Romy Schneider en un semblante cándido y feliz, en las dos imágenes superiores, en su primera etapa. Visible y evidente la mirada y el aspecto desilusionado y triste en las imágenes inferiores. |
"El
talento solo es una cuestión de amor a tu oficio". En esta cita suya, dice mucho de su esfuerzo en sus dotes para la interpretación.
"La vida es más cruel en la realidad,
cuando la vives, que cuando la ves contada en la pantalla".
"En París soy la mujer más feliz del mundo. No existe una ciudad como ésta para vivir la vida", decía después de vivir uno de sus dramas,quizá porque deseaba rememorar en su "amado París" el escenario de sus buenos recuerdos.
"Nadie es capaz de descifrarme; ni siquiera yo pude entenderme alguna vez, aunque supongo que fue porque siempre supe que Alain me abandonaría"
"No hay nada más frío que un amor que se ha ido, ni nada más cruel que el olvido". Y dijo en
una entrevista, refiriéndose a Alain Delón, cuando la abandonó: "No
hay nada más cobarde que el amante que te deja, sin despedirte de ti, sin ni
siquiera decirte nada más que una simple y fría nota".
(Romy Schneider)
Romy Schneider. Actriz germano-austriaca y nacionalizada francesa, aunque mantuvo también la alemana, nacida de nombre Rosemarie Magdalena en Viena el 23 de septiembre de 1938 y fallecida en París el 29 de mayo de 1982. De padre actor y madre actriz, tomó el apellido Schneider de su madre y el nombre Romy como diminutivo de Rosemary. Se inició en el cine a los 15 años, de la mano de su madre en la película alemana "Lilas blancas" y en la que madre e hija encabezaban el reparto en lo que era un drama romántico. Dos años después, la actriz conseguiría su popularidad al iniciar la trilogía de Sissi, encarnando el papel de Isabel de Babiera, luego Emperatriz de Austria. En total, hasta 1982, su último año de vida, rodó 63 películas.
De aquella primera etapa en que se daría a conocer interpretando el personaje principesco de "cuento de hadas" de la saga de Sissi, la recordaríamos luego iniciando su romance en 1958 con el actor francés Alain Delon, relación que duraría hasta 1963. A partir de 1960 comenzó a trabajar en un cine más maduro y profundo, bajo la dirección de maestros como Claude, Chabrol, Orson Welles, Federico Fellini y Luchino Visconti. En la década de los 70 se esforzó por cambiar su rol hacia un perfil más dramático. También es cierto que su vida tomó un rumbo melodramático; sus depresiones, en principio a raíz de que Delon rompiese con ella, luego su adicción al alcohol, lo que le llevó a tener una vida tan turbulenta que incluso su carrera pareció desestabilizarse. Dos matrimonios frustrados en esa década, una hija que perdió antes de nacer debido a un accidente de tráfico, su segundo marido que se suicidó en 1979 y un hijo que murió trágicamente a los 14 años en 1981, un suceso luctuoso que la marcaría durante el último año de su vida, ya que el 29 de mayo de 1982, cuando solo tenía 43 años, la encontraron muerta en su apartamento de París. Por otro lado, como no se efectuó autopsia, algo inexplicable teniendo en cuenta el misterio que rodeaba su muerte, nunca se supo si falleció debido a una crisis cardíaca causada por el estrés o por suicidio, debido ante la desesperación que padecía. (Clic sobre los títulos de los filmes y textos en azul para reproducir los vídeos y documentos)
La joven actriz en sus primeros papeles: La saga de "Sissi", "La panadera y el emperador" y "Amoríos". |
En la carrera de Romy Schneider hay un período transitorio, antes de que en 1960 se defina como una actriz de perfil dramático y que comprende esos dos últimos años de la década de los 50. Las producciones en que interviene son ya de producción francesa; Schneider ha iniciado ya su relación con Alain Delon y precisamente es "Amoríos" (1958), un drama romántico con el actor francés, quizá su trabajo más destacable. Vuelve a intervenir en algún film alemán de muy escaso nivel. Mencionaremos "Katia" (1959), otro romance, éste con Curd Jurgens, más que nada por el lucimiento de la actriz.
Romy Schneider en "El proceso", "A pleno sol", "Boccaccio 70". (De arriba a ab,ajo de izquierda a derecha) |
Vemos aquí a Romy en ª El cardenal", "Las cosas de la vida", "Préstame tu marido" y "La piscina" (De izquierda a derecha) |
La actriz en "Ella, yo y el otro", "El tren", "Una vida de mujer", "Luis II de Babiera" y "Testimonio de mujer". (De izquierda a derecha) |
Lo cierto es que en esos primeros años de la década de los 70, a pesar de sus crisis anímica y depresiva, Romy Schneider realiza muy buenos trabajos. "El asesinato de Trotsky" (1972), con Richard Burton y Alain Delon, dirigida por Joseph Losey. "El tren" (1973), con Jean-Louis Trintignant. "Luis II de Babiera" (1973), (clic film completo), una producción italiana que, dirigida por Luchino Visconti, nos describe una drama biográfico con un extraordinario lucimiento de ambientación y vestuario, muy propio de la mano del maestro Visconti, y que contaba con el reparto estelar de Helmut Berger, Trevor Howard, Silvana Mangano, además de Romy Schneider. Y un nuevo trabajo con su partenaire favorito, Michel Piccoli, en "El trio infernal" (1974). Después de participar en algunos filmes relativamente notable, aunque con escasa relevancia interpretativa para la actriz, es en "Lo importante es amar", una producción italiana de 1975, en donde consigue hacer un buen trabajo, tal que le lleva a obtener el Premio César. "Mado" (1976), dirigida por Sautet y su penúltimo trabajo con Piccoli. "Una vida de mujer" (1978), también éste, su última aparición en un film de Claude Sautet, y por cuya interpretación vuelve a conseguir el César por su brillante actuación. Augustgo M. Torres dijo de ella: "... excelente actuación de Romy Schneider, en el mejor momento de su peculiar y trágica carrera.". Después, en los tres últimos años de su vida, rueda media docena de películas de las que no destaca, no por su interpretación, que sigue siendo muy meritoria a pesar de su turbulenta vida personal, sino porque, en este caso, no son títulos que sobresalieran en su filmografía. En cambio, fue "Testimonio de mujer", un drama sobre el nazismo, la más mediática que marcó su despedida en el cine, ya que un mes después del estreno, en mayo del 82, la actriz aparecería sin vida en su apartamento de París.
Son imágenes del perfil de Romy en los últimos 10 años de su carrera, tales como los de las úlimas dos fotos, en concreto la última, de la película que hizo meses antes de morir. |
Su amigo Michel Piccoli no solo fue su último compañero de rodaje, el que compartió en el film citado anteriormente, sino que fue él quien recibió una confesión muy extraña, según él mismo declararía en sus memorias "J´ái vécu mes réves" ("He vivido mis sueños") y que, recopiladas por su amigo Gilles Jacob, fueron publicadas recientemente en 2015. Aquella confesión fue como una despedida que Romy le declaró así: "... gracias por haber estado conmigo estos años tan angustiosos para mi, como un gran amigo, porque presiento que nunca más volveremos a vernos, gracias mi querido amigo". Michel sabía lo mal que se encontraba después de perder a su hijo, pero estas palabras le sorprendieron, tanto que le preguntó qué le pasaba y si podía hace algo por ella. El caso, es que según se relata en las memorias de Piccoli, su amiga Romy ni siquiera pareció escucharle y solo le respondió con un beso y sumida en aparente tristeza se marchó sin decir más. Al poco tiempo, el actor francés quedó conmocionado al enterarse de la trágica muerte de su compañera y amiga
De la vida sórdida y desafortunada de Romy Schneider, la periodista María B. Sánchez, del Diario El Mundo, escribe el 27 de mayo de 2022: "Con 43 años, Romy Schneider confesó que era una mujer rota y a los pocos meses se murió. (.../...) Murió de pena al no soportar el shock accidente mortal de su hijo David un año antes, cuando éste tenía 14 años. La versión oficial fue un infarto agudo de miocardio y la extraoficial una sobredosis de barbitúricos". Sànchez también se refiere, en su artículo en "El Mundo", al "síndrome del corazón roto, debido a las circunstancias emocionalmente trágicas que sufría". Es evidente que el estado de ansiedad y estrés que padecía, además de sus incontroladas adicciones, debilitaron tanto su corazón que éste se paró. Violaine de Montclos escribe en su artículo "Adieu Romy", al que también se refiere María B. Sánchez: "... ¿Suicidio o muerte accidental?. Todos interpretan, fantasean, inventan las circunstancias de este final tan cinematográfico". La misma Montclos se resiste a pensar en el suicidio y prefiere concluir que "su final fue más bien una autoinmolación gradual, lenta y acorde con su estado de ánimo y los hábitos que venía arrastrando. Dos años antes, se había suicidado su primer marido y padre de David. Enterrar también a su hijo fue "la gota que colmó el vaso" de su agonía."
Increíble cómo, ni el paso del tiempo, ni los años consumidos por su pena y dolor, marchitaran su belleza. Era como si cada vez fuera más hermosa. |
De sus romances, Romy Schneider reconoce que, aparte de algún escarceo que tuvo cuando se sintió más sola, únicamente hubo un hombre en su vida, el primero, y fue al que "amó hasta la desesperación", Alain Delon; según ella misma así confesaba, y por quien intentó suicidarse cortándose las venas, cuando él la abandonó, según ella reconoce. El actor francés, que ahora se debate entre la vida y la muerte debido a un ictus cerebral, no fue capaz de asistir al funeral, pero se despidió de ella en su lecho poco después de su muerte y le hizo allí una fotografía mientras le lloraba desconsoladamente; una foto que, según confesó años después, llevaría siempre consigo, declarando en cada entrevista que se le hacía que la recordaba como "el gran amor de su vida, el primero, el más fuerte, pero también el más triste". Luego, en otra de esas entrevistas, confesaría: "...jamás me perdonaré haberla abandonado, es una culpa que llevaré siempre conmigo".
Arriba, su imagen en la primera etapa. Debajo, la que nos mostró en los últimos años de su vida. |
Distintos perfiles de Schneider en el cine. "Max y los chatararrero", debajo a la derecha |