos producciones ya conocidas en su filmografía. Fueron "Mariona Rebull" y "Don Quijote de la Mancha", ésta dirigida por Rafael Gil, con Rafael Rivelles y Fernando Rey. En las dos películas, Sara consigue dos premios por su interpretación.

Hasta 1948 la actriz no vuelve a los rodajes, y son apariciones en películas muy poco notables. Tan sólo sobresale en "Locura de amor", un film que dirige Juan de Orduña y que protagoniza junto a Aurora Bautista, Fernando Rey y Jorge Mistral. Se trata de un melodrama histórico basado en la vida de la reina Juana la Loca. La interpretación del personaje de Sara supone un paso a su consagración como actriz. Tenía entonces 20 años. En 1950 se luce con "El capitán Veneno", una comedia que dirige Luis Marquina y con Fernán Gómez y Manolo Morán en el reparto.

De su aventura como actriz en América, Sara Montiel destaca en "Veracruz", con Gary Cooper, "Piel canela",
ésta en México, y "Dos pasiones y un amor", con Mario Lanza y Joan Fontaine. 
Ese mismo año en 1950, Sara Montiel decide dejar España y marcharse a México. Tal vez, es su ambición por superar el encasillamiento del perfil de sus personajes, aconsejada por Miguel Mihura, su pareja de entonces. Allí adquiere la nacionalidad mexicana y dedica 4 años de su carrera a trabajar en el cine mejicano. Rueda con Pedro Infante, Katy Jurado, entre otros, y participando en 14 producciones, de las que apenas conocimos alguna en nuestro país. Si acaso merece citarse "Piel canela", un filme por el que Sara conoció a Ernest Hemngway. Por entonces ya se le llamaba Sarita Montiel. En 1954, una productora de Hollywood se fija en ella y le ofrece un western de lujo con Robert Aldrich en la dirección. "Sarita" no se resiste y deja México.

"Vera Cruz" (1954) es la primera de una serie de películas que en principio Montiel se comprometió a rodar. Un western de aventuras que protagoniza con Gary Cooper y Burt Lancaster en el reparto, entre otros, y con el que Sara Montiel se convierte en "estrella" de cine. Luego, en 1956 vendría "Dos pasiones y un amor", con Mario Lanza y Joan Fontaine, dirigida por Anthony Mann y con quien se casaría poco después de conocerlo en el rodaje. Sara se hizo muy amiga de Fontaine, quien le ayudó a conseguir su papel en un film que iba a dirigir su marido. Fue entonces cuando conoció a Elizabeth Taylor y James Dean, que rodaban en un plató cercano. En 1957 y dirigido por Samuel Fuller, protagoniza "Yuma" junto a Rod Steiger como compañero de rodaje. Lo cierto es que los proyectos que la estrella tenía que cumplir en EEUU quedaron suspendidos al tomar la decisión de regresar a España. Había terminado su etapa en Hollywood, pero a su vuelta ya se había convertido en un mito del cine.

Algunos de los primeros planos escénicos de sus película "El último cuplé" (1957) y "La violetera" (1958),
sus éxitos en su vuelta a España, ya como estrella consagrada del cine. Tenía entonces 29 año cuando rodó
la primera de las dos películas.
Su siguiente etapa en España comenzó con "El último cuplé" (1957), un drama romántico en clave musical que dirige Juan de Orduña y con Armando Calvo de pareja en el reparto y cuyo argumento retrata la vida de una cupletista en decadencia. La película fue un éxito de taquilla internacional y el descubrimiento musical de la voz cálida y susurrante de Sara Montiel. Lo cierto es que la actriz hizo la película por amistad y como un favor a Orduña, ya que tenía que volver a EEUU a rodar "Yuma". Y lo que son las cosas, Sara Montiel se convierte en la máxima estrella hispánica y nacional del cine, además de la mejor pagada. Tal que su caché se igualó al de Elizabeth Taylor.

Tras el éxito de la nueva estrella, se le ofreció un contrato millonario mediante el cual se le anticipaba el equivalente a un millón de dólares por película, que era lo que le ofrecían en EEUU. Sara Montiel llegó a decir entonces: "Verás, cariño, después del éxito de El último cuplé ¿me voy a ir de casa para seguir haciendo de india?". Y así, en 1958 protagonizaría "La violetera", con Raf Vallone y Ana Mariscal. La película, con algunos rodajes en París, se estrena allí en la sala de cine más grande del mundo, con un aforo para casi 5.000 espectadores y se convierte en un éxito internacional. Después y hasta 1971 hace otros 12 filmes, del mismo género. Sin embargo, son producciones que ya no tienen el tirón original de las dos primeras, rozan el folletín lacrimógeno y resultan unas insulsas y repetitivas historias. Si acaso, se salva "Varietés" (1971), con Vicente Parra, la última de ellas. Luego, tuvo su declive y sus trabajos fueron un tanto mediocres. Su su prestigio artístico la salvó algún que otro show en televisión, tal como el de "Saritíima" o algunos otros espectáculos musicales.

Son algunas de las relaciones que tuvo Sara durante los 3 años de su carrera que pasó en EEUU. A la izquierda,
con James Dean, debajo con Gary Cooper. A la derecha, con su amiga Liz Taylor, debajo con Anthony Mann,
y ya de novia, el día de su boda.
En cuanto a su vida personal, Sara Montiel se casó cuatro veces. La primera con el director Anthony Mann en 1957. El matrimonio duró 6 años. Con el empresario Pepe Tous, ya a los 51, quedó viuda después de 13 de casarse. El último, con un oportunista cubano, que la engatusó cuando ella ya tenía 74 años, y aunque la relación se disolvió al año siguiente, la prensa rosa y los medios sensacionalistas se cebaron con ella y con la orientación sexual del cubano, haciendo todo un circo mediático que desprestigió la imagen pública de la actriz.

De todas formas, hay que decir que Sara, como otras muchas artista, fue muy dada al romance sentimental y al devaneo ocasional. Y aparte de una de sus primeras relaciones, la que tuvo con Miguel Mihura a los 17 años, que enamorado de la joven Sara renunció a ella para que aprovechara la suerte que le brindaba América, los flirteos que tuvo con Gary Cooper y con Burt Lancaster, o su romance secreto con Severo Ochoa, también tuvo amores con Ernest Hemingway, dicen que una aventura con James Dean y hasta un breve coqueteo con Marlon Brando. Parece que lo de Gary Cooper fue muy serio, pues el actor quedó cautivado por la actriz española aunque hubo de desistir porque tenía entonces una relación muy estable en su matrimonio. Como anécdotas, fue Hemingway quien le aficionó a fumar habanos; Marlon Brando, que hablaba muy bien en español, le enseñó hacer el desayuno tejano, ella los huevos a la manchega. En cuanto a James Dean, al parecer Sara iba a haber viajado con éste en su Porsche el mismo día en que tuvo el accidente y en el que perdió la vida. Pero, además, "Sara, la manchega", como algunos la llamaban, tenía un "don de gentes" para las mujeres. A Joan Fontaine se la cameló, a pesar de que ésta al principio no la tuvo en simpatía, y con Liz Taylor tuvo una amistad muy estrecha.

Los que nos sumergimos en su potencial interpretativo y calamos el cromatismo de su posado ante las
cámaras, sabíamos que tenía fotogenia para un rol en "blanco y negro", incluso para representar
el personaje de "mujer fatal" en el "cine negro".
Sara Montiel
 tenía una sensualidad tan natural e irresistible que cautivaba a cualquier persona, fuera hombre o mujer. Sus ojos intensos, su sonrisa deslumbrante, además de su físico escultural, todo un atractivo con el que consiguió que Hollywood la llamara "La bomba latina". Y hay algo de lo que estoy convencido. Y es que la sencillez de Sara era tan creíble que cuando hablaba de su humilde orígenes, recordando de dónde venía, sin dejar de perder su exquisita esencia, todo el mundo quedaba fascinado. Incluso, siempre me llamó la atención cuando ella decía "yo sé que no canto bien, pero me da igual, yo canto a mi manera". Y es que cuando la veíamos cantando, derrochaba erotismo, más allá de las cámaras.

De Sara Montiel, actriz a la que personalmente yo le he tenido mucha admiración y simpatía, no sólo porque se hizo ella sola, sin más influencias o recomendación que su gracia y talento, sino por su franqueza y transparencia, he admirado dos cosas. La primera, su capacidad personal y genialidad artística para cautivar algunos de los cineastas más reconocidos en Hollywood, en su etapa en EEUU, tales como Gary Cooper, Anthony Mann, Joan Fontaine, Liz Taylor, Clark Gable, o incluso el propio Orson Welles. Antonia, como allí la llamaban, porque a ella le gustaba que la llamaran por su nombre, tenía tal poder para convencer que la productora que la había contratado aceptó su renuncia sin pedirle indemnización alguna. La segunda, la combinación de su modestia y humilde trato con su sentido del humor que descolocaba a cualquiera. Yo creo que a veces quería ser tan cercana y natural que daba la impresión de caer en lo grotesco o en el ridículo, pero también eso era parte de su atractivo. Incluso, aquella disposición le llevaba a sincerarse en las entrevistas contando sus fuertes y continuas depresiones, lo que le llevaban a situaciones límites en las que, ni podía dormir, ni salir de sus crisis.

Sara Montiel; una "belleza de infarto", una sensualidad latente en sus ojos intensos, y a la vez en su sonrisa
sugerente y deslumbrante. Se decía, incluso que había erotismo en algunos de los mechones de su cabello.
Yo siempre entendí, cuando
 desde mi condición de entusiasta, entregado y apasionado cinéfilo, estudiaba algunas de las secuencias dramáticas de la actriz y su carismática interpretación, que el talento de Sara Montiel iba mucho más allá de los papeles que llegó a hacer, no ya en su etapa americana, sino en ese insulso, a veces chabacano repertorio de películas, al que se le sometió. Sara Montiel era una actriz irrepetible, desde su imagen, capaz de penetrar en el más indiferente a su prototipo físico, hasta su más original característica interpretativa. Estoy seguro que Sara intentaba "ser ella misma", con el ingenio de sus dotes, pero el director no se lo permitía, porque -decía- que "no iba" con el rol de su personaje. Quizá fue ese desprecio, el que sintió cuando se le ofrecían papeles tan frívolos y vulgares, lo que hizo que ella misma dejara el cine. Y es que aquel prodigio artístico que adivinábamos en su potencial, era algo que llegamos a ver en alguna genial secuencia que consiguió hacer en el rodaje de alguna escena, burlando al realizador. Yo creo que debió aprender mucho con los dos cineastas norteamericanos que la dirigieron, y con la experiencia de los actores y actrices con quienes trabajó de cerca. Aún así, la actriz tenía un talento natural. La pena, fue que no la dejaron "actuar" como ella hubiera querido, y como nosotros la hubiéramos podido disfrutar.
Retratos pintados de Jean Simmons, Shirley McLaine, Leslie Caron, Gina Lollobrigida y Sara Montiel.
Aunque, lo peor fue el trato ingrato y vejatorio que recibió en muchas ocasiones, ya en su etapa retirada de los rodajes y del espectáculo, unas veces por sus devaneos sentimentales, cuya crónicas se vulgarizaron a través de la prensa rosa más ordinaria, otras por sus acostumbradas declaraciones, un tanto escandalosas (según se mirase), para alguno irreverentes, que no eran más que su expresión natural y sincera, siempre exenta de hipocresía. Desde luego, no tratamos bien a quien, sin duda fue la mejor actriz que hemos tenido en nuestro cine. Una genial estrella del celuloide.

Jean Simmons, Shirley McLaine, Leslie Caron, Gina Lollobrígida y Sara Montiel. Cinco actrices de diferentes personalidades artísticas, de estilos interpretativos muy distintos. Sus películas dieron resplandor a las décadas de lo 50 y los 60, unas veces con el contraste del "blanco y negro" de sus fotogénicas escenas, otra con el del atractivo del color y el "cinemascope". Las cinco, desde sus distintos países de origen forman parte de una constelación nostálgica que dio brillo al "séptimo arte". Cinco estrellas del universo de la magia del cine.
                 
Ángel González "Rusty Andecor"

1 comentario:

  1. Magnifico comentario a la divina e irrepetible Sara Montiel, la primera la única la genial, el único mito de renombre internacional que dio el cine español.

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