Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

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Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

lunes, 30 de agosto de 2021

Lee Remick, "los ojos azules más desgarradores de Hollywood". 2ª parte de "Las últimas actrices convertidas en estrellas con el cine en blanco y negro”


Lee Remick, "los ojos azules más desgarradores de Hollywood"

"Lee Remick, los ojos azules más desgarradores de Hollywood", como así aparecía en algún titular de algunas de las revistas más mediáticas del universo del cine.  También, "La espléndida actriz de hermosos ojos azules". Ella fue una de las actrices más representativas y versátiles del cine hollywoodiense de la década de los 60, aunque también de las más olvidadas en la antología del cine clásico.

Lee Ann RemickActriz estadounidense, nacida en Quincy (Massachusetts) el 14 de diciembre de 1935 y fallecida el 2 de julio de 1991. De niña se Instaló con su madre en Nueva York, después de quedarse solas tras el divorcio de sus padres. De muy joven comenzó a interesarse por la actuación y la danza, iniciándose como bailarina clásica. Al mismo tiempo estudió en el "Actor´s Studio", lo que la llevó a perfeccionar la interpretación. Además, también por entonces empezó a trabajar en el teatro y en la televisión. Luego ya en 1957, cuando sólo contaba con 22 años, conseguiría su primer papel en el cine interviniendo en la película "Un rostro en la multitud", de Elia Kazan, interpretando el año siguiente un papel destacado en "El largo y cálido verano". Y es a los 23 años cuando se convierte en estrella protagonizando "Anatomía en un asesinato". Más tarde, en 1963, su atractiva participación junto a Laurence Harvey en el film "El precio de la muerte", salvaría de la ruina a Carol Reed, que lo dirigió y fue su productor, ya que se estrenaba justo cuando se produjo el asesinato de John F. Kenned, pues por tal motivo se temía su fracaso. La película y la propia Remick se convertirían en leyenda. Lamentablemente la carrera de la actriz fue corta, aunque intensa y prolífica, rodando 24 películas sólo para el cine, y ello por su prematuro fallecimiento a los 55 años, lo que motivó que su leyenda cayera en el olvido. Aunque no consiguió el Oscar, en 1963 obtuvo una digna nominación al premio por "Días de vino y rosas", sin duda su mejor interpretación. Años más tarde, en 1966 triunfaría en Broadway con una obra de teatro que luego interpretó en el cine Audrey Hepburn bajo el título de "Sola en la oscuridad".

Algunos de los primeros planos de Remick en "Anatomía de un asesinato" y "Días de vino
y rosas", filmes que rodó en "blanco y negro"

Lee Remick debutó en 1957 con "Un rostro en la multitud", de la mano de Elia Kazan, un drama ambientado en el mundo de la televisión realizado en formato de blanco y negro. En 1958 participa en "El largo y cálido verano", que protagonizan Paul Newman, Joanne Woodward y Orson Welles. En 1959 protagoniza junto a James Stewart "Anatomía de un asesinato", dirigida por Otto Preminger, un drama judicial rodado en blanco y negro, obra maestra sobre los juicios criminales y uno de los trabajos más impecables de Stewart. A partir de 1960 y hasta 1970 le siguen una docena de películas muy notables. Títulos como "Río salvaje" (1960), de Elia Kazan y con Montgomery Clift en el reparto, un drama sureño por el que se dijo que fue "el mejor y más profundo trabajo de Elia Kazan", a la par que conmovedora la química interpretativa de Remick junto a Clift, sabedora del sufrimiento de éste por sus adicciones y atormentado por sus inseguridades en torno a su homosexualidad. En 1961 rueda "Requiem por una mujer", con Yves Montand. En 1963 es "Chantaje contra una mujer", con Glenn Ford en el reparto, "Días de vino y rosas", co-protagonizada por Jack Lemmon, ambas dirigidas por Blake Edwards, ésta última un intenso drama sobre el alcoholismo, un clásico, obteniendo un Oscar, cuatro nominaciones y otras tantas para el Globo de Oro y el BAFTA. En 1963 protagoniza "Camas separadas", de Arthur Hiller y con James Garner "El precio de la muerte", dirigida por Carol Reed y protagonizada también por Laurence Harvey y Alan Bates, el film que se estrenó la misma semana del asesinato del presidente Kennedy y cuya precaria recaudación al principio estuvo a punto de arruinar a los productores. 

Lee compartiendo fotograma con Jack Lemmon y Gregory Peck, su grandes amigos hasta su final,
quienes la lloraron en su funeral. Arriba con Lemmon y Bake Eduards en el descanso de un rodaje
de la película "Días de vino y rosas".

En la segunda mitad de los 60, aparte de la película "La batalla de las colinas del whisky" (1962), con Burt Lancaster, destaca en el film "El detective" (1968), de Gordon Douglas y con Frank Sinatra en el reparto, un drama policíaco. Luego rueda "Casta invencible" (1970), dirigida y protagonizada por Paul Newman, quizá su último trabajo notable. Se produce entonces un declive del que sólo le salva la película "La profecía(1976) con Gregory Peck en el reparto, una intriga de terror sobre el fin del mundo, que sirvió para estrechar más su amistad durante el rodaje y que ya tenía con él. Si acaso, otro título interesante fue "Alarma Catástrofe", con Richard Burton. Además de sus apariciones en algunos telefilmes y serie televisivas. mereciendo citar las miniseries "Ike" (1979) y "La reina de las nieves" (1985). Realmente no fue un declive de su carrera, sino un intento de evadir la prolongación de un estrellato que no deseaba y por lo que tal vez quiso refugiarse en el anonimato de los filmes televisivos y series intrascendentes. El recuerdo del inicio de su carrera meteórica le asustaba cuando pensaba en el ocaso que le esperaría. Y es que, sólo en cinco años, desde 1959 a 1963, había sido dirigida por cinco de los mejores directores de Hollywood de la época: Otto Preminger, Elia Kazan, Tony Richardson, Blake Edwards y Carol Reed.

En cuanto a su vida privada, Lee Remick a los 22 años se casó con un productor del que se divorciaría después de 11 años, volviendo a casarse a los 35 hasta su fallecimiento y cuando ella sólo tenía 55 años. Por lo demás, no se le conoce ningún romance, ni devaneo sentimental, fuera de las relaciones con sus dos maridos. Sin embargo sabemos que tuvo tres grandes amigos a lo largo de su carrera y que la acompañaron hasta el final, incluso que estuvieron en su funeral y hasta la incineración de sus restos. Ellos fueron Elizabeth Taylor, Jack Lemmon y Gregory Peck.

Tres clásicos primeros planos de la actriz en diferentes perfiles interpretativos y bajo el formato
en "blanco y negro"
De la prestigiosa revista estadounidense "The Hoolywood Reporter", de Los Ángeles, extraigo algunas de las anécdotas de la actriz americana. La primera se refiere a cómo la negativa de Lana Turner, a quien Otto Preminger había elegido para protagonizar "Anatomía de un asesinato", a causa de un altercado entre la estrella y el director, provocó que ella abandonara la película y éste seleccionara a Lee Remick para sustituirla. Más tarde, el propio cineasta reconocería que el incidente para contratar a Remick fue un logro y sirvió para conseguir un mejor perfil interpretativo en el personaje de "Laura", además del fulgurante lanzamiento al estrellato de la actriz. Kip Gowans, segundo marido de la actriz, declaraba en este mismo medio de Los Ángeles y según el artículo que escribía Mike Barnes en marzo de 2011, refiriéndose a Lee Remick, otras de 
las anécdotas que se producían en el mundo del reparto de papeles para el rodaje de un film. Pues lo cierto es que se produjo un encuentro entre Vincente Minnelli y Lee Remick, quien se hallaba en compañía de su amiga Liz Taylor en un restaurante de Hollywood. El director estaba ultimando el reparto de "Castillos en la arena" y tenía ya contratada a Taylor, además de a Richard Burton, pero le faltaba una actriz protagonista para otro de los personajes del film, por lo que pensó que Remick daba justo el perfil para el papel. El problema fue que ésta ya estaba contratada para la película "La batalla de las colinas del whisky" y finalmente MInelli se puso de acuerdo con Eva Marie Saint para ese papel. Las dos producciones se estrenaron ese mismo año de 1965. El realizador les había dicho, cuando estuvo con las dos estrellas: "Podríamos conseguir secuencias brillantes si consiguiéramos hacer coincidir en escena a las dos, mostrando los ojos violeta y los ojos azules más hermosos de Hollywood", refiriéndose a los de Liz y Lee.

De su rostro armonioso, su belleza discreta, pero sugerente y fascinante, se inspiraron los artistas
del pincel y consiguieron plasmar sus rasgos más identificativos. (John Springsfield, Paul Quarry)

Y recordando aquella célebre frase de "Días de vino y rosas": "Recoged las rosas mientras podáis, largos son los días de vino y rosas, de un nebuloso sueño, surge nuestro sendero. Y se pierde en otro sueño", Lee Remick declararía en una entrevista: "Cosechad amigos mientras podáis y guardad los mejores, porque vendrán malos tiempos y siempre vamos a necesitar la comprensión y el apoyo del buen amigo". Y decía: "El calor y el afecto que pueda dar el marido en un matrimonio no lo es todo", añadiendo: "...la magia del entendimiento del alma se produce en una buena amistad". Ella se refería a sus amigos Gregory Peck y Jack Lemmon, y a su cómplice Elizabeth Taylor.

De la publicación "Divas del cine", extraigo un artículo de julio de 2011 que hace referencia a la actriz estadounidense así: "Lee Remick fue una mujer bellísima; quizá su belleza no fue lo bastante "explosiva" como para convertirla en un "sex-symbol", cuestión que por otra parte nunca quiso como una de sus pretensiones. Su rostro armonioso, y su cuerpo cimbreante y esbelto, le aportaron un estilo que cautivó al público. En ella predominó ante todo la naturalidad, mostrándose tal y como era; hermosa, pero sencilla. Amaba la interpretación por encima de todo, y con el paso de los años se convirtió en una figura muy importante para el cine. Al contrario de otras estrellas, nunca se dejó influenciar por el mundo material y ficticio de Hollywood, negándose incluso a formar parte del sistema de estrellas que por entonces se hizo tan popular en la Meca del cine -algo similar a lo que también hizo Julie Christie, como vimos en el anterior artículo-. Fue una mujer discreta, muy familiar y sumamente profesional, con una categoría y una clase poco común y que hizo que fuera respetada y valorada, tanto artísticamente como por su perfil humano".

Ángel González "Rusty Andecor"