Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

domingo, 8 de abril de 2018

Greta Garbo, "la divina". "La esfinge sueca". "La mujer que no ríe".

Greta Garbo, "La divina", no solía sonreír. Si acaso,
expresaba su contento o alegría, lo hacía con la
sublimidad que sugería el gesto de su rostro,
como el que se muestra en esta imagen.
"Hay muchas cosas en el corazón que nunca se pueden decir a otra persona. Ellas son tuyas, tus alegrías y tus penas, privadas. Te abaratas a ti mismo, tu interior, cuando las dices"
   
"La vida sería tan maravillosa si tan sólo supiéramos qué hacer con ella"
   
"Cualquier persona con una sonrisa permanente en su rostro, oculta una dureza casi aterradora".
  
"Mis talentos caen dentro de los límites definidos. No soy una actriz tan versátil como algunos piensan"
  
"Parece haber una ley que gobierna todas nuestras acciones, por eso nunca hago planes"
  
"No tienes que casarte para tener un buen amigo como compañero de vida"
  
Solía decir: "No quiero ser la esposa de nadie". Y repitió más de una vez: "Nunca dije ´quiero estar sola`, sino ´quiero que me dejen sola`. Hay una gran diferencia".
  
"No quiero verle la cara a nadie, si siquiera a ese Oscar"
  
Alguien le preguntó una vez en la calle si realmente era ella. Ella le contestó: "Yo fui Greta Garbo".
  
(Greta Garbo)
  
Seria, impasible e imperturbable, "La mujer que no reía",
porque -según decía- sólo había que reír o sonreír lo
imprescindible. De belleza serena y elegante. Alguien
la definió como "belleza de vitrina".
Kenneth Tynan decía:"Lo que uno ve en otra mujer cuando está borracho, lo ven en Garbo cuando está sobrio".
   
Ava Gardner dijo de ella:"Cuando empezó su crepúsculo tuvo el valor de huir de él y retirarse con dignidad".

Greta Garbo. Nacida en Estocolmo el 18 de septiembre de 1905, de nombre original Greta Lovisa Gustafsson, quedó huérfana a los 14 años y, sin recursos, tuvo que ponerse a trabajar en unos almacenes, hasta que por su buen tipo fue escogida como modelo publicitario. Tras algún trabajo en cortometrajes mudos y una beca que le sirvió para cursar arte dramático en Estocolmo, antes de cumplir 20 años se le presentó la oportunidad de viajar a Estados Unidos, nacionalizándose allí al poco tiempo. Después de su primera película en 1924 como protagonista, aún en formato muda, una producción sueca titulada "La leyenda de GöstaBerling", fue contratada por la MGM para trabajar en Hollywood en una serie de filmes, los primeros también mudos, siendo el primero de ellos "El torrente" (1924), rodando la primera película sonora en 1930, titulada "Anna Christie". Fue la gran estrella de Hollywood de la década de los 30, ya que en 1941, a los 35 años, se retiró de la interpretación, precisamente con "La mujer de las dos caras". Falleció en Nueva York en 1990 a los 84 años. (Clic en el nombre y en los títulos sobrescritos en azul tenue para los enlaces con las escenas de los filmes y los documentos en vídeos)
  
Se dice que la sonrisa de Greta Gargo, cuando
la mostraba, cautivaba más a las mujeres que
a los hombres. (Foto firmada por ella misma)
Greta Garbo, un mito del cine, que se retira del mundo del celuloide a una edad en la que aún le queda mas de la mitad de su vida, algo que sólo habría hecho una actriz sin éxito, en declive o con una precaria salud. El hecho es que Garbo era una mujer difícil, ella misma lo confesaba; ni soportaba la persecución mediática, ni ser observada por el mundo. Fue lo que dijo o fue lo se dijo de ella, pero nunca estuvo claro. Celosa de su vida privada, siempre fue un enigma. Tanto la ocultó que ni siquiera negaba los rumores y comentarios que se decían de su vida. Incluso se dice, porque ella misma lo insinuó, que evitaba la sonrisa porque temía dejar al descubierto los secretos que no quería desvelar. No sólo se hizo famoso el eslogan de promoción de su primera película sonora "Anna Christie" anunciando "Garbo, habla", sino el de "¡Garbo ríe!" cuando en "Ninotchka", después del hermetismo de su sonrisa durante el transcurso del film, por fin sonríe. Luego diría que ni aquella risa ni la sonrisa podía descubrir nada de ella, que solo era una interpretación. Tampoco revelaría nunca de forma contundente el supuesto secreto de su lesbianismo, algo que ella ni confesó ni negó, pero que dejó su evidencia, no por la de su pertinaz soltería o por la de sus exclusivas amistades femeninas, sino por sus supuestas relaciones amorosas. Se habló de una famosa bailarina rusa, de una actriz ucraniana, y de Mercedes Acosta como el amor de su vida; también de Dolores del Río, Isadora Duncan y Joan Crawford. Éstas y alguna más habrían sido sus amantes. Sin embargo, ninguna de ellas habría llegado a ser la pasión más encendida y obsesiva como la que tuvo por Marlene Dietrich, aunque Greta llegara a confesar aborrecerla. Como tampoco habría sido la Garbo "la mujer de su vida", tanto como para nadie, como lo fue para quien también fue su amante, la poetisa Mercedes de Acosta. Más adelante trataremos su relación con cada una de ellas.
   
"Mis talentos caen dentro de los límites definidos", decía Garbo. Sus aptitudes interpretativas se
reflejaban con una expresividad en su rostro fuera de lo común. Su aspecto hierático era
justamente el perfil de su papel en cada película.
Greta Garbo. Los inicios de su carrera llegaron de la mano del entonces famoso director sueco Mauritz Stiller con el film antes mencionado. Luis B. Mayer, el mítico presidente de la MGM, fascinado por la belleza de Garbo, no dudó en llevársela a Hollywood en 1925, explotando su carismática imagen de mujer fría y distante. Allí debutó con "El torrente" ("Entre naranjos"), a la que siguió "La tierra de todos", ambas adaptaciones de Blasco Ibáñez y rodadas en 1926. En el mismo año Clarence Brown la dirige en "El demonio y la carne", su primera gran película y en la que tiene ya como parternaire a John Gilbert, con quien trabaja al menos en otros tres filmes. Los siguientes trabajos, también en cine mudo, son "Ana Karenina" (1927), dirigida por Edmund Goulding y con John Gilbert como compañero de reparto. En 1928 rueda "La mujer divina", "La mujer ligera" y "La mujer misteriosa", tres dramas románticos, films producidos aún en formato mudo por la MGM. En 1929 la misma productora hace otras 3 películas todavía mudas y dramáticas; son los títulos "Orquídeas salvajes", "Tentación" y "El beso".
  
Tal vez el mito que se formó alrededor del semblante serio y adusto desapareció en parte con el cine
sonoro. Puede que la sonrisa en el cine mudo la traicionara porque no podía expresarse más que
con gestos. La posibilidad ahora de hablar ayudó a aclarar mejor la elocuencia expresiva que daba
su imagen y a sugerir la verdadera intención de su mensaje.
La conversión de la Garbo de "mudo" a "sonoro" se produce en 1930. Y es Clarence Brown quien la vuelve a dirigir, primero en "Romance" y en luego en "Anna Christie", siendo ésta la primera película que se rueda ya en cine sonoro para Greta Garbo, aunque en 1931 se rueda otra versión de "Anna Christie" en lengua alemana. Brown vuelve a dirigirla en "Inspiración" (1931), con Robert Montgomery como compañero de reparto. En el mismo año rueda "Susan Lenox" y "Mata Hari", la primera con Clark Gable y la segunda con Ramón Novarro y Lionel Barrymore, en el reparto. En 1932, ya una vez superadas las primeras dificultades del cine sonoro, Garbo sigue bajo contrato con MGM y protagoniza otros dos dramas, "Como tú me deseas", con Melvyn Douglas en el reparto, y "Gran Hotel", dirigida por Edmund Goulding y John Barrymore y Joan Crawford también en los repartos, una de las obras más acreditadas de la actriz sueca. Después le siguen, ambas rodadas en 1935, "El velo pintado" y "Ana Karenina", ésta dirigida nuevamente por Clarence Brown y co-protagonizada por Fredric March, otra de sus grandes interpretaciones. En 1936 hace "La dama de las camelias" ("Margarita Gautier"), quizá su película más conocida, con una nominación al Óscar a la mejor actriz, y que fue dirigida por George Cukor y con Robert Taylor y Lionel Barrymore, como compañeros de reparto. Los productores de la MGM firmaron con "la divina" sus tres últimos trabajos, sin saber que la Garbo no querría volver a rodar. De ellos "María Walewska", dirigida otra vez por Clarence Brown y con Charles Boyer en el reparto. Finalmente, fueron dos comedias,  una la inolvidable "Ninotchka", con Melvyn Douglas y dirigida por Ernst Lubitsch, obra maestra de la comedia de los años 30. La otra, el trabajo con el que acabó su carrera, "La mujer de las dos caras", dirigida por George Cukor y de nuevo con Melvyn Douglas como compañero de actor. También ésta nominada al Óscar a la mejor actriz.
  
Son imágenes de algunas secuencias en que "la Garbo ríe", gesto que pareció que solo ocurría en el cine.
Eran muy contadas veces las que pudo verse en apariciones públicas con una sonrisa en su rostro.
Extraño e increíble que una estrella de la talla de Greta Garbo no consiguiera un Óscar a la mejor actriz, teniendo en cuenta su gran clase interpretativa y tras las 4 nominaciones que obtuvo. Fueron actrices apenas del nivel y altura de la Garbo las que llegaron a recibir el galardón, con excepciones como Bette Davis, Vivien Leigh, Ginger Rogers o Joan Fontaine. Aún así, la Academia le otorga en 1954 el Óscar honorífico por las magistrales interpretaciones que no fueron premiadas, aunque ella no llegara a recogerlo. Tal vez, su carácter seco y adusto, su comportamiento  solitario y distante son su mundo y con la prensa, le hizo ser merecedora de esa falta de reconocimiento. Sorprendente aquel momento de su carrera en que su carcajada en "Ninotchaka" sirve de publicidad en su película con la frase "la Garbo se ríe".
  
Una de las características más elogiables de Garbo fue la perfecta adaptación de sus perfiles interpretativos del cine mudo al sonoro, algo que no fue capaz de conseguir, el actor John Gilbert, una de las parejas más estables que tuvo como compañero de reparto, además de ser de los más acreditados, lo que hizo difícil ajustar sus gestos expresivos al contexto de interpretación de las diferentes secuencias, aparte de que su voz "chillona" no parecía ajustarse ni entonar en los diálogos. Greta Garbo consiguió incluso adaptarse de nuevo a rodar una película muda, después de que la nueva tecnología del sonoro ya estaba instaurada en todos los estudios de cine.
  
Garbo y Gilbert en un duelo interpretativo magistral. Su química
en el cine mudo era impresionante, pero cuando pasó al sonoro
el talento de él se desvaneció. Y tampoco pudo seducir a la Garbo
En cuanto a la distante relación con Marlene Dietrich, de la que fue contemporánea, se dice que ambas fingieron siempre no conocerse, incluso cuando Orson Welles las presentó en 1945. Sin embargo, tenemos al menos dos evidencias probadas de que se encontraron y se conocieron bien. La primera, sabemos por alguno sus biógrafos que siendo muy jóvenes, Greta con 19 años y Marlene con 23, trabajaron juntas en una película muda, una producción alemana de 1925 titulada "Bajo la máscara del placer", en la que Dietrich sale en una corta secuencia con Garbo. Dietrich dijo que no era ella, pero la prensa que hizo la crítica en su día de la película citó a ésta como actriz secundaria en aquella escena. Además, hay otras fuentes que nos desvelan que por entonces, después de conocerse en el rodaje, tuvieron una intensa relación amorosa, que Greta se sintió burlada y engañada por Marlene, de la que dijo era una libertina, de costumbres licenciosas y vida desenfrenada y que sufrió una gran decepción. Ésta dijo de Garbo, en cambio, que era una mujer estrecha de mente, de carácter simplista y una puritana. A partir de ahí se evitaron y dijeron no conocerse.
  
Marlene Dietrich fue el amor secreto de "la Garbo". Secreto, hasta que no sólo su romance fue desvelado
por John Gilbert, Dietrich se lo confesó a éste, sino por las averiguaciones de Osvaldo Codas, o por Joan
Crawford con quien compartió la aventura del hotel de Paraguay. Pero, sobre todo, fue la poetisa
Mercedes de Acosta, que tuvo una obsesiva pasión por Garbo, hasta compartirla a trío con Dietrich.
Lo cierto es que si Marlene fue "el amor de su vida" de Greta Garbo, Greta fue "el amor de su
vida" de Mercedes de Acosta. Y lo fue hasta el final de sus días.
Del segundo encuentro, sabemos que hubo una relación y la prueba de un romance. Todo empezó cuando, según fuentes del diseñador de modas y asesor cultural paraguayo Osvaldo Codas, descubrió en una subasta un libro de firmas del lujoso hotel "Waldfrieden", en Paraguay. Allí encontró el testimonio de que la Garbo y la Dietrich, Joan Crawford y Ramón Novarro, se habían hospedado en sendas habitaciones y, al parecer, habían compartido las delicias de sus respectivas compañías. Las pruebas periciales de la firmas manuscritas con estilográfica corroboraron que eran las auténticas, algo que hubo de probarse en la subasta de objetos del hotel. La presunta estancia de los cuatros mitos del cine en el hotel paraguayo debió de producirse entre agosto y septiembre de 1935. Habrían volado en un Clippñer de la Pan American desde Nueva York a Río de Janeiro y de aquí en un hidroavión hasta Asunción. Parece, incluso, que esta aventura la conocía John Gilbert, que compartió reparto antes con Garbo en el cine mudo y para quien la MGM simuló un romance con ella, y en "La reina Cristina de Suecia", a la que y desde sus primeros trabajos  había pretendido sentimentalmente pero sin éxito. Lo cierto es que Gilbert, años más tarde y poco antes de morir de un infarto, escuchó la confesión de Dietrich, con quien entonces tenía un romance, contándole que Garbo era lesbiana y que había sido su amante, y ello sabiendo que Gilbert aún seguía amando Garbo (Dietrich era así de perversa). El caso es que John Gilbert, sintiéndose fracasado tanto por no haber asumido el cine sonoro, sin dotes para él, como por su desengaño con su amada Greta, se sumió en una crisis depresiva y en una serie de continuas borracheras hasta sufrir el ataque al corazón. En una de esas crisis, Gilbert habría contado la aventura de Garbo y Dietrich, al menos, a un inseparable amigo, ejecutivo de su productora, que se encargaría de difundirlo.
  
Había algo más que la belleza serena y "de vitrina" de "la esfinge sueca". Era aquel encanto y su magia,
a que se refería John Barrymore. Deslumbraba con su mirada, encandilaba con el azul de sus ojos.
Era pura fascinación. La foto superior izquierda, retocada en color, cuando apenas tenía 20 años.
En cuanto al duelo estelar de ambos mitos, se dice que no hubo una pareja de estrellas más rutilantes en el firmamento de las divas del dorado cine que "Garbo y Dietrich", o "Dietrich y Garbo", que ninguna de las dos quedaba eclipsada por la otra y que el cine se perdió un espectáculo de magia y de arte al no conseguir rodar una película con ambas actrices juntas. Alguien, que tal vez morbosamente pensaba en la carga sensual de lo que podía imaginarse la pareja como amantes, dijo que debía ser "un espectáculo sublime y de máximo erotismo una escena de amor entre ellas". Los malintencionados de la Marlene decían que su belleza se destacaba en los fotogramas de un film, en la fotogenia del celuloide, mas que en la realidad. De la Greta se decía lo contrario, que su bello rostro lo realzaba y se destacaba más en la realidad que en una escena filmada.
  
John Barrimore fue compañero de reparto y protagonista con la Garbo en "Grand Hotel", y dijo de ella: "La Garbo sólo con aparecer en pantalla acapara nuestra atención, su encanto elimina nuestra torpeza... No se trata sólo de una interpretación, es algo que nos invade como un maleficio, una especie de magia... y esa magia tiene un nombre... Greta Garbo".
  
Imágenes de dos escenas de "El demonio y la carne" en las que Garbo y Gilbert encarnan la pasión.
Escenas que en otra época posterior hubieran sido censuradas o calificados como "subidas de tono".
Fue Maurice Stiller, el director sueco, su primer maestro, quien construyó un molde perfecto de belleza, al conseguir de "la esfinge sueca" una figura estilizada, un porte elegante, una forma de desenvolverse en sociedad, pero sobre todo una magnetismo que embelesaba a su público. Fue quien le dio el nombre de Greta Garbo. Fue la MGM la productora que apostó por su futuro de estrella y que contrató todos sus trabajos en el cine; Clarence Brown quien la dirigió en su primera gran película, "El demonio y la carne", y fue John Gilbert, el más famoso y deseado de los actores del momento, quien formó con la Garbo la pareja perfecta de cine en su etapa del "mudo". Y fue esa primera película la que describió magníficamente la pasión en el cine, pues en las escenas de amor la Garbo parece devorar con sus besos a Gilbert, creciendo el erotismo en cada escena. Hay que decir que terminado el rodaje ambos se fueron a vivir juntos a casa del actor, pero la pareja no llegó a más en tanto que Gilbert quiso casarse y Garbo se negó. A partir de ahí John comenzó a derrumbarse ante su fracaso; comentó a la prensa: "Ella dice que me he enamorado de la Garbo actriz, y es así, pero también la quiero como mujer". Luego añadiría que "ella me ha confesado que no está enamorada de mi".
  
Vista del salón del apartamento de Greta Garbo, con vistas al East River, en el que vivió sola 36 años,
aislada y alejada de su mundo, hasta que falleció en el 1990.
Lo cierto es quer tras su último trabajo en 1941 por "La mujer de las dos caras, la actriz se retiró del cine y de su universo mediático, desapareciendo de la vida pública durante más de 10 años y viviendo después, desde 1954, en su lujoso apartamento de Nueva York hasta cumplir 84 años (Clic en el artículo sobre "el apartamento de Greta Garbo" y su venta). Residía en la calle 52 de Manhattan a orillas del East River y en sus últimos años apenas nadie la reconocía cuando salía a la calle, con su canosa melena y grandes gafas de sol. Aún así, su elegante y distinguido porte no le dejaba pasar desapercibida. Solitaria, acudía a las tiendas en donde ya la conocían y en las que solían atender con cierta cordialidad. En la licorería compraba muy a menudo vodka y whisky. El portero de su finca cuida de su intimidad y de mantenerla alejados los reporteros de la prensa. El apartamento fue vendido por la inmobiliaria que gestionaba la venta de sus bienes por 8 millones de dólares, 3 millones más de lo que pedía la propia empresa inmobiliaria.
  
Sabemos que desde 1954 al 90 su vida quedó
recluida en su casa de Nueva York, pero ¿qué
pasó desde que dejó el cine hasta entonces?
Entre sus curiosidades y anécdotas, destacar un evento por el que casi tuve ocasión de conocerla personalmente. Y es que Greta Garbo fue operada de cataratas a los 68 años por el Doctor Joaquín Barraquer en Barcelona en junio del 73, casualmente el mismo año y el mismo mes en que a mi me operó allí mismo de desprendimiento de retina el Doctor Muiños. Se dio la circunstancia de que en una de las visitas de revisión que hizo en la clínica coincidió con otra de las que yo tuve en mi post-operatorio, y aunque no pude verla, porque tenía los ojos vendados, alguien dijo "¡ahí esta Greta Garbo..., es Greta Garbo!".
   
De su patrimonio y de los bienes que dejó la actriz a su muerte, la principal heredera fue una sobrina suya que vivía en Nueva Jersey. Además del lujoso apartamento en el edificio "The Campanile" de Nueva York (el reportaje que hizo la inmobiliaria para su venta puede verse a través del enlace en párrafo anterior), la fortuna que dejó en herencia ascendía a unos 20 millones de dólares, eso en 1990. Al parecer la Garbo no derrochaba, se preocupaba mucho de asesorarse para invertir bien su capital y miraba mucho los gastos que tenía. Hace unos años y después de más de 20 de fallecer, se subastaron las joyas, sus vestidos, enseres y algunos recuerdos que poseía, entre los que sus herederos quisieron desprenderse de ellos. El total ascendió a casi 2 millones de dólares, pero según parece ahí no estaban incluidas las obras de arte que tenía en su apartamento y que parece que en el traslado de objetos y mobiliario fueron robadas.
  
"La Garbo" siguió siendo "la divina" siempre, hasta el final.
Otra anécdota de la Garbo es que, sabiendo que fue la actriz mejor pagada de la época, al menos en la década de los 30, si nos remontamos a unos años antes, cuando la MGM en 1925 la contrató, sabemos que entonces le pagaban 400 dólares por semana. Recordemos que Mauritz Stiller, el director sueco y su mentor, le exigió ir con ella a Estados Unidos y le pidió una cantidad superior. Mayer, el productor, le respondió: "Dile a esa actriz amiga tuya que en América no nos gustan las gordas". Sin embargo un año más tarde, en 1926 Garbo se convirtió ya en una celebridad con "El demonio y la carne" y la pareja Garbo-Gilbert era un éxito. Mayer quiso aprovechar el negocio y hacer otra película con ella y el actor de moda, que iba a ser Ana Karenina, pero la actriz (que ya no era tan "gorda") había "espabilado" y le pidió cobrar bastante más. Por entonces, Gilbert ganaba 10.000 dólares a la semana y Garbo 600. La MGM se negó a pagarle los 5.000 dólares que ella pedía y ésta contestó, sin esperar otra oferta: "Pues yo me voy a mi casa. Adiós", respuesta que siempre daba cuando se le negaba algo, sin esperar a negociar. Y la Garbo se fue. Y estuvo sin rodar 7 meses, hasta que la productora cedió y le dio lo que ella quería.
  
Greta Garbo siempre quedó enmarcada en su halo de
misterio y envuelto en la fascinación de su belleza.

Tan inalcanzable fue que un día, cuando ni siquiera
había cumplidos los 36 años, se alejó del cine y de
la fama y desapareció durante más de 10 años.
Luego, se confinó en su casa de Nueva York
para distanciarse del mundo y de su público.
Finalmente, nos queda la gran pregunta: ¿Porqué una estrella como Greta Garbo, gozando de su plena celebridad, en la cúspide de su prestigio, el mito más grande de entonces, se retira con tan sólo treinta y muy pocos años? ¿Y porqué se encierra en su casa de Nueva York y se aísla de su mundo y de sus amigos? Nadie lo supo, al menos con certeza; todo fue un misterio. No estaba enferma, ni sufría ninguna crisis depresiva, aunque parece que sí estaba tocada sentimentalmente. Todo el mundo pensó que se trataba de una retirada temporal, hasta después de terminada la guerra mundial. Se llegó a asegurar que era una estrategia publicitaria para mantener su nombre vivo y volver después con los máximos honores. Se pensó en que la Garbo pidiera una cifra desproporcionada para su próxima película, pero la productora lo desmintió y dijeron que no había película ni oferta de ella para un supuesto guión que ella habría exigido. Se especularon muchas otras respuestas, se barajaron muchas cosas que parecían ser la causa, pero ni ella dio esas respuestas, ni éstas se encontraron en ninguna otra fuente.
  
Greta Garbo, la fascinación en blanco y negro
Greta Garbo, diva entre las divas, una de las pocas estrellas que sobrevivió desde el ocaso del cine mudo a la llegada del sonoro. Dicen que se la llamaba "la divina" porque era inalcanzable, tan distante como misteriosa. Ni concedía entrevistas ni acudía a los estrenos de sus películas.
   
Charles Silver, del departamento de cine del Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue un estudioso de la personalidad evasiva, hermética y distante de la Garbo, y dijo de ella que no sólo trataba de huir de la vida pública que siempre aborreció, sin que "intentó ser una figura misteriosa". Él achacó su temprano retiro a la combinación entre un tímido éxito comercial en sus últimos trabajos, lo que le disgustó, la irrupción de la segunda guerra mundial y el hecho de que "ella nunca estuviera contenta siendo una estrella ni teniendo una vida tan pública y mediática". Silver subrayó "Personalmente pienso qtimue es probablemente la mejor actriz de cine que hemos tenido nunca". Y añadió "Lo mejor de las películas de Garbo es la propia Garbo". Uno de los últimos realizadores que la dirigió, creo que fue George Cukor, dijo de ella "Una belleza tan exquisita como la de su rostro sólo aparece una vez cada mil años".
  
Es la lápida de Greta Garbo. Sus restos permanecen en esa tumba en el cementerio de Skogskyrkogarden
de Estocolmo. Sobre el mármol de la famosa lápida, mi hijo Ángel que en un viaje a Suecia y durante su
estancia en Estocolmo no pudo resistirse a compartir ese momento con "la divina" en su eterna morada.
Sven Broman, un periodista sueco, amigo suyo durante los últimos 10 años de su vida, le hizo una entrevista dos años antes de morir cuando ya se sentía muy mal de su enfermedad y no tenía esperanza de mejorar. Garbo no temía a la muerte, eso decía. Amaba la vida hasta el fin y quiso vivir siempre, incluso cuando peor se sentía, añadía. Estas fueron parte de sus declaraciones: "No me encuentro bien. Siento haber ido a Suiza, porque debería haber seguido en Nueva York. Pero el calor me sienta muy mal y además no tolero el aire acondicionado. Ni siquiera puedo pasear en automóvil con el señor Broman, que se ofrece a llevarme amablemente. Creía poder hacerlo, pero me es imposible. Sólo puedo dar unos pocos pasos. La mayor parte del tiempo permanezco en mi casa. Apenas como nada. Me siento triste. La vida que me rodea no es real. Siento la sensación de irme muriendo poco a poco".
  
El 15 de abril de 1990 fallecía Greta Garbo de una neumonía en un hospital de Manhattan cerca de su casa. Sus restos permanecieron 9 años en una funeraria de Nueva York, en el más completo anonimato y cuyo lugar solo conocía su sobrina y única heredera, que temía su profanación si se hacía público. En 1999 se trasladó la urna con las cenizas de la actriz al cementerio de Skogskyrkogarden de Estocolmo. La necrópolis está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
  
Angel González "Rusty Andecor"

1 comentario:

  1. greta garbo es una actriz sobrevalorada un mito lleno de humo y fango, para los tontos.

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