Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

jueves, 30 de noviembre de 2017

Ingrid Bergman. Icono de una melancólica sonrisa, fue la estrella de Hollywood que dejó de brillar el mismo día que cumplía 67 años.

La imagen de Ingrid Bergman fue la esencia del cine en blanco
y negro en su estado puro. Las escenas de algunas de su filmes
son un clásico del abanico cromático de grises en el celuloide,
que nada tiene que envidiar el "Séptimo arte" a la pintura.
"Sé tu mismo. El mundo rinde culto a la originalidad"
    
"Nunca he buscado el éxito para obtener fama y dinero. Es el talento y la pasión lo que cuenta para tener éxito".
   
"El éxito es conseguir lo que quieres, la felicidad es querer lo que consigues"
  
"No hay forma de que el arte vaya más allá de la conciencia ordinaria como el cine lo hace, directamente a las emociones, en el fondo en el  crepúsculo del alma"
  
(Ingrid Bergman)

"Soy más yo misma cuando soy otra persona" (Decía para combatir su extrema timidez, cuando solo a sus 16 años trabajaba de extra en el cine y quería ser actriz)
  
"El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos" (Frase de Ingrid Berman en "Casablanca")

"No me interesa ni el patriotismo, ni los patriotas... Llevan la bandea en una mano y con la otra van vaciando los bolsillos a la gente" (De Ingrid Bergman en "Encadenados", a propósito del patriotismo de algunos devotos que enarbolan la bandera de sus intereses).
  
"El problema de Ingrid Bergman era que sólo quería hacer obras maestras" (Decía Alfred Hitchcock de ella, aunque si bien era cierto, fue ese impulso lo que le llevaba a alcanzar lo sublime).
  
Su dulce rostro y melancólica sonrisa la llevó a mitificar
personajes melodramáticos envueltos de ternura y de
pasión, pero también de estilo y elegancia.
De algunas de esas frases que nos dejó, nos revelaba su preocupación por la felicidad, más que por el éxito, lo que valoraba después de llegar a la felicidad, lo que sólo se conseguía con talento y pasión. Como también nos desvelaba su interés por la originalidad, lo que nunca dejamos de descubrir en los distintos perfiles de los personajes que interpretaba. Otras frases, de las que nos dejó de sus diálogos en el cine, se convirtieron en lemas usados dentro de nuestra forma de convivencia. Y otras referencias de ella decían mucho de su excepcional personalidad.
  
Ingrid Bergman. Sueca, nacida en Estocolmo (29 agosto 1915 - 29 agosto 1982). Falleció tras una penosa batalla contra el cáncer el día que cumplía 67 años. Hija de un empresario de fotografía, quedó huérfana de niña siendo acogida por sus tíos. A los 16 años empezó en el cine como extra. Su padre le dejó su dinero y patrimonio para que pudiera estudiar en el "Royal Dramatic Theater School", el mismo en que estudió Greta Garbo. A pesar de la oposición de su tío, que era su tutor, consigue ingresar en esa escuela de arte dramático y hacerse notar en los concursos de aspirantes para actriz. Trabaja en su primera película a los 20 años. A los 21, todavía en Suecia, interpreta la primera versión de "Intermezzo". Ya en 1939 se traslada a Estados Unidos para protagonizar el papel dramático de "Intermezzo", pero esta vez en una producción de David Seltnick y con Leslie Howard como compañero de reparto, film de éxito que le valió su consagración como actriz. (Clic en textos sobrescritos en azul tenue para enlace vídeos)
  
Una escena final de "Casablanca", una de las más emotivas del
cine de oro. "¿Nuestro amor no importa? -Pregunta Ilsa. Siempre
nos quedará París. No lo teníamos, lo habíamos perdido hasta
que viniste tú, pero lo recuperamos anoche, -responde Rick.
Dije que nunca te dejaría -dice Ilsa. Y nunca me dejarás
-responde Rick". Una escena apasionada y grandiosa del cine.

Ingrid BergmanUno de los talentos del "séptimo arte" que retrató el personaje romántico, construido con austera sensibilidad y discreta elegancia. Ella fue la actriz más galardonada de la historia del cine (junto a a Katharine Hepburn y Meryl Streep), obtuvo 3 premios Oscar, además del BAFTA, el Oso de Oro, el Globo de Oro y otros galardones. Pero fue "Casablancael film que le premió dándole el reconocimiento de una estrella de leyenda, aunque no fuera oscarizada como actriz. Fue "Casablanca" la película en que quedó inmortalizada, no sólo su historia romántica relatada en un guión apasionante y dentro de una trama de thriller, sino para confirmar la magistral interpretación de Bergman junto a Bogart, quienes convierten las escenas de su affaire sentimental en secuencias de obra maestra. Precisamente, fueron Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, mediante los personajes que protagonizaron en la película, y en aquella mítica escena final, quienes me sugirieron la creación del titular de portada de mi blog"Hay miradas que traspasan la pantalla y miradas que penetran en el alma; hay abrazos envueltos de esperanza y besos mojados de desesperación". Con aquel film, quizá pocas veces el cine derrochara tanta pasión en blanco y negro. Ciertamente, ha merecido encabezar aquí, en esta crónica homenaje dedicada a Ingrid Bergman, la referencia a esta obra de culto, teniendo en cuenta que el día 26 de noviembre se celebraba el 75 aniversario del estreno de "Casablanca" recordando la especial proyección que se hizo en el Teatro Hollywood de Nueva York aquel mismo día de 1942. (Clic en su nombre, en los títulos de films, en los textos a continuación sobrescritos en azul tenue, para enlazar con vídeos).
  
Su bello semblante inspiraba serenidad; a veces tristeza. Quizá,
Quizá, el destello de sus ojos delataba una pasión contenida, un
sentimiento oculto. Sabía muy bien cómo expresar la melancolía.
Pero, volviendo al inicio de su carrera, recordemos que fue Selznick quien la arrebató del cine sueco para llevársela a Hollywood, al contratarla para protagonizar "Intermezzo" en un papel melodramático, con su imagen patética y su sonrisa melancólica, que la llevaría a crear su eterno perfil romántico. Por cierto, no deja de ser curioso cómo su última película, "Sonata de otoño", rodada después de 40 años de la primera, también fue un drama en el que igualmente Ingrid personifica a una intérprete de piano.
  
Resumiendo lo más destacado de su vida, solo citar que  antes de su traslado a EE.UU se casó con un médico sueco. Más tarde, en 1950 y en el rodaje de "Stromboli", se enamoró del director italiano Roberto Rossellini. Bergman le había pedido a través de una apasionada carta trabajar con él, fascinada por su cine neorrealista. Ocurrió que ella y él mantienen una relación sentimental, por lo que Ingrid abandona a su actual marido y se casa con Rossellini ese mismo año. Sin embargo, esta relación es recibida con desagrado por la opinión pública estadounidense y la Bergman deja de hacer cine en Hollywood durante el resto de los años de la década de los 50. Solo le quedaba rodar en el Reino Unido y en Italia. Pero en el 57 la historia de amor entre Bergman y Rossellini se acaba; ella se divorcia y se casa el año siguiente con un empresario sueco. Al cabo de un tiempo, y poco a poco, se produce una decadencia en la estrella que se hace notar a partir de los 60 con su alejamiento de la gran pantalla para dedicarse más al teatro y a la televisión. Sólo hay dos momento brillantes ya en el ocaso de su carrera artística, y es precisamente su trabajo en dos películas que se produjeron en los 70; la primera fue "Asesinato en el Orient Express", en 1974 y por la que consiguió su tercer Oscar por mejor actriz secundaria, la segunda, "Sonata de Otoño", en 1978, por cuya interpretación fue nominada de nuevo para el Oscar.
  
Son imágenes inolvidables de algunas de las escenas de dos de sus clásicos, junto a Humphrey Bogart
y Cary Grant, en "Casablanca" y "Encadenados", iconos del cine del blanco y negro.
De su filmografía destacamos sobre todo, y en principio, sus grandes interpretaciones de la década de los 40 en películas que sin ninguna duda son obras maestras del cine. "Casablanca(1942), una producción norteamericana dirigida por Michael Curtiz, con Humphrey Bogart y Claude Rains como compañeros de reparto. Uno de los dramas románticos de los 40 por excelencia. "Luz que agoniza" (1944), un drama de intriga dirigido por George Cukor y protagonizado además por Charles Boyer y Joseph Cotten. Un clásico del thriller psicológico en el que la actriz consigue su primer Oscar"Recuerda(1945), un romance de intriga dirigido por Alfred Hitchcock, el clásico maestro del suspense, con Gregory Peck como compañero de reparto. "Encadenados" (1946), también dirigida por Alfred Hitchcok y protagonizada por Cary Grant y Claude Rains. Es una intriga psicológica y está considerada como obra maestra del thriller del género de espionaje de su época. (Los títulos "Luz que agoniza" y "Encadenados", clic en ellos, visionan el film completo)
  
Otros filmes importantes de la carrera de Ingrid Bergman en la década de los 40, aunque menos relevantes que los anteriores, son los que se citan a continuación. "El extraño caso del Dr. Jeckill" (1941), dirigida por Victor Fleming y coprotagonizada por Spencer Tracy. "Por quien doblan las campanas" (1943), dirigida por Sam Wood y junto a Gary Cooper de coprotagonista. "Atormentada" (1949), dirigida por Hitchcock y Joseph Cotten como compañero de reparto.
  
Son algunas de las diferentes expresiones de su rostro, según la interpretación de cada uno de sus
personajes. Su versatilidad en sus distintos papeles dramáticos o incluso en un perfil menos serio,
la convirtió en una de las actrices más naturales para expresar la emoción más difícil de mostrar.
Ya a partir de los 50 destacamos lo más reconocido de la actriz. "Stromboli, tierra de Dios(1950)producción italiana y dirigida por Roberto Rossellini, es un buen ejemplo de drama neorrealista. "Te querré siempre" (1954), dirigida también por Rossellini y coprotagonizada por George Sanders. "Anastasia" (1956), dirigida por Anatole Litvak y protagonizada por Yul Brynner y con la que la actriz consiguió su segundo Oscar. "Indiscreta(1958), dirigida por Stanley Donen y de nuevo con Cary Grant como compañero de reparto. En 1961, cuando ya Ingrid tenía 46 años, vuelve a ser dirigida por Litvak para protagonizar junto a Yves Montand y Anthony Perkins un drama romántico con muy buena música y aún con la nostalgia del "blanco y negro". Se trata de "No me digas adiós" ("Goodbye Again"). En 1964 protagoniza "El secreto del rencor" y "El Rolls-Royce amarillo", ésta de facturación inglesa. A partir del 66 y durante la década de los 70, Bergman trabaja en diferentes producciones, algunas de ellas en televisión, que no llegan a destacar entre su filmografía. Tan sólo hay dos excepciones que pertenecen al final de su carrera. Una es la que le otorga el tercer Oscar, en la categoría de actriz secundaria, y por su interpretación en "Asesinato en el Orient Express(1974), producción norteamericana dirigida por Sydney Lumet y con un reparto de lujo, como Albert Finney, Lauren Bacall, Richard Widmark, Sean Connery, entre otros. El film cuenta además un guión impecablemente adaptado de una novela de Agatha Christie. La otra película es "Sonata de otoño(1978), una producción alemana que dirige su compatriota sueco Ingmar Bergman. Se trata de un drama psicológico con el que Ingrid Bergman a sus 63 años termina su carrera interpretativa en el cine.
  
Composición pictórica de una mítica escena de "Casablanca" (Painted by Renato Casaro)
Se dice de Ingrid Bergman que "ha sido, después de Greta Garbo, la más insigne actriz sueca cuyo rostro ha sido universalizado por la industria de Hollywood". Aún así, y con permiso de la crítica, para mí el nivel de interpretación de Bergman está por encima de la Garbo. Y lo cierto es que en esa prueba de demostración de la sublimidad de su talento siempre recuerdo tres películas suyas. Esto, claro está, es una cuestión subjetiva. La primera  de esas películas es "Casablanca", a la que tanto ya me he referido antes, un clásico del cine, icono del celuloide. Sobre todo, "una eterna historia de amor". Impresionante y conmovedora la escena final. Siempre disfruté descubriendo la esencia de la expresividad tan sugerente y bella de ese momento de la secuencia, sobre todo porque mucho después supimos que algo hubo de romance entre Bogart y Bergman a raíz de cómo debían hacer más creíble aquellas escenas románticas. Habría que ahondar en la inmortalidad de aquella frase "Nosotros siempre tendremos París..." (clic y visionar la escena) para... desde su contenido figurativo, extraer en nuestro contexto cercano la sugerencia de su mensaje, que viene a decirnos: "No lo teníamos, pero viniste y lo recuperamos".

Ingrid Bergman y Cary Grant se convirtieron en amigos inseparables durante el rodaje de "Notorious".
En el centro una imagen de ella muy en su línea cuando nos mostraba su ternura. A la derecha, la vemos
dirigiendo en una de las tomas de un film que rodó en 1953.

Otro de los filmes que me cautivan entre los trabajos de la Bergman es el ya antes mencionado "Luz que agoniza("Gaslight"), una pieza de terror psicológico postvictoriano y en el que la actriz construyó admirablemente el arquetipo de personaje tierno, vulnerable, frágil, perplejo y atormentado. Y en cuanto a "Encadenados" ("Notorious"), a la que también nos referimos, contemplar a esa maravillosa pareja, Devlin y Alicia, que encarnan Grant y Bergman espiando y ocultándose del inquietante  nazi Claude Rains, en una acción dramática y envuelta con una calidez emocional, mezclada con su punto de suspense y la elegancia de sus planos, del estilo visual más perfecto de Hitchcock, reconozco que estoy viendo una de las historias de amor más arrebatadoras y bellas del cine, sin olvidar la de "Casablanca", naturalmente.
  
Alicia y Devlin en "Encadenados", personificados por Bergman y
Grant en el beso más largo de la historia del cine clásico.
El anecdotario de "la estrella de la sonrisa melancólica" tiene un contenido más artístico que personal, al menos en lo que de su vida se conoce como cierto. Su fuerte personalidad y la coherencia de su honestidad se vertía en su perfil interpretativo. Su belleza no era ostentosa sino natural y su atractivo estaba más bien en la elegancia de su mirada y en la sencillez de su sonrisa, a veces con su expresión lánguida y nostálgica. Intentaba crear el personaje buscando siempre la originalidad sin caer en el estereotipo de otras actrices. No pretendía ser estrella, pero consiguió ser una de las estrellas más brillantes del cine mundial, una de las estrellas con más carisma.
  
Por lo que a anécdota se refiere, a Ingrid Bergman la recordaremos por uno de los besos más largos y románticos del cine; el de "Encadenados" con Cary Grant. Aunque como todos los de la época, era un beso con trampa que se rodó en instantes entrecortados para burlar a la censura. Ingrid confesaría que se emocionó con aquel contacto y que se hubiera enamorado de Cary si no hubiese sido porque sabía que a él no le gustaban las mujeres. La actriz tuvo tres relaciones de matrimonio, entre las que de Rossellini tuvo como fruto a Isabella Rossellini. No se la conocen otros romances, aunque cierto es que la relación profesional y de amistad que tuvo con Cary Grant fue de una estrecha complicidad.
  
Hitchcook dando instrucciones a Bergman y Grant al principio del
rodaje de "Encadenados" cuando el realizador, al parecer, aún no
había revelado su vergonzoso comportamiento de acosador.
Y fue a partir de ese primer trabajo con Cary Grant, en la película antes mencionada y como consecuencia del acoso que sufría ella de Hitchcock. Éste era conocido por su obsesión por las actrices rubias y por sus insinuaciones lascivas hacia ellas. Ingrid y Grace Kelly fueron objeto de sus proposiciones libidinosas. Se dice que en una ocasión Hitchcock entró en el camerino de la Bergman e intentó manosearla e intimar con la excusa de un mero trato paternal y afectivo. Fue Cary Grant quien la salvó de aquella persecución obscena, pues éste ya estaba advertido por ella al haberle pedido prevenirla del acoso que debía soportar. Por cierto, no tuvo la misma suerte la actriz Tippi Hedren que sufrió peor hostigamiento y que fue objeto de un trato vejatorio durante el rodaje de "Marnie, la ladrona", pues ella misma confesaría años más tarde que Hitchcock le había exigido que "estuviera sexualmente disponible para él donde y siempre que él quisiera", recuerda Hedren en un fragmento recogido en el libro de Donald Spoto "La damas de Hitchcock". Tippi se resistió a los abusos y el maestro del suspense no permitió que ella volviera a interpretar un papel tan merecedor como el que hizo en su película con él.
  
Ingrid Bergman ya en relación con Rossellini, la pareja que en los
50 escandalizó al entonces estricto y puritano mundo del cine.
Finalmente, y fisgoneando alguna otra curiosa anécdota de Ingrid Bergman, en "Casablanca", cuando ella y Bogart aparecían juntos en un mismo plano y de pié, Michael Curtiz decidió que él estuviera sobre una tarima y si aparecían sentados lo hiciera sobre unos cojines. Así no se notaría la diferencia de altura que le llevaba la Bergman que medía casi 1,80 metros.
  
Y aunque el prestigio de Ingrid Bergman como estrella cinematográfíca no sólo le viene de la aureola artística con que nos magnetizaba, por su genialidad en la interpretación del dramático papel de sus personajes, sino también por su clase y elegancia en su actitud detrás de las cámaras, cierto es que ese prestigio se fue al traste cuando se produjo el escándalo que ocasionó la fuga de la actriz con Roberto Rossellini y sus turbulentas relaciones estando aún casada con su primer marido. Este affaire dio lugar a que la Iglesia condenara a la pareja por adúlteros, pero también a que la opinión pública, especialmente la americana que la había acogido, desaprobara el idilio, y a que la prensa se ensañara con ella llamándola "puta y fulana", como así aparecía en los titulares. Afortunadamente, la ira mediática se fue desvaneciendo, sobre todo después del divorcio de Bergman y su posterior matrimonio con el realizador italiano. Incluso seis años después en 1956, EE.UU. la volvió a acoger y a devolverle su reconocimiento al ofrecerle protagonizar "Anastasia", bajo la dirección de Anatole Litvak, película con la que conseguiría se segundo Oscar.
  
Fantasía pictórica del retrato de Ingrid Berman
en "Casablanca"
De nuevo y volviendo a su excelencia estelar, si tenemos en cuenta las encuestas del "American Film Institute" sobre los primeros 100 años del cine, Ingrid Bergman sería la cuarta estrella femenina más importante de la historia, por detrás sólo de Katharine Hepburn, Belle Davis y Audrey Hepburn. Sin embargo, si buscáramos cuál fue la pareja que más ha fascinado en el cine, porque más nos emocionara y nos hiciera añorar hasta llevarnos a ese sueño de aquel lugar "imprescindible y fugitivo llamado París", esa sería la de Bergman Bogar en Casablanca. Y el momento culminante que nos llevaría al esplendor de nuestro mágico y simbólico sitio estaría en la sugerencia del mensaje que contiene esa frase: "Siempre nos quedará París".
  
Inolvidable esta secuencian , parecía como si ella quisiera volver a revivir aquel recuerdo del pasado que le traería la música que le pedía tocara el pianista:
  
- Tócala, Sam. Toca El tiempo pasará" -Le pedía Ilsa Sam, con aquella  sonrisa maravillosa y nostálgica.
  
- "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos" -también le decía Ilsa a Rick-, conforme con su ilusión a pesar de las dificultades de la vida.
  
Y la cuestión es que estas frases y otras, forman parte de las expresiones para el recuerdo que aquellos legendarios personajes, Ilsa y Rick, nos quedaron como legado y que el imaginario colectivo hizo suyas hasta el punto de integrarlas en el lenguaje y tener una identidad ajena a la trama del film.
  
Ángel González "Rusty Andecor"
  
La esencia del cine en blanco y negro, Ingrid Bergman, habría sido una eterna apuesta en color para la
universalidad del cine si hubiera sido una estrella contemporánea.

lunes, 23 de octubre de 2017

Marilyn Monroe. Icono del cine. La eterna y despampanante rubia de Hollywood.

Marilyn sólo era un ser humano ávido de amor, de que la quisieran de
verdad, de que alguien necesitara su corazón, consolara su llanto y su
soledad, pero también de que no la utilizan ni la manipularan.
"Ojalá que la espera no desgaste mis sueños".
  

"La imperfección es belleza, la locura es genialidad y es mejor ser absolutamente ridículo a ser absolutamente aburrido"
  
"El éxito hace que mucha gente te odie, me gustaría que no fuese así. Sería maravilloso disfrutar del éxito sin ver envidia en los ojos de los que te rodean".
  
"El amor no necesita ser perfecto, sólo necesita ser verdadero".
  
"Las desilusiones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón".
  
(Marilyn Monroe)

La caricatura verdadera de Marilyn, en el fondo, estaba en sus
exagerados rasgos sensuales y voluptuosos, que sin pretenderlo
expresaban, tal vez, un gesto de supervivencia suplicando al
mundo la aceptara sin manipularla. Quizá no confiaba mucho
en su sonrisa y pensó mejor seducir con los trazos de su
erotismo (Dibujada por mi amigo Carlos Morcillo Santero)
Son algunas de las frases que se atribuyen a Marilyn Monroe, que revelan su inteligencia, eclipsada por el mito de su belleza, frases que descubrían sus desencantos y fracasos, e incluso mostraban su velada ternura y su manifiesta ingenuidad. Su empeño y su perseverancia por seguir manteniendo la esperanza y la ilusión. Su obsesión por encontrar quien la amara de verdad. Su pensamiento, el que conocemos de sus cartas y sus entrevistas, desvelaba sus miedos a la mediocridad y al vacío de la vida, pero también al terror de la envidia y las miserias del condicionamiento humano.

Marilyn Monroe. Norteamericana, nacida en Los Ángeles, California (1926 - 1962). Originariamente de nombre Norma Jean Baker, hasta que en 1947 adopta su seudónimo por el que se la conocería. Vive con su madre hasta los 8 años en que ésta es ingresada por una crisis nerviosa. Desde entonces hasta 1943 vive con alguna amiga y parientes de su madre, pasando por un orfanato. Marcada por la inestabilidad emocional y la pobreza, abandona sus estudios y comienza a trabajar de montadora en una fábrica de aviones en donde conoce a un operario con el que se casa a los 16 años. Se divorcia al poco tiempo. Pero a esa misma edad es descubierta por un fotógrafo de modas que la convence para que trabaje de modelo. Norma tenía el pelo castaño, aunque el fotógrafo la convence para que se tiña de rubio platino. Entre los 20 y 21 años posa para varias campañas publicitarias anunciando trajes de baño. Su carácter inquieto y el deseo de cultivarse y de aspirar a algo mejor, le lleva a cursar algunos estudios de arte dramático y a asistir a cursos de literatura en la Universidad de Los Ángeles. (Clic en su nombre, en los títulos de films, en los textos a continuación sobrescritos en azul tenue, para enlazar con vídeos).

"Ojalá que la espera no desgaste mis sueños", decía Marilyn.
Se debatía, a veces, entre su fragilidad y sus ilusiones.
El rostro de Norma comienza a ser conocido en los anuncios publicitarios. En 1947 es descubierta por el magnate Howard Hughes, propietario de la productora R.K.O., que le ofrece unas pruebas para el cine. No le convencen sus propuestas, pues al parecer Hughes era un mujeriego y un sátiro. Norma supo por primera vez cómo funcionaba la búsqueda del éxito en el cine, y ella rehusó la oferta del millonario si tenía que acostarse con él. No obstante, las pruebas de cámara con Hughes fueron conocidas por la 20th Century Fox, la competencia de R.K.O., que le ofrece un contrato de figurante para tres películas, en una de ellas ya como actriz de reparto. Fue cuando adopta el nombre de Marilyn Monroe. La compañía no renovó su contrato, pues al parecer uno de los actores del último film exige ciertos favores de Marilyn y ésta no aceptó ofrecérselos.
  
En 1948 encuentra trabajo con la Columbia y ésta le ofrece un papel protagonista en el film "Las chicas del coro". El problema era que tenía que prepararse para el papel de bailarina y el director musical de la Columbia tenía que darle las lecciones. Y la condición para conseguir el trabajo era que  la de aceptar relaciones íntimas con Fred Karger, el director musical. Marilyn estaba ya cansada de luchar y tuvo que entregarse a la complicidad de un sistema corrupto y perverso que, como acabamos de conocer, ha imperado hasta la actualidad y, también es bien sabido, con la mayor parte de actrices que querían hacer carrera. Monroe tenía entonces 22 años.
  
No obstante y siendo evidente su sex-appeal, además de su
irresistible belleza, había algo detrás de toda esa impresionante
fachada: su candidez, su ingenuidad, en medio de un océano de
buitres y tiburones dispuestos a comerse el ser más indefenso.
Ya en 1949 participa con un corto papel en "Amor en conseva". (Clic en el título para visionar la película completa). La escena con Groucho Marx fue ya uno de los primeros "sketchs" eróticos del cine, tanto que Groucho se salió del guión y le dijo a Marilyn... "lo que le dijo". En 1950 consigue dos papeles secundarios en dos grandes producciones. La primera en "La jungla del asfalto" que dirige John Huston y con la productora MGM. La segunda en "Eva al desnudo", dirigida por Joseph Mankiewicz y de nuevo con la Century Fox. Este director dijo de ella que tenía talento y llegaría a ser una gran actriz. Lo cierto es que el pequeño papel en este film fue ya el estereotipo que más tarde se crearía de ella. Hasta el 52 continúa haciendo papeles secundarios, alternando su trabajo con algunas sesiones fotográficas, entre ellas la que se hizo famosa al posar desnuda para la portada del primero número de Playboy y de la que se publica más tarde el célebre reportaje.
  
Precisamente, en el año 1952 hace uno de los mejores papeles de su carrera, ya como protagonista junto a Richard Widmark en la película "Niebla en el alma". Quizá le ayudó en su interpretación dramática las miserias y desengaños que sufrió en su infancia. En esta misma línea de género dramático protagoniza en el 53 un suspense que contribuyó mucho a su carrera interpretativa. Se trata de "Niágara", un thriller en el que tuvo como compañero de reparto a Joseph Cotten. Un año antes, la 20th Century Fox, le ofrece protagonizar su primera comedia de éxito y que dirigiría Howard Hughes, quien extrajo de ella lo mejor de sus dotes. El film era "Me siento rejuvenecer" (enlace film completo), un clásico del género y con Cary Grant y Ginger Rogers en el reparto.
  
Marilyn decía: "Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil".
Y es que su sonrisa en los últimos tiempos era forzada y tenía algo
de tristeza tras la mirada de sus ojos.
Entre los años 1953 y 1960 se producen sus trabajos más brillantes, sus comedias, cada una de ellas envueltos ya con su marca distintiva, como "la rubia estrella de Hollywood" o "el mito sexual". Entre las más destacadas, en el 53 fue "Cómo casarse con un millonario", con Lauren Bacall en el reparto, y "Los caballeros las prefieren rubias", con Jane Russell. En el 55, "La tentación vive arriba", con Tom Ewell y dirigida por Willy Wilder. En el 56 fue "Bus Stop", con Don Murray. En el 59, "Con faldas y a lo loco", con Jack Lemmon y Tony Curtis y dirigida por Willy Wilder. Esta última, producida por United Artists, el resto por la 20th Century Fox. Ya en el 60 su última comedia fue "El multimillonario", también de la Fox, dirigida por George Cukor y con Yves Montand en el reparto, con el que ella mantuvo un romance y del que se enamoró, aunque para él no fue más que una aventura.
  
En 1961 protagoniza junto a Clark Gable y Montgomery Clift el film "Vidas rebeldes", un drama que dirige John Huston y guión de Arthur Miller, con quien se había casado en el 56, aunque en ese mismo 61 se divorcia de él. Buena interpretación de Marilyn, aunque ya hay evidencias de su ocaso. De hecho, solo interviene después en una película que no acaba debido a su repentina muerte en 1962. La carrera de la actriz había terminado mucho antes.
  
Dijo alguna vez: "Nunca me gustó el nombre de Marilyn. A menudo deseé que aquel día me quedara con
Jeasn Monroe. Supongo que ya es demasiado tarde para cambiarlo". Ella pensó que su nombre y su rubio
platino formaron parte de la losa que impidió poder aspirar de algo más digno en su carrera, algo que
no fuera el personaje que ella misma, y sin quererlo, había creado.
Marilyn Monroe. Sus titulares, nunca le sobraron: "Una de las estrellas más rutilantes del firmamento cinematográfico hollywoodiense". "Un icono de belleza, moda y símbolo sexual", "La mujer más deseada del siglo XX". Aunque más conocida en en el mundo de la frivolidad como "La rubia platino" o (peor aún) "la rubia tonta" (que, por cierto, "de tonta no tenía un pelo"). Cosechó en su carrera varios premios importantes, tales como el Globo de Oro en 1960 por "Con faldas y a lo loco", además de varias nominaciones al BAFTA y otros. Hizo 29 películas, entre las que no parece que consiguiera ninguna obra maestra de interpretación, aunque está claro que se la encasilló injustamente desde el principio en un papel demasiado superficial y frívolo como para poder aprovechar y lucir el potencial de sus dotes interpretativas. Ni fueron justos los productores con ella, como para llamarla para hacer los papeles que según ellos solo sabía hacer, ni honestos los directores que la humillaron en numerosas ocasiones. Los compañeros de rodaje tampoco se quedaron cortos en sus desprecios y burlas. Cierto que hay una leyenda negra en torno a la insoportabilidad y lo insufrible de su trato en los trabajos de rodaje, además de sus difundidas limitaciones en la interpretación, pero para ser imparciales, la crítica más objetiva dijo después que muchos de sus problemas profesionales se debían a la falta de profesionalidad y de empatía de los directores de rodaje y artísticos.

Algunas de las fotos que le hizo la fotógrafa su amiga Eve Arnold cuando, de su afición por la lectura,
aprovechaba cualquier momento para leer a sus favoritos. La vemos leyendo el "Ulises" de James Joyce
(arriba) o el "Leaves of grass" de Walt Whitman, su favorito.
Marilyn Monroe. Como ya se ha dicho, su inquietud intelectual la llevó a esforzarse por cultivar su formación en las artes dramáticas, a buscar más conocimientos, a leer todo lo que podía. Su coeficiente intelectual estaba muy por encima de la media. Tenía una biblioteca con más de mil volúmenes (unos 400 eran de literatura) en los que solía hacer anotaciones al margen. Entre sus libros favoritos estaban James Joyce, Walt Whitman, Flaubert y el poeta Heinrich Heine. También aparecían obras de Stendhal, Khalil Gibran y Hemingway, obras de teatro, arte, filosofía, psicología o ciencia, y sobre todo poesía; a Marilyn le apasionaban los poemas. Solía escribir reflexionando sobre lo que leía, algunos poemas que garabateaba, anotaciones en un diario y cartas que no llegaba a enviar a su destino. Los libros fueron subastados después de su muerte y la mayor parte de los manuscritos desaparecieron tras la investigación policial, pero se sabe de su abundancia por su último marido y por algunos de sus más íntimos amigos. Entre sus pensamientos escritos decía: "Estoy intentando encontrarme conmigo misma, no es fácil de hacer; millones de personas viven toda su vida sin encontrarse", lo que indicaba cuánto le atormentaba la inseguridad de su identidad, sus miedos y los resultados del psicoanálisis que ella misma se hacía. Decía también: "Es mejor estar sola que infeliz con alguien" o "La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie", lo que demostraba que no era feliz, que le torturaba la inmundicia de los bajos sentimientos en los demás, de la falsedad y la mentira.
  
Si tuviera que elegir imágenes que retratasen mejor la personalidad auténtica de Marilyn, escogería
algunas de éstas en blanco y negro, que (me atrevería a decir) retratan realmente el alma o la esencia
de su persona, sin artificios de colores: la sonrisa casi ingenua en su rostro, su fragilidad y recelos,
uno de sus felices momentos y la mentira de su fachada como la estrella que le obligaron a ser.
De Marilyn se han dicho muchas cosas, demasiadas, y tal vez demasiadas mentiras. Era la única forma de mantener viva su leyenda y su mito. Su físico y su belleza le llevó a la perdición, en una época en que una estrella de cine que empezaba de la nada se veía indefensa. Los abusos sexuales que sufrió, el acoso de los directivos de las productoras y los de los estudios, sus traiciones amorosas, las presiones y mentiras de sus valedores, su fallida psicoterapia, todo le llevó al alcohol, a los barbitúricos y a la depresión. Aún así, siempre conseguía reponerse, luchando por salvar su integridad. Incluso parece que aquella noche fatal debió de pedir ayuda para poder sobrevivir. Algo sucedió. Algo muy grave pasó y todo quedó tapado con un supuesto suicidio.
  
Marilyn Monroe. Esbocemos una semblanza más de lo conocido de su persona: Bella, coqueta, superficial e insatisfecha, aparentemente entregada a la frivolidad de los placeres del mundo que la rodeaba. Eso era lo que se decía de ella. Pero el fotógrafo George Barris, amigo suyo, le oyó decir "Mentiras, mentiras, mentiras, nada más que mentiras, todo lo que se dice de mi son mentiras". Y un periodista con el que Marilyn tuvo una confesión, después de una breve entrevista, dijo que debajo de su imagen despampanante y de su cautivadora sonrisa había tristeza, sombras y desesperación. Ciertamente, hay muchas biografías sobre Marilyn, pero si comparamos unas y otras, apenas vemos credibilidad en ellas. Parece que lo único que interesaba era explotar su mito.
  
La imagen de las distintas fotografías de Marilyn Monroe sugieren también diversas estados emocionales
que manifiestan tanto inquietud o desosiego, felicidad, sensualidad, encanto y seducción. Sonrisa,
preocupación, complicidad, expresión de frivolidad.
Por lo demás, poco interesa extraer ahora lo que ya está escrito en todas las crónicas, reportajes y biografías sobre la estrella. Sin embargo, puede interesar algo más de lo que se supo y es poco conocido de su vida. Sus discretos amigos, el camarero de un bar al que solía pedirle una copa y consejo, así como sus fotógrafos más cercanos y fieles, Arnold y Barris, quizá fueron los que mejor la conocieron, los que confesaban que Norma (como le gustaba que la llamasen) era un ser entrañable y encantador. Uno de ellos tuvo en su poder una carta que apareció en un libro que ella le había regalado y que debió dirigir a alguien. En uno de los párrafos decía: "No temo no poder despertar de mi sueño. Temo despertarme y no poder volver a soñar". Y también: "Quise ser generosa con quienes me prometieron ayuda y afecto, pero me equivoqué y caí en una trampa, pues solo encontré la burla y el engaño para ensuciar mis sentimientos". Se supo, mucho después, que en los últimos meses de su vida, ella hablaba de conspiración y amenazas. ¿Qué hubo detrás del informe del suicidio, de los rumores que acallaron el FBI y de todo lo demás? Quienes más cerca estuvieron lo dijeron: ASESINATO. Pero nadie se atrevió a testimoniar con evidencias y pruebas que fuera así. Ni siquiera pudo servir una de las cartas que debió recibir el doctor Ralph Greenson, el psiquiatra que la había atendido en la clínica Payne Whitney, de Nueva York, un año antes de su muerte. Aquella carta la dirigió Marilyn Monroe al doctor Greenson mucho después de la que se publicó de seis páginas, tal vez para distraer al público de la última en la que se debió referir a la sospecha de que iba a ser asesinada. Aquella carta desapareció y nunca más se supo de ella.
  
Marilyn decía: "Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil". Algo que debía haber a menudo.
Tal vez, sus llantos en las soledades de sus noches eran el consuelo que ahuyentaban los fantasmas
de sus miedos y de la desesperación que le ahogaba.
Por lo demás, en el informe médico del forense que dictaminó el suicidio de la Monroe a causa de una sobredosis de somníferos aparecieron contradicciones que nunca llegaron a aclararse. Y ello sin contar con la jovialidad e ilusión de Marilyn por vivir, a veces de modo desenfrenado como era bien sabido. Algo que no se correspondía con una decisión tan fatal.


Hay muchas dudas cuando se intentó averiguar qué pasó en los últimos meses de la vida de Marilyn. Se supo que había tenido una relación íntima con John F. Kennedy y luego con su hermano Robert, quizá la de éste solo fue de amistad y por las consecuencias que había tomado la que tuvo con el primero. Sus nombres aparecieron en algunas de sus cartas, pero luego éstas desaparecieron. En la descripción del ama de llaves que encontró su cuerpo, dijo que se hallaba  desnuda, en una forma muy extraña y con el teléfono fuertemente aferrado con su mano derecha. Luego se supo que había llamado a alguien antes de morir para pedir ayuda, según confesó quien debió escuchar la llamada, pero las cintas con la grabación fueron incautadas y quien conocía su contenido fue silenciado.
  
Terminamos la crónica con otra de las frases que se le atribuyen y una declaración que hizo de ella Arthur Schlesinger, ganador de un Pulitzer. Aquella conocida frase era: "La vida es corta, sonríele a quien llora, ignora a quien te critica y sé feliz con quien te importa". Y lo que dijo Schlesinger de una entrevista con la estrella: "... me quedé prendado, más que de su belleza, de su estilo y también de su ingenio, cándido y enormemente agudo. Había en ella algo mágico y desesperado a la vez. Algo que atraía, que fascinaba, pero al mismo tiempo, que sobrecogía".
  
Ángel González "Rusty Andecor"