Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

lunes, 23 de octubre de 2017

Marilyn Monroe. Icono del cine. La eterna y despampanante rubia de Hollywood.

Marilyn sólo era un ser humano ávido de amor, de que la quisieran de
verdad, de que alguien necesitara su corazón, consolara su llanto y su
soledad, pero también de que no la utilizan ni la manipularan.
"Ojalá que la espera no desgaste mis sueños".
  

"La imperfección es belleza, la locura es genialidad y es mejor ser absolutamente ridículo a ser absolutamente aburrido"
  
"El éxito hace que mucha gente te odie, me gustaría que no fuese así. Sería maravilloso disfrutar del éxito sin ver envidia en los ojos de los que te rodean".
  
"El amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero".
  
"Las desilusiones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón".
  
(Marilyn Monroe)

La caricatura verdadera de Marilyn, en el fondo, estaba en sus
exagerados rasgos sensuales y voluptuosos, que sin pretenderlo
expresaban, tal vez, un gesto de supervivencia suplicando al
mundo la aceptara sin manipularla. Quizá no confiaba mucho
en su sonrisa y pensó mejor seducir con los trazos de su
erotismo (Dibujada por mi amigo Carlos Morcillo Santero)
Son algunas de las frases que se atribuyen a Marilyn Monroe, que revelan su inteligencia, eclipsada por el mito de su belleza, frases que descubrían sus desencantos y fracasos, e incluso mostraban su velada ternura y su manifiesta ingenuidad. Su empeño y su perseverancia por seguir manteniendo la esperanza y la ilusión. Su obsesión por encontrar quien la amara de verdad. Su pensamiento, el que conocemos de sus cartas y sus entrevistas, desvelaba sus miedos a la mediocridad y al vacío de la vida, pero también al terror de la envidia y las miserias del condicionamiento humano.

Marilyn Monroe. Norteamericana, nacida en Los Ángeles, California (1926 - 1962). Originariamente de nombre Norma Jean Baker, hasta que en 1947 adopta su seudónimo por el que se la conocería. Vive con su madre hasta los 8 años en que ésta es ingresada por una crisis nerviosa. Desde entonces hasta 1943 vive con alguna amiga y parientes de su madre, pasando por un orfanato. Marcada por la inestabilidad emocional y la pobreza, abandona sus estudios y comienza a trabajar de montadora en una fábrica de aviones en donde conoce a un operario con el que se casa a los 16 años. Se divorcia al poco tiempo. Pero a esa misma edad es descubierta por un fotógrafo de modas que la convence para que trabaje de modelo. Norma tenía el pelo castaño, aunque el fotógrafo la convence para que se tiña de rubio platino. Entre los 20 y 21 años posa para varias campañas publicitarias anunciando trajes de baño. Su carácter inquieto y el deseo de cultivarse y de aspirar a algo mejor, le lleva a cursar algunos estudios de arte dramático y a asistir a cursos de literatura en la Universidad de Los Ángeles. (Clic en su nombre, en los títulos de films, en los textos a continuación sobrescritos en azul tenue, para enlazar con vídeos).

"Ojalá que la espera no desgaste mis sueños", decía Marilyn.
Se debatía, a veces, entre su fragilidad y sus ilusiones.
El rostro de Norma comienza a ser conocido en los anuncios publicitarios. En 1947 es descubierta por el magnate Howard Hughes, propietario de la productora R.K.O., que le ofrece unas pruebas para el cine. No le convencen sus propuestas, pues al parecer Hughes era un mujeriego y un sátiro. Norma supo por primera vez cómo funcionaba la búsqueda del éxito en el cine, y ella rehusó la oferta del millonario si tenía que acostarse con él. No obstante, las pruebas de cámara con Hughes fueron conocidas por la 20th Century Fox, la competencia de R.K.O., que le ofrece un contrato de figurante para tres películas, en una de ellas ya como actriz de reparto. Fue cuando adopta el nombre de Marilyn Monroe. La compañía no renovó su contrato, pues al parecer uno de los actores del último film exige ciertos favores de Marilyn y ésta no aceptó ofrecérselos.
  
En 1948 encuentra trabajo con la Columbia y ésta le ofrece un papel protagonista en el film "Las chicas del coro". El problema era que tenía que prepararse para el papel de bailarina y el director musical de la Columbia tenía que darle las lecciones. Y la condición para conseguir el trabajo era que  la de aceptar relaciones íntimas con Fred Karger, el director musical. Marilyn estaba ya cansada de luchar y tuvo que entregarse a la complicidad de un sistema corrupto y perverso que, como acabamos de conocer, ha imperado hasta la actualidad y, también es bien sabido, con la mayor parte de actrices que querían hacer carrera. Monroe tenía entonces 22 años.
  
No obstante y siendo evidente su sex-appeal, además de su
irresistible belleza, había algo detrás de toda esa impresionante
fachada: su candidez, su ingenuidad, en medio de un océano de
buitres y tiburones dispuestos a comerse el ser más indefenso.
Ya en 1949 participa con un corto papel en "Amor en conseva". (Clic en el título para visionar la película completa). La escena con Groucho Marx fue ya uno de los primeros "sketchs" eróticos del cine, tanto que Groucho se salió del guión y le dijo a Marilyn... "lo que le dijo". En 1950 consigue dos papeles secundarios en dos grandes producciones. La primera en "La jungla del asfalto" que dirige John Huston y con la productora MGM. La segunda en "Eva al desnudo", dirigida por Joseph Mankiewicz y de nuevo con la Century Fox. Este director dijo de ella que tenía talento y llegaría a ser una gran actriz. Lo cierto es que el pequeño papel en este film fue ya el estereotipo que más tarde se crearía de ella. Hasta el 52 continúa haciendo papeles secundarios, alternando su trabajo con algunas sesiones fotográficas, entre ellas la que se hizo famosa al posar desnuda para la portada del primero número de Playboy y de la que se publica más tarde el célebre reportaje.
  
Precisamente, en el año 1952 hace uno de los mejores papeles de su carrera, ya como protagonista junto a Richard Widmark en la película "Niebla en el alma". Quizá le ayudó en su interpretación dramática las miserias y desengaños que sufrió en su infancia. En esta misma línea de género dramático protagoniza en el 53 un suspense que contribuyó mucho a su carrera interpretativa. Se trata de "Niágara", un thriller en el que tuvo como compañero de reparto a Joseph Cotten. Un año antes, la 20th Century Fox, le ofrece protagonizar su primera comedia de éxito y que dirigiría Howard Hughes, quien extrajo de ella lo mejor de sus dotes. El film era "Me siento rejuvenecer" (enlace film completo), un clásico del género y con Cary Grant y Ginger Rogers en el reparto.
  
Marilyn decía: "Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil".
Y es que su sonrisa en los últimos tiempos era forzada y tenía algo
de tristeza tras la mirada de sus ojos.
Entre los años 1953 y 1960 se producen sus trabajos más brillantes, sus comedias, cada una de ellas envueltos ya con su marca distintiva, como "la rubia estrella de Hollywood" o "el mito sexual". Entre las más destacadas, en el 53 fue "Cómo casarse con un millonario", con Lauren Bacall en el reparto, y "Los caballeros las prefieren rubias", con Jane Russell. En el 55, "La tentación vive arriba", con Tom Ewell y dirigida por Willy Wilder. En el 56 fue "Bus Stop", con Don Murray. En el 59, "Con faldas y a lo loco", con Jack Lemmon y Tony Curtis y dirigida por Willy Wilder. Esta última, producida por United Artists, el resto por la 20th Century Fox. Ya en el 60 su última comedia fue "El multimillonario", también de la Fox, dirigida por George Cukor y con Yves Montand en el reparto, con el que ella mantuvo un romance y del que se enamoró, aunque para él no fue más que una aventura.
  
En 1961 protagoniza junto a Clark Gable y Montgomery Clift el film "Vidas rebeldes", un drama que dirige John Huston y guión de Arthur Miller, con quien se había casado en el 56, aunque en ese mismo 61 se divorcia de él. Buena interpretación de Marilyn, aunque ya hay evidencias de su ocaso. De hecho, solo interviene después en una película que no acaba debido a su repentina muerte en 1962. La carrera de la actriz había terminado mucho antes.
  
Dijo alguna vez: "Nunca me gustó el nombre de Marilyn. A menudo deseé que aquel día me quedara con
Jeasn Monroe. Supongo que ya es demasiado tarde para cambiarlo". Ella pensó que su nombre y su rubio
platino formaron parte de la losa que impidió poder aspirar de algo más digno en su carrera, algo que
no fuera el personaje que ella misma, y sin quererlo, había creado.
Marilyn Monroe. Sus titulares, nunca le sobraron: "Una de las estrellas más rutilantes del firmamento cinematográfico hollywoodiense". "Un icono de belleza, moda y símbolo sexual", "La mujer más deseada del siglo XX". Aunque más conocida en en el mundo de la frivolidad como "La rubia platino" o (peor aún) "la rubia tonta" (que, por cierto, "de tonta no tenía un pelo"). Cosechó en su carrera varios premios importantes, tales como el Globo de Oro en 1960 por "Con faldas y a lo loco", además de varias nominaciones al BAFTA y otros. Hizo 29 películas, entre las que no parece que consiguiera ninguna obra maestra de interpretación, aunque está claro que se la encasilló injustamente desde el principio en un papel demasiado superficial y frívolo como para poder aprovechar y lucir el potencial de sus dotes interpretativas. Ni fueron justos los productores con ella, como para llamarla para hacer los papeles que según ellos solo sabía hacer, ni honestos los directores que la humillaron en numerosas ocasiones. Los compañeros de rodaje tampoco se quedaron cortos en sus desprecios y burlas. Cierto que hay una leyenda negra en torno a la insoportabilidad y lo insufrible de su trato en los trabajos de rodaje, además de sus difundidas limitaciones en la interpretación, pero para ser imparciales, la crítica más objetiva dijo después que muchos de sus problemas profesionales se debían a la falta de profesionalidad y de empatía de los directores de rodaje y artísticos.

Algunas de las fotos que le hizo la fotógrafa su amiga Eve Arnold cuando, de su afición por la lectura,
aprovechaba cualquier momento para leer a sus favoritos. La vemos leyendo el "Ulises" de James Joyce
(arriba) o el "Leaves of grass" de Walt Whitman, su favorito.
Marilyn Monroe. Como ya se ha dicho, su inquietud intelectual la llevó a esforzarse por cultivar su formación en las artes dramáticas, a buscar más conocimientos, a leer todo lo que podía. Su coeficiente intelectual estaba muy por encima de la media. Tenía una biblioteca con más de mil volúmenes (unos 400 eran de literatura) en los que solía hacer anotaciones al margen. Entre sus libros favoritos estaban James Joyce, Walt Whitman, Flaubert y el poeta Heinrich Heine. También aparecían obras de Stendhal, Khalil Gibran y Hemingway, obras de teatro, arte, filosofía, psicología o ciencia, y sobre todo poesía; a Marilyn le apasionaban los poemas. Solía escribir reflexionando sobre lo que leía, algunos poemas que garabateaba, anotaciones en un diario y cartas que no llegaba a enviar a su destino. Los libros fueron subastados después de su muerte y la mayor parte de los manuscritos desaparecieron tras la investigación policial, pero se sabe de su abundancia por su último marido y por algunos de sus más íntimos amigos. Entre sus pensamientos escritos decía: "Estoy intentando encontrarme conmigo misma, no es fácil de hacer; millones de personas viven toda su vida sin encontrarse", lo que indicaba cuánto le atormentaba la inseguridad de su identidad, sus miedos y los resultados del psicoanálisis que ella misma se hacía. Decía también: "Es mejor estar sola que infeliz con alguien" o "La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie", lo que demostraba que no era feliz, que le torturaba la inmundicia de los bajos sentimientos en los demás, de la falsedad y la mentira.
  
Si tuviera que elegir imágenes que retratasen mejor la personalidad auténtica de Marilyn, escogería
algunas de éstas en blanco y negro, que (me atrevería a decir) retratan realmente el alma o la esencia
de su persona, sin artificios de colores: la sonrisa casi ingenua en su rostro, su fragilidad y recelos,
uno de sus felices momentos y la mentira de su fachada como la estrella que le obligaron a ser.
De Marilyn se han dicho muchas cosas, demasiadas, y tal vez demasiadas mentiras. Era la única forma de mantener viva su leyenda y su mito. Su físico y su belleza le llevó a la perdición, en una época en que una estrella de cine que empezaba de la nada se veía indefensa. Los abusos sexuales que sufrió, el acoso de los directivos de las productoras y los de los estudios, sus traiciones amorosas, las presiones y mentiras de sus valedores, su fallida psicoterapia, todo le llevó al alcohol, a los barbitúricos y a la depresión. Aún así, siempre conseguía reponerse, luchando por salvar su integridad. Incluso parece que aquella noche fatal debió de pedir ayuda para poder sobrevivir. Algo sucedió. Algo muy grave pasó y todo quedó tapado con un supuesto suicidio.
  
Marilyn Monroe. Esbocemos una semblanza más de lo conocido de su persona: Bella, coqueta, superficial e insatisfecha, aparentemente entregada a la frivolidad de los placeres del mundo que la rodeaba. Eso era lo que se decía de ella. Pero el fotógrafo George Barris, amigo suyo, le oyó decir "Mentiras, mentiras, mentiras, nada más que mentiras, todo lo que se dice de mi son mentiras". Y un periodista con el que Marilyn tuvo una confesión, después de una breve entrevista, dijo que debajo de su imagen despampanante y de su cautivadora sonrisa había tristeza, sombras y desesperación. Ciertamente, hay muchas biografías sobre Marilyn, pero si comparamos unas y otras, apenas vemos credibilidad en ellas. Parece que lo único que interesaba era explotar su mito.
  
La imagen de las distintas fotografías de Marilyn Monroe sugieren también diversas estados emocionales
que manifiestan tanto inquietud o desosiego, felicidad, sensualidad, encanto y seducción. Sonrisa,
preocupación, complicidad, expresión de frivolidad.
Por lo demás, poco interesa extraer ahora lo que ya está escrito en todas las crónicas, reportajes y biografías sobre la estrella. Sin embargo, puede interesar algo más de lo que se supo y es poco conocido de su vida. Sus discretos amigos, el camarero de un bar al que solía pedirle una copa y consejo, así como sus fotógrafos más cercanos y fieles, Arnold y Barris, quizá fueron los que mejor la conocieron, los que confesaban que Norma (como le gustaba que la llamasen) era un ser entrañable y encantador. Uno de ellos tuvo en su poder una carta que apareció en un libro que ella le había regalado y que debió dirigir a alguien. En uno de los párrafos decía: "No temo no poder despertar de mi sueño. Temo despertarme y no poder volver a soñar". Y también: "Quise ser generosa con quienes me prometieron ayuda y afecto, pero me equivoqué y caí en una trampa, pues solo encontré la burla y el engaño para ensuciar mis sentimientos". Se supo, mucho después, que en los últimos meses de su vida, ella hablaba de conspiración y amenazas. ¿Qué hubo detrás del informe del suicidio, de los rumores que acallaron el FBI y de todo lo demás? Quienes más cerca estuvieron lo dijeron: ASESINATO. Pero nadie se atrevió a testimoniar con evidencias y pruebas que fuera así. Ni siquiera pudo servir una de las cartas que debió recibir el doctor Ralph Greenson, el psiquiatra que la había atendido en la clínica Payne Whitney, de Nueva York, un año antes de su muerte. Aquella carta la dirigió Marilyn Monroe al doctor Greenson mucho después de la que se publicó de seis páginas, tal vez para distraer al público de la última en la que se debió referir a la sospecha de que iba a ser asesinada. Aquella carta desapareció y nunca más se supo de ella.
  
Marilyn decía: "Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil". Algo que debía haber a menudo.
Tal vez, sus llantos en las soledades de sus noches eran el consuelo que ahuyentaban los fantasmas
de sus miedos y de la desesperación que le ahogaba.
Por lo demás, en el informe médico del forense que dictaminó el suicidio de la Monroe a causa de una sobredosis de somníferos aparecieron contradicciones que nunca llegaron a aclararse. Y ello sin contar con la jovialidad e ilusión de Marilyn por vivir, a veces de modo desenfrenado como era bien sabido. Algo que no se correspondía con una decisión tan fatal.


Hay muchas dudas cuando se intentó averiguar qué pasó en los últimos meses de la vida de Marilyn. Se supo que había tenido una relación íntima con John F. Kennedy y luego con su hermano Robert, quizá la de éste solo fue de amistad y por las consecuencias que había tomado la que tuvo con el primero. Sus nombres aparecieron en algunas de sus cartas, pero luego éstas desaparecieron. En la descripción del ama de llaves que encontró su cuerpo, dijo que se hallaba  desnuda, en una forma muy extraña y con el teléfono fuertemente aferrado con su mano derecha. Luego se supo que había llamado a alguien antes de morir para pedir ayuda, según confesó quien debió escuchar la llamada, pero las cintas con la grabación fueron incautadas y quien conocía su contenido fue silenciado.
  
Terminamos la crónica con otra de las frases que se le atribuyen y una declaración que hizo de ella Arthur Schlesinger, ganador de un Pulitzer. Aquella conocida frase era: "La vida es corta, sonríele a quien llora, ignora a quien te critica y sé feliz con quien te importa". Y lo que dijo Schlesinger de una entrevista con la estrella: "... me quedé prendado, más que de su belleza, de su estilo y también de su ingenio, cándido y enormemente agudo. Había en ella algo mágico y desesperado a la vez. Algo que atraía, que fascinaba, pero al mismo tiempo, que sobrecogía".
  
Ángel González "Rusty Andecor"

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