"Sé tu mismo. El mundo rinde
culto a la originalidad"
"Nunca he buscado el éxito
para obtener fama y dinero. Es el talento y la pasión lo que cuenta para tener
éxito".
"El éxito es conseguir lo que
quieres, la felicidad es querer lo que consigues"
"No hay forma de que el arte vaya más allá de la conciencia ordinaria como el cine lo hace, directamente a las emociones, en el fondo en el crepúsculo del alma"
(Ingrid Bergman)
"Soy más yo misma cuando soy otra persona" (Decía para combatir su extrema timidez, cuando solo a sus 16 años trabajaba de extra en el cine y quería ser actriz)
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos" (Frase de Ingrid Berman en "Casablanca")
"No me interesa ni el patriotismo, ni los patriotas... Llevan la bandea en una mano y con la otra van vaciando los bolsillos a la gente" (De Ingrid Bergman en "Encadenados", a propósito del patriotismo de algunos devotos que enarbolan la bandera de sus intereses).
"No hay forma de que el arte vaya más allá de la conciencia ordinaria como el cine lo hace, directamente a las emociones, en el fondo en el crepúsculo del alma"
(Ingrid Bergman)
"Soy más yo misma cuando soy otra persona" (Decía para combatir su extrema timidez, cuando solo a sus 16 años trabajaba de extra en el cine y quería ser actriz)
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos" (Frase de Ingrid Berman en "Casablanca")
"No me interesa ni el patriotismo, ni los patriotas... Llevan la bandea en una mano y con la otra van vaciando los bolsillos a la gente" (De Ingrid Bergman en "Encadenados", a propósito del patriotismo de algunos devotos que enarbolan la bandera de sus intereses).
"El
problema de Ingrid Bergman era que sólo quería hacer obras maestras" (Decía Alfred Hitchcock
de ella, aunque si bien era cierto, fue ese impulso lo que le llevaba a
alcanzar lo sublime).
Su dulce rostro y melancólica sonrisa la llevó a mitificar personajes melodramáticos envueltos de ternura y de pasión, pero también de estilo y elegancia. |
De algunas de esas frases que nos dejó, nos revelaba su
preocupación por la felicidad, más que por el éxito, lo que valoraba después de
llegar a la felicidad, lo que sólo se conseguía con talento y pasión. Como
también nos desvelaba su interés por la originalidad, lo que nunca dejamos de
descubrir en los distintos perfiles de los personajes que interpretaba. Otras
frases, de las que nos dejó de sus diálogos en el cine, se convirtieron en
lemas usados dentro de nuestra forma de convivencia. Y otras referencias de
ella decían mucho de su excepcional personalidad.
Ingrid Bergman. Sueca, nacida en Estocolmo (29 agosto
1915 - 29 agosto 1982). Falleció tras una penosa batalla contra el cáncer el
día que cumplía 67 años. Hija de un empresario de fotografía, quedó huérfana de
niña siendo acogida por sus tíos. A los 16 años empezó en el cine como extra.
Su padre le dejó su dinero y patrimonio para que pudiera estudiar en el "Royal
Dramatic Theater School", el mismo en que estudió Greta
Garbo. A pesar de la oposición de su tío, que era su tutor, consigue
ingresar en esa escuela de arte dramático y hacerse notar en los concursos de aspirantes
para actriz. Trabaja en su primera película a los 20 años. A los 21, todavía en Suecia, interpreta la primera versión de "Intermezzo". Ya
en 1939 se traslada a Estados Unidos para protagonizar el papel dramático de "Intermezzo", pero esta vez en
una producción de David Seltnick y con Leslie
Howard como compañero de reparto, film de éxito que le valió su consagración como actriz. (Clic en textos sobrescritos en azul tenue para enlace vídeos)
Una escena final de
"Casablanca", una de las más emotivas del
cine de oro. "¿Nuestro amor no importa? -Pregunta Ilsa. Siempre nos quedará París. No lo teníamos, lo habíamos perdido hasta que viniste tú, pero lo recuperamos anoche, -responde Rick. Dije que nunca te dejaría -dice Ilsa. Y nunca me dejarás -responde Rick". Una escena apasionada y grandiosa del cine. |
Ingrid Bergman. Uno de los talentos del "séptimo arte" que retrató el personaje romántico, construido con austera sensibilidad y discreta elegancia. Ella fue la actriz más galardonada de la historia del cine (junto a a Katharine Hepburn y Meryl Streep), obtuvo 3 premios Oscar, además del BAFTA, el Oso de Oro, el Globo de Oro y otros galardones. Pero fue "Casablanca" el film que le premió dándole el reconocimiento de una estrella de leyenda, aunque no fuera oscarizada como actriz. Fue "Casablanca" la película en que quedó inmortalizada, no sólo su historia romántica relatada en un guión apasionante y dentro de una trama de thriller, sino para confirmar la magistral interpretación de Bergman junto a Bogart, quienes convierten las escenas de su affaire sentimental en secuencias de obra maestra. Precisamente, fueron Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, mediante los personajes que protagonizaron en la película, y en aquella mítica escena final, quienes me sugirieron la creación del titular de portada de mi blog: "Hay miradas que traspasan la pantalla y miradas que penetran en el alma; hay abrazos envueltos de esperanza y besos mojados de desesperación". Con aquel film, quizá pocas veces el cine derrochara tanta pasión en blanco y negro. Ciertamente, ha merecido encabezar aquí, en esta crónica homenaje dedicada a Ingrid Bergman, la referencia a esta obra de culto, teniendo en cuenta que el día 26 de noviembre se celebraba el 75 aniversario del estreno de "Casablanca" recordando la especial proyección que se hizo en el Teatro Hollywood de Nueva York aquel mismo día de 1942. (Clic en su nombre, en los títulos de films, en los textos a continuación sobrescritos en azul tenue, para enlazar con vídeos).
Su bello semblante inspiraba serenidad; a veces tristeza. Quizá, Quizá, el destello de sus ojos delataba una pasión contenida, un sentimiento oculto. Sabía muy bien cómo expresar la melancolía. |
Pero, volviendo al inicio de su carrera, recordemos que fue Selznick quien
la arrebató del cine sueco para llevársela a Hollywood, al
contratarla para protagonizar "Intermezzo" en un
papel melodramático, con su imagen patética y su sonrisa melancólica, que la
llevaría a crear su eterno perfil romántico. Por cierto, no deja de ser curioso
cómo su última película, "Sonata de otoño", rodada después de 40 años
de la primera, también fue un drama en el que igualmente Ingrid personifica a
una intérprete de piano.
Resumiendo lo más destacado de su vida, solo citar
que antes de su traslado a EE.UU se casó con un médico sueco.
Más tarde, en 1950 y en el rodaje de "Stromboli", se enamoró del director italiano Roberto Rossellini. Bergman le había
pedido a través de una apasionada carta trabajar con él, fascinada por su cine
neorrealista. Ocurrió que ella y él mantienen una relación sentimental, por lo
que Ingrid abandona a su actual marido y se casa con Rossellini ese
mismo año. Sin embargo, esta relación es recibida con desagrado por la opinión
pública estadounidense y la Bergman deja de hacer cine
en Hollywood durante el resto de los años de la década de los
50. Solo le quedaba rodar en el Reino Unido y en Italia. Pero en el 57 la
historia de amor entre Bergman y Rossellini se acaba; ella se
divorcia y se casa el año siguiente con un empresario sueco. Al cabo de un tiempo, y poco a poco, se
produce una decadencia en la estrella que se hace notar a partir de los 60 con
su alejamiento de la gran pantalla para dedicarse más al teatro y a la
televisión. Sólo hay dos momento brillantes ya en el ocaso de su carrera
artística, y es precisamente su trabajo en dos películas que se produjeron
en los 70; la primera fue "Asesinato en el Orient Express", en 1974
y por la que consiguió su tercer Oscar por mejor actriz secundaria, la segunda, "Sonata de Otoño", en 1978, por cuya interpretación fue nominada de nuevo para el Oscar.
Son imágenes inolvidables de algunas de las escenas de dos de sus clásicos, junto a Humphrey Bogart y Cary Grant, en "Casablanca" y "Encadenados", iconos del cine del blanco y negro. |
De su filmografía destacamos sobre todo, y en principio, sus
grandes interpretaciones de la década de los 40 en películas que sin ninguna
duda son obras maestras del cine. "Casablanca" (1942), una
producción norteamericana dirigida por Michael Curtiz, con Humphrey
Bogart y Claude Rains como compañeros de reparto. Uno de los dramas románticos de los 40 por excelencia. "Luz que agoniza" (1944), un drama de intriga dirigido por George
Cukor y protagonizado además por Charles Boyer y Joseph
Cotten. Un clásico del thriller psicológico en el que la actriz consigue su
primer Oscar. "Recuerda" (1945), un
romance de intriga dirigido por Alfred Hitchcock, el clásico
maestro del suspense, con Gregory Peck como compañero de
reparto. "Encadenados" (1946), también dirigida por Alfred Hitchcok y
protagonizada por Cary Grant y Claude Rains. Es una intriga psicológica y está
considerada como obra maestra del thriller del género de espionaje de su época. (Los títulos "Luz que agoniza" y "Encadenados", clic en ellos, visionan el film completo)
Otros filmes importantes de la carrera de Ingrid Bergman en la década de los 40, aunque
menos relevantes que los anteriores, son los que se citan a continuación.
"El extraño caso del Dr. Jeckill" (1941), dirigida por Victor Fleming y coprotagonizada por Spencer Tracy. "Por quien doblan las campanas" (1943), dirigida por Sam Wood y junto a Gary Cooper de coprotagonista. "Atormentada" (1949), dirigida por Hitchcock y Joseph Cotten como compañero de reparto.
Ya a partir de los 50 destacamos lo más reconocido de la
actriz. "Stromboli, tierra de Dios" (1950), producción
italiana y dirigida por Roberto Rossellini, es un buen
ejemplo de drama neorrealista. "Te querré siempre" (1954), dirigida también por Rossellini y
coprotagonizada por George Sanders. "Anastasia" (1956), dirigida por Anatole
Litvak y
protagonizada por Yul
Brynner y
con la que la actriz consiguió su segundo Oscar. "Indiscreta" (1958), dirigida por Stanley
Donen y de
nuevo con Cary
Grant como
compañero de reparto. En 1961, cuando ya Ingrid tenía 46 años, vuelve a ser
dirigida por Litvak para protagonizar junto a Yves
Montand y Anthony Perkins un drama romántico con muy buena música y aún con la
nostalgia del "blanco y negro". Se trata de "No me digas adiós" ("Goodbye Again"). En 1964 protagoniza "El
secreto del rencor" y "El Rolls-Royce amarillo", ésta de facturación inglesa. A
partir del 66 y durante la década de los 70, Bergman trabaja en diferentes producciones,
algunas de ellas en televisión, que no llegan a destacar entre su filmografía.
Tan sólo hay dos excepciones que pertenecen al final de su carrera. Una es la
que le otorga el tercer Oscar, en la categoría de actriz secundaria,
y por su interpretación en "Asesinato
en el Orient Express" (1974), producción norteamericana dirigida por Sydney
Lumet y con un reparto de lujo, como Albert
Finney, Lauren Bacall, Richard Widmark, Sean Connery, entre otros. El film cuenta además un
guión impecablemente adaptado de una novela de Agatha
Christie. La
otra película es "Sonata
de otoño" (1978), una producción alemana que dirige su compatriota sueco Ingmar
Bergman. Se trata
de un drama psicológico con el que Ingrid
Bergman a sus
63 años termina su carrera interpretativa en el cine.
Composición pictórica de una mítica escena de "Casablanca" (Painted by Renato Casaro) |
Se dice de Ingrid Bergman que "ha
sido, después de Greta Garbo, la más insigne actriz sueca cuyo rostro ha sido
universalizado por la industria de Hollywood". Aún así, y con permiso
de la crítica, para mí el nivel de interpretación de Bergman está
por encima de la Garbo. Y lo cierto es que en esa prueba de
demostración de la sublimidad de su talento siempre recuerdo tres películas
suyas. Esto, claro está, es una cuestión subjetiva. La primera de esas películas es "Casablanca", a la que tanto
ya me he referido antes, un clásico del cine, icono del celuloide. Sobre todo, "una eterna historia de amor". Impresionante y conmovedora la escena final. Siempre disfruté descubriendo la
esencia de la expresividad tan sugerente y bella de ese momento de la
secuencia, sobre todo porque mucho después supimos que algo hubo de romance entre Bogart y Bergman a raíz de cómo debían hacer más creíble aquellas escenas románticas. Habría que ahondar en la inmortalidad de aquella frase "Nosotros siempre tendremos París..." (clic y visionar la escena) para... desde su contenido figurativo, extraer
en nuestro contexto cercano la sugerencia de su mensaje, que viene a decirnos: "No
lo teníamos, pero viniste y lo recuperamos".
Otro de los filmes que me cautivan entre los trabajos de la Bergman es el ya antes mencionado "Luz que agoniza" ("Gaslight"), una pieza de terror psicológico postvictoriano y en el que la actriz construyó admirablemente el arquetipo de personaje tierno, vulnerable, frágil, perplejo y atormentado. Y en cuanto a "Encadenados" ("Notorious"), a la que también nos referimos, contemplar a esa maravillosa pareja, Devlin y Alicia, que encarnan Grant y Bergman espiando y ocultándose del inquietante nazi Claude Rains, en una acción dramática y envuelta con una calidez emocional, mezclada con su punto de suspense y la elegancia de sus planos, del estilo visual más perfecto de Hitchcock, reconozco que estoy viendo una de las historias de amor más arrebatadoras y bellas del cine, sin olvidar la de "Casablanca", naturalmente.
Alicia y Devlin en "Encadenados", personificados por Bergman y Grant en el beso más largo de la historia del cine clásico. |
El anecdotario de "la estrella de la sonrisa melancólica" tiene
un contenido más artístico que personal, al menos en lo que de su vida se
conoce como cierto. Su fuerte personalidad y la coherencia de su honestidad se
vertía en su perfil interpretativo. Su belleza no era ostentosa sino natural y
su atractivo estaba más bien en la elegancia de su mirada y en la sencillez de
su sonrisa, a veces con su expresión lánguida y nostálgica. Intentaba crear el
personaje buscando siempre la originalidad sin caer en el estereotipo de otras
actrices. No pretendía ser estrella, pero consiguió ser una de las estrellas
más brillantes del cine mundial, una de las estrellas con más carisma.
Por lo que a anécdota se refiere, a Ingrid Bergman la recordaremos por uno de los besos más largos y
románticos del cine; el de "Encadenados" con Cary Grant. Aunque como
todos los de la época, era un beso con trampa que se rodó en instantes entrecortados para burlar a la censura. Ingrid confesaría que se emocionó con aquel contacto y que se hubiera enamorado de Cary si no hubiese sido porque sabía que a él no le gustaban las mujeres. La actriz tuvo tres relaciones de
matrimonio, entre las que de Rossellini tuvo como fruto a Isabella Rossellini.
No se la conocen otros romances, aunque cierto es que la relación profesional y de amistad que tuvo con
Cary Grant fue de una estrecha complicidad.
Hitchcook dando instrucciones a Bergman y Grant al principio del rodaje de "Encadenados" cuando el realizador, al parecer, aún no había revelado su vergonzoso comportamiento de acosador. |
Y fue a partir de ese primer trabajo con Cary Grant, en la película antes
mencionada y como consecuencia del acoso que sufría ella de Hitchcock. Éste era
conocido por su obsesión por las actrices rubias y por sus insinuaciones
lascivas hacia ellas. Ingrid y Grace Kelly fueron objeto de sus proposiciones libidinosas. Se dice que en una ocasión Hitchcock entró en el
camerino de la Bergman e intentó manosearla e intimar con la
excusa de un mero trato paternal y afectivo. Fue Cary Grant quien la
salvó de aquella persecución obscena, pues éste ya estaba advertido por ella al
haberle pedido prevenirla del acoso que debía soportar. Por cierto, no tuvo la misma suerte
la actriz Tippi Hedren que sufrió peor hostigamiento y que fue
objeto de un trato vejatorio durante el rodaje de "Marnie, la ladrona", pues ella misma confesaría años más tarde
que Hitchcock le había exigido que "estuviera
sexualmente disponible para él donde y siempre que él quisiera",
recuerda Hedren en un fragmento recogido en el libro de Donald
Spoto "La
damas de Hitchcock". Tippi se resistió a los abusos y el maestro del suspense no permitió que ella volviera a interpretar un papel tan merecedor como el que hizo en su película con él.
Ingrid Bergman ya en relación con Rossellini, la pareja que en los 50 escandalizó al entonces estricto y puritano mundo del cine. |
Finalmente, y fisgoneando alguna otra curiosa anécdota de Ingrid
Bergman, en "Casablanca", cuando ella
y Bogart aparecían juntos en un mismo plano y de pié, Michael
Curtiz decidió que él estuviera sobre una tarima y si aparecían
sentados lo hiciera sobre unos cojines. Así no se notaría la diferencia de
altura que le llevaba la Bergman que medía casi 1,80 metros.
Y aunque el prestigio de Ingrid Bergman como estrella cinematográfíca no sólo le viene de la aureola artística con que nos magnetizaba, por su genialidad en la interpretación del dramático papel de sus personajes, sino también por su clase y elegancia en su actitud detrás de las cámaras, cierto es que ese prestigio se fue al traste cuando se produjo el escándalo que ocasionó la fuga de la actriz con Roberto Rossellini y sus turbulentas relaciones estando aún casada con su primer marido. Este affaire dio lugar a que la Iglesia condenara a la pareja por adúlteros, pero también a que la opinión pública, especialmente la americana que la había acogido, desaprobara el idilio, y a que la prensa se ensañara con ella llamándola "puta y fulana", como así aparecía en los titulares. Afortunadamente, la ira mediática se fue desvaneciendo, sobre todo después del divorcio de Bergman y su posterior matrimonio con el realizador italiano. Incluso seis años después en 1956, EE.UU.
la volvió a acoger y a devolverle su reconocimiento al ofrecerle protagonizar "Anastasia", bajo
la dirección de Anatole Litvak, película con la que
conseguiría se segundo Oscar.
Fantasía pictórica del retrato de Ingrid Berman en "Casablanca" |
De nuevo y volviendo a su excelencia estelar, si tenemos en cuenta
las encuestas del "American Film Institute" sobre
los primeros 100 años del cine, Ingrid Bergman sería la
cuarta estrella femenina más importante de la historia, por detrás sólo
de Katharine Hepburn, Belle Davis y Audrey Hepburn.
Sin embargo, si buscáramos cuál fue la pareja que más ha fascinado en el cine,
porque más nos emocionara y nos hiciera añorar hasta llevarnos a ese sueño de aquel lugar "imprescindible y fugitivo llamado París", esa
sería la de Bergman y Bogar en Casablanca. Y el momento culminante que nos llevaría al esplendor de nuestro mágico y simbólico
sitio estaría en la sugerencia del mensaje que contiene esa frase: "Siempre nos quedará París".
Inolvidable esta secuencian , parecía como si ella quisiera volver a revivir aquel recuerdo del pasado que le traería la música que le pedía tocara el pianista:
- Tócala, Sam. Toca El tiempo pasará" -Le pedía Ilsa a Sam, con aquella sonrisa maravillosa y nostálgica.
Inolvidable esta secuencian , parecía como si ella quisiera volver a revivir aquel recuerdo del pasado que le traería la música que le pedía tocara el pianista:
- Tócala, Sam. Toca El tiempo pasará" -Le pedía Ilsa a Sam, con aquella sonrisa maravillosa y nostálgica.
- "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos" -también le decía Ilsa a Rick-, conforme con su ilusión a pesar de las dificultades de la vida.
Y la cuestión es que estas frases y otras, forman parte de las expresiones para el recuerdo que aquellos legendarios personajes, Ilsa y Rick, nos quedaron como legado y que el imaginario colectivo hizo suyas hasta el punto de integrarlas en el lenguaje y tener una identidad ajena a la trama del film.
Y la cuestión es que estas frases y otras, forman parte de las expresiones para el recuerdo que aquellos legendarios personajes, Ilsa y Rick, nos quedaron como legado y que el imaginario colectivo hizo suyas hasta el punto de integrarlas en el lenguaje y tener una identidad ajena a la trama del film.