Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

domingo, 7 de abril de 2019

Jennifer Jones. La belleza del romanticismo en su estado puro. De la candidez a la sensualidad, en toda su versatilidad interpretativa.

Jennifer Jones vestida y envuelta en su halo de "Jennie" posa junto al "Retrato de Jennie", uno de los
personajes más románticos del cine.
"Mi madre me dijo que nunca explicara nada, ni me quejara. Incluso siendo una actriz joven, determiné que nunca daría entrevistas personales, pues los periodistas lo transformando y lo tergiversan todo, nos incomodan y nos hacen daño". (Jennifer Jones)
   
Después de fallecer su segundo marido, David O. Selznick, con el que le unía una relación muy estable sentimentalmente, Jennifer Jones permitió una de las pocas entrevistas que se le hicieron y en la que, entre otras cuestiones, se le llego a preguntar porqué no había vuelto a tener un papel de acuerdo a la categoría de la gran actriz que había sido. Jennifer respondió: "Al no estar ya él a mi lado, me sentía sola y no podía coordinar bien.  David lo eras para mí. Estoy superando su pérdida y tengo un tratamiento muy fuerte. Este trabajo ya no es igual, yo amé el cine que se hacía antes, ahora mis preferencias van por otro lado". Y añadió: "Yo lo único que deseo ahora, en estos momentos, es paz, tranquilidad y sentirme útil hacia los demás. Lo siento, no tengo más que decir".
   
"El amor de David por Jennifer era auténtico, obsesivo y conmovedor, pero en él se encontraban ya las semillas de los fracasos que marcarían los últimos años de su vida, si lo comparamos con el enorme éxito de que le produjo "Lo que el viento se llevó". (John Huston). Prosigue el cineasta: "Desde que se casó con Jennifer no ha vuelto a hacer nada trascendental. El amor en el trabajo es mala compañía, y vivir obsesionado por una mujer puede desencadenar en una niebla de la que es imposible salir". 
     
Jennifer Jones tenía una capacidad y una versatilidad nada común en una actriz para adaptarse
a la diversidad de papeles que interpretaba, desde la candidez a la sensualidad más manifiesta.
Jennifer Jones. Nacida en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, el 2 de marzo de 1919, de nombre original Phillys Lee Isley y fallecida en Malibú, California el 17 de diciembre de 2009 a los 90 años de edad. Sus padres pertenecían al mundo del espectáculo, razón por la que viajaba bastante por el oeste y medio americano. A los 19 años ingresa en la Academia de Artes Dramáticas de Nueva York. Allí conoce a Robert Walker, otro estudiante de la escuela. En 1939 se casa con él. Sólo tenía 20 años. Tras sus primeros fracasos en Hollywood, vuelve con Walker a Nueva York y se coloca en una agencia de modelos. Se presenta a numerosas pruebas de interpretación. En una de ellas, organizada por el productor independiente David O. Selznick, éste queda impresionada a pesar de que Phillys no la termina porque en el transcurso de la misma rompe a llorar. Tenía entonces 22 años y había otro cineasta que no la iba a perder de vista, fascinado por el potencial interpretativo que preveía; era Henry King. En 1942 la 20th Century Fox se interesa por la actriz, cuyas dotes ya conocía por este director. Recomendada por King, comenzaron las pruebas y las expectativas eran optimistas. Se trataba de un papel difícil, pero que encajaba perfectamente con el aspecto aniñado de Jennifer. La película también era difícil, por el tema religioso tan controvertido de su argumento. Su título, "The song of Bernadette". En 1943 se estrena y ahí comienza la carrera de Jennifer Jones. Y así, con este film consigue el Oscar a la mejor actriz. (Clic sobre el nombre y los títulos de los filmes sobrescritos en azul tenue para enlazar con los documentos en vídeo).
     
Jennifer no era una belleza despampanante. Era su "cara
de niña", la candidez e inocencia de su expresión y la de su
gesto en la interpretación, lo que sedujo al cine.
Lo cierto es que antes de terminar este oscarizado trabajo de Jones, el productor Selznick ya había ofrecido un contrato a Jones por siete años. La actriz firmó sin dudarlo. Fueron una decena de filmes, aunque algunos de ellos llegaron a producirse también por otras compañías, como la Fox. Después de la fructífera alianza con Selznick, veinte años bajo su protección, después de rodar "Adiós a las armas" en el 57, la que sería la última película que produce su marido, Jennifer comienza a abandonar los platós y se retira para acompañar a su marido en los últimos años de  su vida. En ese tiempo, solo interviene en una película de Henry King que produce la Fox en 1962. Se trata de "Suave es la noche". El productor fallece en 1965 y a partir de ahí se produce un declive. La actriz solo rueda tres películas, siendo la última "El coloso en llamas", en 1972. En el 76 fallece su hija Jennifer, víctima de suicidio. Es un golpe tan duro que la actriz abandona por completo su carrera. La estrella muere en el 2009 a los 90 años.
      
La verdad es que la carrera de Jennifer Jones no está plagada de títulos, pues apenas hizo una veintena de películas. Hubiera sido mucho mayor la producción si David, su marido, no hubiera comenzado a padecer entonces de una enfermedad del corazón que le llevó a que Jennifer dejara a un lado su trabajo para cuidar de él. Esos últimos años y la temprana muerte de él, cuando ella aún no tenía más que 45 años, fueron la causa de que por ello perdiéramos la posibilidad de verla interpretar en más ocasiones.
      
De su habilidad para transformar el rol de sus personajes, Jones
era capaz de dar el perfil justo para su interpretación.
Jennifer Jones, al principio de su carrera, había sido llamada como la "Girl Face" por su "cara de niña", o "la chica de los ojos grandes", pues se distinguía por un estereotipo de belleza que conjugaba ambos atributos, considerándose una guapa morena sin llegar a ser despampanante, como lo fueron otras estrellas de la época. En aquellos años 40 cuando cautivó a la Academia de Hollywood con "La canción de Bernadette", llegó a ser la encarnación de la belleza inocente y cándida, aunque luego nos demostraría su capacidad y habilidad camaleónica para mostrarnos un perfil físico más sensual y voluptuoso en la interpretación de sus diversos personajes. El caso es que tras aquel sonado debut de Jennifer en el papel de vidente de Lourdes, ante lo que se dijo con humor que lo suyo fue "llegar y besar la Virgen", por lo de "besar el santo". Selznick comenzó a cuidar de su carrera con tal celo que siempre escogía los papeles más adecuados para evitar que quedara encasillada. Y así, la diversidad y versatilidad de su perfil iba desde la dulzura e ingenuidad de un personaje  a la voluptuosidad, desde un papel clásico literario hasta el de rebelde transgresor. Y si hay que reprobar un error al productor fue cuando rechazó el papel de la película Laura, que la Fox terminó dándole a Gene Tierney. De cualquier manera, se dijo -naturalmente con ironía- que "fue la torpeza de Selznick, al morirse en 1965, la causa y perjuicio del final de la carrera de Jennifer".
      
La versatilidad del aspecto físico de Jennifer según el perfil interpretativo para el personaje del film,
era un reto que su mentor y productor Selznick, y ella misma, se tomaban en cada uno de los rodajes.

La filmografía de Jennifer Jones comienza en 1939 con algunos papeles secundarios en una serie de TV, de las primeras que se produjeron entonces, y en un film que protagonizaba John Wayne. Su auténtico debut se produce en 1943 con "La canción de Bernadette", de Henry King, con la que consigue el Oscar y un Globo de Oro, además del estrellato. (Clic en el título y otros para visionar la película completa)Por cierto, que fue el único Oscar de su carrera. En 1944 rueda "Desde que te fuiste", de John Cromwell, con Claudette Colbert y Joseph Cotten en el reparto; un drama romántico ambientado en plena II Guerra Mundial. En 1945 protagoniza "Cartas a mi amada", nuevamente junto a Joseph Cotten, también dentro del género del drama romántico y en el que la excusa vuelve a ser la guerra. En 1946 hace dos películas. Una, "El pecado de Cluny Brown", que dirige Ernst Lubitsch, con Charles Boyer y Peter Lawford en el reparto, esta vez una comedia romántica. La otra,"Duelo al sol", de King Vidor, con Gregory Peck y Joseph Cotten como compañeros de reparto, y en la que vuelve a conseguir otra nominación. Un épico western dentro del género de drama romántico. La historia pasional y turbadora de Perla que revuelve la vida de una familia, dos hermanos que suspiran de amor por la misma mujer, con un final apoteósico, más allá de la muerte. Dicen que Seltznick hizo esta película por amor a Jennifer Jones, para lucimiento de la que entonces era su novia.
    
Son algunos de los planos de los filmes más notables de Jennifer Jones, incluidos los de "Jennie" y "Duelo
al sol", como de las mejores caracterizaciones de su filmografía.
Entre 1948 y 1957 se producen la mayor parte de las películas. 14 filmes en 10 años que cubre más de la mitad de su filmografía en una carrera de 30 años. Comenzamos la referencia de todas ellas con "Jennie" (1948), de William Dieterle, de nuevo con Joseph Cotten como compañero de reparto, un drama romántico con tintes fantásticos y un reconocimiento de cine de culto. Impresionante su blanco y negro nítido, a veces difuso y transparente, con remates de sepia al final, enmarcando una historia de amor que sobrepasa el tiempo, de una musa fantasmal que siendo niña, luego joven y ya mujer, se enamora de un pintor bohemio y arruinado que también le corresponde. "Éramos desconocidos" (1949), de John Huston, con John Gardfield en el reparto. "Madame Bovary" (1949), de Vincente Minelli, con Louis Jourdan, Van Heflin y James Mason, en los repartos, una impecable adaptación de la novela de Gustave Flaubert. "Corazón salvaje" (1950), una co-producción inglesa dirigida por MIchael Powell que tuvo una reedición al año siguiente por exigencias de Selznick para modificar parte del guión, el prólogo, revisar el montaje y mejorar los planos de Jones"Carrie" (1952), dirigida por William Wyler y coprotagonizada por Laurence Olivier, un magnífico melodrama romántico que fue nominada por su inmejorable dirección artística y su blanco y negro
Son planos de Jones en perfiles interpretativos correspondientes a algunas de los filmes rodados en color
"
Pasión bajo la niebla" (1952), de King Vidor, con Charlton Heston y Karl Malden en el reparto, otro drama romántico. La producción italiana "Estación Termini" (1953), de Vittorio de Sica, con Montgomery Clift como co-protagonista, una historia de amor con una larga despedida entre una mujer americana y su amante italiano, a mi juicio demasiado sórdida; una pretensión frustrada de Selznick por experimentar el neorrealismo de De Sica. "La burla del diablo" (1953), de John Huston, con Humphrey Bogart y Gina Lollogrigida en el reparto. "La colina del adiós" (1955), de Henry King, con William Holden como co-protagonista, un drama romántico ambientado en la guerra americana contra Corea y que ganó 3 Oscars, entre los que contó con el de banda sonora de Alfred Newman.


De Jennifer, una de las peculiaridades más señaladas de su perfil físico, era la versatilidad para
mostrar su belleza cándida, y al mismo tiempo elegante, en contraste con la caracterización sensual
que a veces irradiaba en algunas interpretaciones.
En los últimos años de la carrera de la actriz cabe destacar "Adiós a las armas" (1957), de Charles Vidor, con Rock Hudson y Vittorio de Sica, no por la calidad del film sino porque fue lo último de Seltznick y de Jones que él produjera. Una historia de amor poco convincente, quizá porque falta química entre la actriz y Hudson. Por lo demás, mucho espectáculo, pero poca pasión en la trama que peca de aburrida. La otra película importante de Jennifer Jones es "Suave es la noche" (1962), de Henry King, con Joan Fontaine y Jason Roberts en el reparto, un drama entretenido que no hace honor al título de la novela. En 1974, después de haberse retirado doce años antes, intervino con un papel secundario en "El coloso en llamas", una película de catástrofes que contó con un reparto de lujo, como Paul Newman, Steve McQueen, William Holden o Fye Dunaway, entre otros.
       
Jennifer acompañada de David Selznick, su marido, durante los últimos años de la vida de éste y de
la carrera de actriz de ella. En una de las fotos, también aparece acompañada de Rock Hudson.
Jennifer Jones. Su nombre y su filmografía han quedado absolutamente olvidados con el paso de los tiempos, cuando buscamos una visión retrospectiva del cine clásico o queremos ver los antecedentes artísticos de las leyendas interpretativas del cine "en blanco y negro". Posiblemente, Jones es una de las artistas, como "estrellas del dorado cine", que más injustamente pasaron al olvido. Y es inmerecido, pues para empezar, su belleza nunca estuvo antes que su talento. Sus dotes artísticas, su elegancia y la discreción de su vida privada era reconocida, no sólo por la crítica y el público, sino por la farándula hollywoodiense. Los mejores directores de la época se disputaron su trabajo. Y es más, el productor independiente más importante de la era dorada de Hollywood, David O Selznick, cayó rendido ante su magnetismo artístico y personal.
               
A la izquierda, acompañadas de los 3 maridos que tuvo: Walker, con sus hijos, Selznick y Norton Simon.
A la derecha, con Selznick, en el último año de la vida de éste. Jones se habái retirado para cuidar de él
Indudablemente, los anales de la historia del cine, o incluso la misma crónica de la música y de la canción, coinciden siempre en que la falta de escándalo y de la vida mediática de un artista, de alguna forma ensombrece su celebridad y la historia de su carrera y de su vida personal. La respetabilidad y la discreción en la conducta de un artista, incluso de un mito legendario, queda oscurecida junto con su celebridad si no hay escándalo o no sale a relucir un hecho mórbido o luctuoso con el que se despierte o reviva su recuerdo y su imagen. Ciertamente y sin nombrar a ninguna de las estrellas que aparecen en esta antología, es evidente acordarse de algunas de ellas, aunque no es el momento de nombrar a ninguna. Quizá, sea esta la razón por la que siento una especial admiración, simpatía y respeto a Jennifer Jones. Y desde luego, no podía olvidarme de ella en este homenaje a las estrellas del "blanco y negro". De esta forma, con la ilustración de la galería de fotos que inserto y las referencias a su reservada vida y a su trabajo en el cine, pienso que le he podido dedicar un reportaje merecido hacia su persona y a cuanto significó para el "séptimo arte".
           
Cuatro fotogramas de las escenas de 4 de sus películas más apreciadas: "Jennie", "Duelo al sol",
"Estación Termini" y "La colina del adiós"
Hay momentos escénicos en algunas de las películas de Jennifer Jones que son pequeñas joyas de arte del cine, al menos para un estudioso aficionado dedicado a la historia del llamado "séptimo arte", como yo mismo me considero. Desde mi gusto, y por no hacer más larga mi referirme a unas y otras, he querido recordar dos de esos momentos en dos de sus filmes. Uno de esos momentos, el de la estética que representa la musa fantasmal de "Jennie" y que produce una especie de encantamiento en un pintor que ha perdido su inspiración, la belleza del proceso de cómo ella le va cautivando con su candidez, e incluso la mágica transformación de su propia intemporalidad . La fantasía de aquel desarrollo secuencial, se dice que obsesionó a Luis Buñuel y fue su mayor inspiración para rodar después "El oscuro objeto de deseo"La otra escena, el beso del final de la pareja Perla y Lewton en "Duelo al sol", entre las fronteras de la muerte y el cruce desde lo más oscuro y brutal del amor a la eternidad. (Clic en el enlace del título para visional el final).
   
Contemplar la capacidad de adaptación de las diferentes caracterizaciones para interpretar sus
personajes, era increíble y asombroso al comprobar la transformación de su aspecto y su expresión.
Desde luego, Jennifer Jones fue una actriz de tal versatilidad de caracterización en la diversidad de sus papeles que muy pocas actrices consiguieron esa particularidad artística por la que el espectador, a veces, le resultaba difícil encontrar la identidad de la actriz entre el personaje de una película con el de otra. Alguna vez nos hemos visto en la duda, cuando no estábamos seguros del reporto de actores, de si la actriz de tal personaje era la misma que la de otra película que recordábamos. Incluso siendo contemporáneas las dos o tres producciones. Y alguna vez hemos dicho: "pero si aquí Jennifer no se parece en nada a la otra que vimos". Era así, y la realidad es que esa capacidad en la transformación de su perfil interpretativo formaba parte de su genialidad y una de las virtudes que más elogiaban los productores y directores. Selznick lo sabía muy bien; y él mismo, que estaba siempre a su lado, moldeaba sus dotes y facultades y cuidaba de su trabajo para los papeles que le buscaba en los diferentes filmes que se contrataban.
   
Jennifer Jones recogiendo el Oscar que la Academia le
concedió en 1944 por "La canción de Bernadette" (Clic)
La realidad es que los mejores cineastas de la época se disputaban para dirigir a Jones en sus películas. De entre los de más prestigio de entonces, tales como Henry King, John Cromwell, Ernst Lubitsch, William Dieterle, King Vidor,  John Huston, Vincente Minelli, Henry King, incluso Vittorio de Sica, éste en una experiencia neorrealista típica del director, pero que no llegó a convencer, todos ellos tuvieron el privilegio de conducirla en sus interpretaciones. Directores que se asombraban por la naturalidad, no sólo del perfil artístico que conseguía darle el talento de la actriz, sino por la expresión interpretativa con que el que adaptaba su personaje. Hubo directores, como el propio Dieterle que dijo "... a Jennifer Jones no hace falta dirigirla, es ella la que nos muestra cómo tenemos que realizar sus planos". Pero no sólo productores y realizadores, sino sus propios compañeros de reparto, algunos de ellos grandes actores, como Joseph Cotten, Charles Boyer, Gregory Peck, Laurence Olivier, Charlton Heston, Montgomery Clift o William Holden. En cuanto a su reconocimiento artístico, además del Oscar que recibió en 1944 por su primera película, Jones recibió otras 4 nominaciones a la mejor actriz por este mismo galardón, aparte de otras cuantas a las que se nominaron para otros premios. Y ello, teniendo en cuenta la fuerte competencia entre el alto nivel estelar de las candidatas y la inevitable política de la Academia de Hollywood.

Jennifer Jones, una dama estelar del "séptimo arte" que entre
las décadas de los 40 y los 60 fue respetada, admirada y
elogiada por los productores, directores, actores, y por
la prensa, la crítica, y así como por el público de su época.
Tras el fallecimiento de Selznick en 1965, la vida de Jones se desmorona y se retira de la gran pantalla. Solo 5 años después hizo un par de apariciones, desde luego sin éxito y sin repercusión mediática alguna. En 1967 tuvo una crisis depresiva muy fuerte e intentó suicidarse. Estuvo en coma durante algún tiempo y tuvo que ser tratada por el célebre psicólogo y psicoanalista Milton Wesler. Luego, ya más recuperada, en 1971 contrajo matrimonio con el Norton Simon, un magnate y coleccionista de arte, creador de un famoso museo en California. A los dos les unió su dedicación a la filantropía  y su pasión benefactora, más que una relación sentimental. Tras la muerte de éste, la ex actriz continuó gestionando el patronato heredado, junto a la actriz Candice Bergen, que también era socia del mismo.

Tras el abandono de su vuelta a los rodajes, Jennifer tuvo un repunte en su carrera, un intento de volver a trabajar en el cine, y fue con ocasión de la nominación al oscar que obtuvo como actriz secundaria en "El coloso en llamas". Se fijaron acuerdos y negociaciones para su contrato en la producción de algún film, pero el suicidio de su hija Jennifer y la muerte a continuación de su padre truncaron el proyecto. Jones volvió a entrar en su crisis depresiva y solo le ayudó su lucha en favor de la salud mental.
   
Jennifer Jones creó entonces, en 1980, una fundación para la Educación y Salud Mental. Más tarde, se retiró de la vida pública para residir una vida tranquila con su hijo y su familia en Malibú, California, hasta su muerte.  Solo 
El romanticismo dramático de su perfil camaleónico creó escenas sublimes y
eternas para el cine
tuvo dos apariciones públicas importantes y fueron motivadas, una al ser invitada a la ceremonia de los Oscar del 87 para entregar el
premio a la mejor película y otra en el 98, además de otra aparición en otra de sus galas con Gregory Peck, quien siguió siendo amigo suyo después de muchos años de apartarles de su trabajo.

Jennifer Jones. Como resumen, digamos que su genialidad para encarnar la candidez o ingenuidad de un personaje, en contraste con la sensualidad o la impudicia de otro, ha sido casi única y exclusiva de la actriz. El romanticismo dramático de su perfil camaleónico creó escenas sublimes y eternas para el cine. Este año, en el pasado mes, se cumplen 100 años del nacimiento de la estrella.         

         
Ángel González "Rusty Andecor".

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