Es la imagen de una escena de "Vacaciones en Roma" |
Audrey Hepburn. (Clic en su nombre; homenaje musical). Británica, aunque nacida en Bruselas (1929-1993).
De niña y hasta los 15 años fue bailarina. Vivió los horrores de la Guerra
Mundial y tuvo una experiencia muy parecida a la de Ana Frank, en el mismo tiempo
y lugar, en Holanda. Trabajó un tiempo en un musical y de pronto alguien la llamó para que
hiciera una prueba de cámara con William Wyler, que iba a rodar
"Vacaciones en Roma". El papel iba a ser para Elizabeth Taylor, pero
Wyler quedó impresionado con la prueba y descartó a la Taylor. William Wyler llegó
a decir que no había visto nunca una combinación de encanto, naturalidad y
talento interpretativo. Cuando las pruebas terminaron, él grito: "Esta es
nuestra chica". Luego, la conexión de Gregory Peck y Audrey Hepburn fue
tan perfecta que se llegó a decir que hubo romance. Ellos lo desmintieron y
Audrey explicó: "Si vas a interpretar un romance tienes que intentar
sentirlo, si te conectas con tu pareja. Pero no lo lleves más allá del
plató".
Después del estreno del film, Audrey ya era una gran estrella. No obstante siguió durante un tiempo trabajando en el musical que había comenzado anteriormente. En poco tiempo, la naturalidad de su belleza, su elegancia femenina y la transparencia de su personalidad la convirtieron en un símbolo de la moda, pero también de la sencillez. Y así, la Hepburn fue considerada como la actriz más cercana y querida en el mundo del cine. Gozó, además, de la amistad de la mayor parte de los compañeros que tuvo de rodaje. El Oscar a la Mejor Actriz, el único de su carrera, precisamente lo ganaría con "Vacaciones en Roma".
Aquella sonrisa de ternura, tenue, sincera, tímida y transparente (Del film "My Fair Lady") |
Sus ojos dulces y almendrados. Aquí, en "Charada", aquella mirada frágil y asustada |
Aquella sonrisa ensoñadora, pícara y bella, sugerente y tentadora. Es una de las escenas de "Desayuno con diamantes", cuando cantaba "Moon River" (clic en el título) |
El cine dijo que era "la sonrisa más hermosa del mundo". Todos nosotros dijimos que aquella era una sonrisa... desde el corazón. (Escena de "Desayuno con diamantes") |
Aquella imagen, increíblemente bella, del rostro lloroso y angustiado de Holly, porque está a punto de perder a Paul, la persona de quien se da cuenta que necesita. |
Finalmente, no me resisto a dejar aquí alguno de los guiños de complicidad y de misivas que dirigí a "la princesa de la eterna y dulce sonrisa" en "El blog de Audrfey Hepburn", su rincón virtual, el que Rusty Andecor creó para ella (Clic en su título para entrar en él).
Pues de mi pluma, la de Rusty Andecor, afectada siempre por el encanto y hechizo de Audrey Hepburn, de quien se decía que fue "una estrella que no veía su propia luz", y en un post que dedicaba a la esencia que ella nos transmitía, la que nos inspiraba y que titulaba "La fascinación de Audrey Hepburn", decía así, hace ya unos años:
Fascinados por el mensaje de su mirada espontánea y de la frescura de su sonrisa, la imagen de Audrey nos sugería... su "cara de ángel" |
"Del resplandor que fluía de Audrey
Hepburn y de la magia con que la envolvía, lo de menos es la excusa
comercial que nos arrastra al consumismo de su icono y de todo aquello que
representa. Lo que ciertamente nos fascinaba de aquella "cara de
ángel" (porque eso era lo que nos sugería a quienes la "descubrimos",
fascinados por el mensaje de su mirada y de su sonrisa: la frescura de su sensibilidad, la
sencillez de su espontaneidad, la fuerza de su ternura, su natural elegancia y
la generosidad de sus palabras que, a veces en silencio, nos expresaba el lenguaje
de sus ojos.
Para mí, Audrey fue mi
inspiración para entrar en esa desconocida y novedosa dimensión que jamás había
conocido antes: la de la poesía. Cierto es que he sido "aprendiz de
poeta" y sé que no voy a pasar de ahí, aunque por mi falta de recursos
lingüísticos, entre otras razones, pero ella me enseñó a penetrar en los
secretos y en los poderes de la imaginación, de la sensibilidad y de los
ensueños, quizá utilizando el truco "su destello". Y me ayudó a
apreciar la belleza que hay en la fragilidad, en el mensaje de la ternura, en
la generosidad de la sonrisa y en la sencillez de lo natural. Y con todo eso,
pude convertirme en un "componedor de versos" dedicados a mi
admiración y embeleso por su destello, y ello desde la influencia de todo
aquello que representaba su estilo de imagen y el encanto de su comunicación
con nosotros y desde el escenario del cine.
Se dice que Audrel nos dejó la imagen más hermosa de todos los tiempos, además de su eterna sonrisa. Se dice que nos dejó el destello de la bondad y belleza de su corazón. |
Se dice de Audrey Hepburn, que
"nos dejó, precisamente, la imagen más hermosa de todos los tiempos,
que su personalidad y su estilo fueron dignos de una moda inolvidable e inmortalizada
en el tiempo". Se dice de ella que "nos quedó aquella eterna
sonrisa que llegó a representar un símbolo y una muestra para todas aquellas
jóvenes generaciones que la imitaron, además del recuerdo de su esbelta y tenue
figura, y ello para convencernos que también era un ejemplo de belleza".
Pero yo pienso, y estoy convencido de ello, que "lo que más nos cautivó
de su imagen, de la expresividad de su mirada y de la sinceridad de su sonrisa,
fue el mensaje que salía directamente de su corazón, porque con el que nos
acariciaba a todos los que la contemplábamos"
"Nadie mejor que tú para describirme los azules de ese universo de esperanzas e ilusiones" "Nadie para enseñarme como tú, mi eterna musa, aquel color rosa de tus ensoñaciones" |
En otra ocasión, en el 20 aniversario de su viaje a ese cielo en el que
ella debe estar, le dejé en "su blog" este simbólico regalo:
"No
temas volar sobre el viento
ni
dejes pintar sobre azul
la
esencia y sabor de tus sueños"
Pues... "Supongo que fue un sueño que tuve una noche de
delirio nostálgico, cuando fantaseaba con aquel ser maravilloso y ávido de
ternura llamado Holly. No
sé si fue mi juego imaginativo, el que apareció antes de perder mi consciencia,
pero cuando desperté sabía que tú, mi eterna musa, mi compañera de sueños, me
habías regalado esos versos, aunque yo los había escrito para ti. Nadie mejor
que tú para describirme los azules de ese universo de ilusiones y de
esperanzas. Nadie mejor que tú para aliviar mis inquietudes y endulzar mis
desazones".
La actriz que se convirtió en icono de la elegancia y sencillez, pero también del glamour. |
"Déjame, querida mía, mi dulce
Audrey, que te susurre, muy cerca de tu corazón, esos versos que una vez te
compuse y que te dejé en tu rincón virtual, en ese "pequeño universo"
que yo creé para ti. Guárdalos en el cofre de los regalos de tus amigos, y no
olvides que nadie de los que fuimos fieles a ti te olvidamos.
"Soñé
con aquel dulce sabor de tus ojos
perfumados
de tristeza y de nostalgia,
fascinado
por la magia de tu imagen
y
por tu ingenua y tímida sonrisa".
"Y
supe que estabas ahí,
en
el universo de aquel sueño,
iluminado
por la luz de tu mirada,
y
empapado en los colores de tu cuento".
"Y
ahora siento que te amo
y
ahora sé que no soy dueño
y
ahora tengo en mi esperanza
quizá,
besar tu corazón risueño"
A Audrey Hepburn le debemos tanto que no estaría
demás reiterarle desde aquí aquel agradecimiento que ya le hicimos en una carta
para ella hace ya algún tiempo. Nuestro mensaje, difundido en su blog, decía así:
"Recuerdo cómo entregaste tus últimos años para ayudar a quienes
necesitaban que alguien les tendiera una mano, a ese mundo de niños
desfavorecidos. Y tú se la tendiste; y fuiste la embajadora de la infancia en
Unicef. Y hace tiempo entendimos porqué nos quedó esa imagen tuya en donde podemos
ver reflejada la bondad de tu alma. Y entendimos porqué, muchos de nosotros,
cuando vemos las miserias y las insidias de este mundo, nos acordamos de tu
generosidad hacia el infortunio de esos seres tan desdichados".
Me quedo con una frase de Audrey que decía: "El amor no tiene nada que ver con aquello que esperas conseguir de quien amas, sino con lo que esperas de tu corazón al darlo". Sin olvidar las veces que dijo que la risa o la sonrisa podía curar el dolor y el desengaño. O que... la belleza de una mujer no estaba ni en el atractivo de su rostro o de su cuerpo, ni en su vestido ni en su adorno, sino en el reflejo de su alma, en el cuidado y ayuda, con su amor y pasión, con que decide dar a los demás.
Por cierto... querida Audrey... Siempre supe que estabas ahí, en la fragilidad de nuestros corazones y en la luz de nuestra débil esperanza, para animar nuestro espíritu y abrazar nuestras ilusiones. Pero... sobre todo... Siempre supe que cuando cantabas "Moon River", cantabas para mí, que seguirías mi camino y cuidarías de mis sueños, desde el "Río de Luna", desde tu destello, aquel que desde lejos me hiciste ver en tu canción.