Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.

Garbo - Dietrich - Kelly - Hepburn.. Cuatro mitos del cine.
Estrellas leyendas del cine dorado. Escenas con intriga y misterios, ilusión y desengaños, amores y traiciones, pasiones y odios. Son algunas de esas grandes estrellas, entre el universo de los mitos del cine. Estrellas del fascinante cine en “Blanco y Negro”. (Clic imagen portada)

viernes, 21 de abril de 2023

Romy Schneider, la emperatriz del cuento de “Sissi”. La artista, su mito y su trágico destino: Una vida marcada por la tragedia"

Romy Schneider en un semblante cándido y feliz, en las dos imágenes
superiores, en su primera etapa. Visible y evidente la mirada y el aspecto
desilusionado y triste en las imágenes inferiores.
De aquella frase que dijo:"No soy nada en la vida, pero lo soy todo en la pantalla", descubrimos cómo vio el desencanto y el fracaso de su vida personal y cómo se volcó por entero a su oficio en el cine, quizá para compensar sus frustraciones. 

"El talento solo es una cuestión de amor a tu oficio". En esta cita suya, dice mucho de su esfuerzo en sus dotes para la interpretación. 

"La vida es más cruel en la realidad, cuando la vives, que cuando la ves contada en la pantalla".

"En París soy la mujer más feliz del mundo. No existe una ciudad como ésta para vivir la vida", decía después de vivir uno de sus dramas,quizá porque deseaba rememorar en su "amado París" el escenario de sus buenos recuerdos. 

"Nadie es capaz de descifrarme; ni siquiera yo pude entenderme alguna vez, aunque supongo que fue porque siempre supe que Alain me abandonaría"

"No hay nada más frío que un amor que se ha ido, ni nada más cruel que el olvido". Y dijo en una entrevista, refiriéndose a Alain Delón, cuando la abandonó: "No hay nada más cobarde que el amante que te deja, sin despedirte de ti, sin ni siquiera decirte nada más que una simple y fría nota".

(Romy Schneider)

Romy Schneider. Actriz germano-austriaca y nacionalizada francesa, aunque mantuvo también la alemana, nacida de nombre Rosemarie Magdalena en Viena el 23 de septiembre de 1938 y fallecida en París el 29 de mayo de 1982. De padre actor y madre actriz, tomó el apellido Schneider de su madre y el nombre Romy como diminutivo de Rosemary. Se inició en el cine a los 15 años, de la mano de su madre en la película alemana "Lilas blancas" y en la que madre e hija encabezaban el reparto en lo que era un drama romántico. Dos años después, la actriz conseguiría su popularidad al iniciar la trilogía de Sissi, encarnando el papel de Isabel de Babiera, luego Emperatriz de Austria. En total, hasta 1982, su último año de vida, rodó 63 películas.

Romy, en imágenes en "blanco y negro", en algunas de sus primera
apariciones en el cine, la última ya cuando ersua pareja de Alain Delon.
Lejos aún de atravesar el infortunio de su infeliz y dramática vida.

De aquella primera etapa en que se daría a conocer interpretando el personaje principesco de "cuento de hadas" de la saga de Sissi, la recordaríamos luego iniciando su romance en 1958 con el actor francés Alain Delon, relación que duraría hasta 1963. A partir de 1960 comenzó a trabajar en un cine más maduro y profundo, bajo la dirección de maestros como Claude,  Chabrol, Orson Welles, Federico Fellini y Luchino Visconti. En la década de los 70 se esforzó por cambiar su rol hacia un perfil más dramático. También es cierto que su vida tomó un rumbo melodramático; sus depresiones, en principio a raíz de que Delon rompiese con ella, luego su adicción al alcohol, lo que le llevó a tener una vida tan turbulenta que incluso su carrera pareció desestabilizarse. Dos matrimonios frustrados en esa década, una hija que perdió antes de nacer debido a un accidente de tráfico, su segundo marido que se suicidó en 1979 y un hijo que murió trágicamente a los 14 años en 1981, un suceso luctuoso que la marcaría durante el último año de su vida, ya que el 29 de mayo de 1982, cuando solo tenía 43 años, la encontraron muerta en su apartamento de París. Por otro lado, como no se efectuó autopsia, algo inexplicable teniendo en cuenta el misterio que rodeaba su muerte, nunca se supo si falleció debido a una crisis cardíaca causada por el estrés o por suicidio, debido ante la desesperación que padecía. (Clic sobre los títulos de los filmes y textos en azul para reproducir los vídeos y documentos)

La joven actriz en sus primeros papeles: La saga de "Sissi", "La panadera y el
emperador" y "Amoríos".
De su filmografía hay que destacar, después de su debut a los 15 años en "Lilas blancas", consu madre Magna Schneider en el reparto, y "Sueños de circo", con Lili Palmer, a los 16, una primera etapa de cine muy romántico y un tanto "empalagoso". Fueron los años de "la saga de Sissi". La serie, de producción austriaca, comienza con un musical, previo a la trilogía. Se trata de "La panadera y el emperador" y el mismo año se estrena "Sissi" (1955). Romy tenía entonces 17 años. Le siguen "Sissi emperatriz" (1956) y "El destino de Sissi" (1957), los 3 filmes protagonizados por Karlheinz Bohm,
 y su madre Magda. Todo un melodrama romántico ambientado en la corte real de Viena, con la figura del emperador Francisco José y Sissi como princesa, luego emperatriz. Al acabar la serie, Schneider tenía entonces 19 años y ese miso, en 1957, protagoniza una producción alemana, ésta también de corte romántico y con Horst Bucholz. Se trata de "Un amor de París".

En la carrera de Romy  Schneider hay un período transitorio, antes de que en 1960 se defina como una actriz de perfil dramático y que comprende esos dos últimos años de la década de los 50. Las producciones en que interviene son ya de producción francesa; Schneider ha iniciado ya su relación con Alain Delon y precisamente es "Amoríos" (1958), un drama romántico con el actor francés, quizá su trabajo más destacable. Vuelve a intervenir en algún film alemán de muy escaso nivel. Mencionaremos "Katia" (1959), otro romance, éste con Curd Jurgens, más que nada por el lucimiento de la actriz.

Romy Schneider en "El proceso", "A pleno sol", "Boccaccio 70". (De arriba a ab,ajo
de izquierda a derecha)
Romy Schneider comienza una segunda etapa en la que, abandonando su cine romántico y de "cuento de hadas", se entrega a un perfil mucho más dramático y maduro, a veces rayando un tono tan oscuro que parece como querer expresar una parte de su personalidad. La década de los 60 es realmente la que contiene sus mejores trabajos. "A pleno sol" (1960), de René Clement, con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforet, un thriller policíaco en el que, sobre todo, vemos a un Delon genial que eclipsa la belleza de las dos damas protagonistas. "Bocaccio `70" (1962), una co-producción italo-francesa en la que, a través de una comedia satírica, que se reúnen 4 episodios en clave de cuento, está dirigida por cuatro grandes directores: Y es ese mismo año cuando interviene en una de las obras maestras de Orson Welles: "El proceso". (Clic enlace con la película completa)Con un reparto de lujo, Anthony Perkins, Jeanne Moreau, Elsa Martinelly y el propio Welles, el realizador nos ofrece un drama psicológico envuelto en una intriga surrealista y que se mueve entre el exuberante posicionamiento y movimiento de la cámara de Welles, lo que lo convierte en un logro visual, y entre su extravagante interpretación, que hace de los personajes el que nos acerquemos a la atmósfera de la pesadilla que describe la novela de Franz Kafka. Precisamente Jonathan Rosenbaum escribía en el "Chicago Reade": "Welles captura con destreza la experiencia de un sueño inquietante y ligeramente histérico.".

Vemos aquí a Romy en ª El cardenal", "Las cosas de la vida", "Préstame tu marido"
y "La piscina" (De izquierda a derecha)
En 1963, Schneider destaca en el "El cardenal", una producción norteamericana dirigida por Otto Preminger. En 1964, "Préstame tu marido" (clic film completo), con Jack Lemmon y Edward G. Robinson. En 1965, "Qué tal, Pussycat?", otra comedia, ésta con Woody Allen y Peter O´Toole en el reparto. En 1966, de nuevo en la producción francesa, sobresale "La ladrona" (film completo), con Mifchel Piccoli. En 1969, cuando la actriz acaba de cumplir 30 años, a punto de entrar en un declive, debido a sus constantes depresiones, interpreta uno de sus mejores trabajos, quizá porque tenía como pareja a Alain Delon y del que no podía evitar una complicidad pasional, aunque tóxica hacia él por sentirse abandonada años atrás. Se trata de "La piscina" (clic film completo), de Jacques Deray, un drama de intriga, protagonizo también por Maurice Ronet y Jane Birkin. De sus trabajos y a comienzos de los 70, me quedo con "Las cosas de la vida", una producción francesa dirigida por Claude Sautet, un drama romántico que no fue reconocido ni valorado como se merecía, y que considero fue dirigido e interpretado impecablemente, además de Romy, por Michel Piccoli, quizá el actor con quien más a gusto se sintió Schneider. La película contaba también con una espléndida banda sonora de Philippe Sarde, cuyo "Love Theme" interpretaba además la propia Romy Schneider, aunque en solo audio, al final entre los títulos de crédito. En 1971, Sautet vuelve a dirigirla en "Max y los chatarreros", repitiendo con Piccoli, un drama de robos y atracos en clave de romance. Es indudable que Romy y Mifchel se siente a gusto en el rodaje del film. En 1972 Clautet Sautet la dirige una vez más en "Ella, yo y el otro", en esta ocasión es Yves Montand su compañero de reparto. Al igual que la película anterior, también es el compositor Sarde el encargado de poner la música para la banda sonora.

La actriz en "Ella, yo y el otro", "El tren", "Una vida de mujer", "Luis II de Babiera"
y "Testimonio de mujer". (De izquierda a derecha
)

Lo cierto es que en esos primeros años de la década de los 70, a pesar de sus crisis anímica y depresiva, Romy Schneider realiza muy buenos trabajos. "El asesinato de Trotsky" (1972), con Richard Burton y Alain Delon, dirigida por Joseph Losey. "El tren" (1973), con Jean-Louis Trintignant. "Luis II de Babiera" (1973), (clic film completo), una producción italiana que, dirigida por Luchino Visconti, nos describe una drama biográfico con un extraordinario lucimiento de ambientación y vestuario, muy propio de la mano del maestro Visconti, y que contaba con el reparto estelar de Helmut Berger, Trevor Howard, Silvana Mangano, además de Romy Schneider. Y un nuevo trabajo con su partenaire favorito, Michel Piccoli, en "El  trio infernal" (1974). Después de participar en algunos filmes relativamente notable, aunque con escasa relevancia interpretativa para la actriz, es en "Lo importante es amar", una producción italiana de 1975, en donde consigue hacer un buen trabajo, tal que le lleva a obtener el Premio César. "Mado" (1976), dirigida por Sautet y su penúltimo trabajo con Piccoli. "Una vida de mujer" (1978), también éste, su última aparición en un film de Claude Sautet, y por cuya interpretación vuelve a conseguir el César por su brillante actuación. Augustgo M. Torres dijo de ella: "... excelente actuación de Romy Schneider, en el mejor momento de su peculiar y trágica carrera.". Después, en los tres últimos años de su vida, rueda media docena de películas de las que no destaca, no por su interpretación, que sigue siendo muy meritoria a pesar de su turbulenta vida personal, sino porque, en este caso, no son títulos que sobresalieran en su filmografía. En cambio, fue "Testimonio de mujer", un drama sobre el nazismo, la más mediática que marcó su despedida en el cine, ya que un mes después del estreno, en mayo del 82, la actriz aparecería sin vida en su apartamento de París.

Son imágenes del perfil de Romy en los últimos 10 años de su carrera, tales como los de
las úlimas dos fotos, en concreto la última, de la película que hizo meses antes de morir.

Su amigo Michel Piccoli no solo fue su último compañero de rodaje, el que compartió en el film citado anteriormente, sino que fue él quien recibió una confesión muy extraña, según él mismo declararía en sus memorias "J´ái vécu mes réves" ("He vivido mis sueños") y que, recopiladas por su amigo Gilles Jacob, fueron publicadas recientemente en 2015. Aquella confesión fue como una despedida que Romy le declaró así: "... gracias por haber estado conmigo estos años tan angustiosos para mi, como un gran amigo, porque presiento que nunca más volveremos a vernos, gracias mi querido amigo"Michel sabía lo mal que se encontraba después de perder a su hijo, pero estas palabras le sorprendieron, tanto que le preguntó qué le pasaba y si podía hace algo por ella. El  caso, es que según se relata en las memorias de Piccoli, su amiga Romy ni siquiera pareció escucharle y solo le respondió con un beso y sumida en aparente tristeza se marchó sin decir más. Al poco tiempo, el actor francés quedó conmocionado al enterarse de la trágica muerte de su compañera y amiga

En parte, el desequilibrio emocional de Schneider fue motivado porque no lfue capaz d
superar el abandono que sufrió de Alain Delon y de la forma traumática que lo hizo. (Las
imágenes corresponden a la etapa de los 4 años de su romance.

De la vida sórdida y desafortunada de Romy Schneider, la periodista María B. Sánchez, del Diario El Mundo, escribe el 27 de mayo de 2022: "Con 43 años, Romy Schneider confesó que era una mujer rota y a los pocos meses se murió. (.../...) Murió de pena al no soportar el shock accidente mortal de su hijo David un año antes, cuando éste tenía 14 años. La versión oficial fue un infarto agudo de miocardio y la extraoficial una sobredosis de barbitúricos". Sànchez también se refiere, en su artículo en "El Mundo", al "síndrome del corazón roto, debido a las circunstancias emocionalmente trágicas que sufría". Es evidente que el estado de ansiedad y estrés que padecía, además de sus incontroladas adicciones, debilitaron tanto su corazón que éste se paró. Violaine de Montclos escribe en su artículo "Adieu Romy", al que también se refiere María B. Sánchez: "... ¿Suicidio o muerte accidental?. Todos interpretan, fantasean, inventan las circunstancias de este final tan cinematográfico". La misma Montclos se resiste a pensar en el suicidio y prefiere concluir que "su final fue más bien una autoinmolación gradual, lenta y acorde con su estado de ánimo y los hábitos que venía arrastrando. Dos años antes, se había suicidado su primer marido y padre de David. Enterrar también a su hijo fue "la gota que colmó el vaso" de su agonía."

Increíble cómo, ni el paso del tiempo, ni los años consumidos por su pena
y dolor, marchitaran su belleza. Era como si cada vez fuera más hermosa.

Lo cierto es que "la locura de Romy Schneder llegó tan lejos...", continúa la periodista Montclos, "...que durante el rodaje de su última película, la actriz leía en voz alta a sus compañeros de rodaje las cartas que le escribía a su hijo fallecido. Ellos la cuidaban y le escondían las botellas de alcohol, mientras ella no dejaba de repetir el nombre de David. Su compañero Michel Piccoli, viéndola al borde de la locura, llamó a su pareja para que se la llevara en un viaje lejos de Europa. Pero ella se negó, pues en su delirio, mezclando realidad y ficción, temía que David volviera y no la encontrase". Incluso hubo algún momento muy penoso en el rodaje de este último film, cuando en una de las secuencias que hacía Romy junto a un jovencísimo actor de la misma edad que su hijo fallecido y que interpreta al personaje protagonista cuando era de niño, la actriz creyó ver en él´a su hijo, Desde entonces, su amigos Michel Piccoli, viendo aquella situación tan angustiosa, no la abandonó ni un solo momento mientras duró el rodaje de la película.

De sus romances, Romy Schneider reconoce que, aparte de algún escarceo que tuvo cuando se sintió más sola, únicamente hubo un hombre en su vida, el primero, y fue al que "amó hasta la desesperación"Alain Delon; según ella misma así confesaba, y por quien intentó suicidarse cortándose las venas, cuando él la abandonó, según ella reconoce. El actor francés, que ahora se debate entre la vida y la muerte debido a un ictus cerebral, no fue capaz de asistir al funeral, pero se despidió de ella en su lecho poco después de su muerte y le hizo allí una fotografía  mientras le lloraba desconsoladamente; una foto que, según confesó años después, llevaría siempre consigo, declarando en cada entrevista que se le hacía que la recordaba como "el gran amor de su vida, el primero, el más fuerte, pero también el más triste". Luego, en otra de esas entrevistas, confesaría: "...jamás me perdonaré haberla abandonado, es una culpa que llevaré siempre conmigo".

Arriba, su imagen en la primera etapa. Debajo, la que nos mostró en los últimos años de su vida.

Es cierto que se habló de algún galanteo o devaneo de la actriz, pero no se tiene ninguna evidencia ni fotografías que probaran ninguna otra relación sentimental que no fuera su última pareja, el productor Laurent Pétin, quien supuso un gran apoyo para aliviarla del dolor de todas las desgracias y desdichas que acumulaba. Ni siquiera se dejó llevar por la ocasión de tener un affaire con alguno de sus compañeros de rodaje, algo tan común entre actores y actrices. Ni siquiera con Michel Piccoli, con quien había trabajado tantos años, a quien solo considera un hermano, incluso más que amigo. Y por cierto, según se supo de Pétin, "Al productor no le gustaba su amistad continuada con Delon, a quien consideraba una influencia tóxica para Schneider", lo que seguimos extrayendo del artículo de Sánchez, referido al que escribió Montclos, "...tanto, que a raíz de su último encuentro con el actor francés, ella empeoró notablemente y comenzó a agravarse su crisis anímica y depresiva. Y así, un  fatídico día, Laurent Petin la encontró desplomada en una butaca, absolutamente pálida y sin vida. En el suelo, apareció una carta inacabada para su hijo David. Su diario desapareció y con él, sus íntimas anotaciones y algunos de los secretos que había ido escribiendo. El forense certificó su muerte natural y no se hizo autopsia."

Distintos perfiles de Schneider en el cine. "Max y los chatararrero", debajo a la derecha
Romy Schneider
llegó a reconocerse que lo "era todo en la pantalla, pero nada en la vida", que se sentía devastada, derrotada y atrapada en una espiral de tragedia y de destrucción de si misma. Ella le dijo a una amiga suya: "Nadie es capaz de descifrarme". Y añadía "ni siquiera yo pude entenderme alguna vez, aunque supongo que fue porque siempre supe que Alain me abandonaría". Y es que Delon era un "playboy" nato, ella lo sabía y él no quiso entender el amor intenso de Romy, quien veía en él, o lo preveía, el potencial de su infidelidad. Por eso, la actriz intentó seducirle eternamente; se convirtió en el tópico del modelo a lo "femme francaise", 
 envolviendo su rostro de maquillaje y vestuario a lo Chanel,. Sin embargo, el final de su romance se convirtió en una relación tormentosa y terminó con la huida del actor. Romy, desesperada, se cortó las veces y se salvó de milagro. Y sorprende su obsesión por permanecer en la ciudad en donde se produjeron sus dramas y tragedias, cuando tal vez pudo recuperar su estabilidad emocional alejándose de París. Más aún, decía "En París soy la mujer más feliz del mundo. No existe una ciudad como ésta para vivir la vida". Quizá, se decía, buscaba rememorar sus recuerdos felices en los escenarios que vivió en la capital francesa. (Para seguir el contenido del reportaje, si no lo viera completo, haga "Clic" debajo, en "Leer más").

Fue una de las sonrisas más cautivadoras del cine. Su encanto estaba en la sugerencia diversa
de la expresión de su mirada, de sus ojos y su sonrisa. La veíamos cándida o pícara, ingenua
o sensual.; a veces, divertida; a veces, provocativa; y a veces, natural.

lunes, 14 de febrero de 2022

Claudia Cardinale. La musa de Luchino Visconti, Federico Fellini y Sergio Leone, en "El gatopardo", "Fellini 8 y ½" y "Hasta que llegó su hora"

Claudia Cardinale. Su belleza latina la identificó como un "sex-symbol" de la época,
que fue explotada en papeles como mujer sensual y de carácter.
"El rostro de una mujer debe estar acuñado por su propia historia"

"Quienes se creen extremadamente inteligentes son tontos con complejos reprimidos"

"Cuando entras en una habitación con un hombre deberías de saber que él se va a aprovechar, o al menos lo va a intentar"

"Cuando una mujer sufre el ataque a su dignidad y a su honra, no debería relegar la denuncia de la agresión y ocultarla por temores o intereses. Si ha sido víctima de un asalto, lo debe denuncia a tiempo y no después de años". (Refiriéndose al caso Weinstein y otros abusos en el mundo del cine)

(Claudia Cardinale)

Claudia CardinaleActriz italiana, aunque nacida en Túnez, el 15 de abril de 1938. De padres oriundos de Sicilia, ganó un concurso de belleza tunecino cuando tenía 19 años, lo que dio entrada para comenzar ese mismo año a participar ya en una película junto a Omar Sharif, destacando al año siguiente, en 1958, en ·"Rufufú", un film de éxito que protagonizaba Gassman y Mastroianni. En 1966 se casó con un famoso productor italiano, quien la llevó a la cima del estrellato al protagonizar "Hasta que llegó su hora", de Sergio Leone, junto a Henry Fonda y Charles Bronson. Tenía entonces 30 años. Luego su carrera continuaría, alternando etapas más o menos notables con algunos altibajos, hasta el 2020 en que a sus 82 años que protagonizaría una miniserie para la televisión. Es conocida su espectacular belleza latina, privilegio que le permitió explotar papeles de mujer sensual y de carácter, compitiendo en su época con actrices como Sophia Loren, Gina Lollobrígida o Virna Lisi. Un sex-symbol curiosamente oculto en una voz que siempre era doblada a causa de su acento francés y su timbre ronco que no encajaba en los diálogos. Fue Fellini, quien decidió recuperar su propia voz a partir de aquel mítico "Fellini, ocho y medio", característica que le daba más personalidad.

Claudia Cardinale en su imagen en "blanco y negro"
Claudia Cardinale vive en París desde hace más de 30 años, aunque ella sigue reclamando su "italianidad". De su vida privada, además de su matrimonio con el productor de cine Franco Cristaldi y del que se divorció 9 años más tarde, estuvo viviendo con el director de cine Pascuale Squitieri desde 1975 hasta 2003, con quien hizo 11 películas y de quien ella misma confesó que fue "el único amor de su vida".

Implicada en numerosas causas humanitarias, se le conoce bien por su defensa en los derechos de la mujer y del colectivo gay. En cuanto a sus relaciones sentimentales, escribe Soraya Melguizo en El Mundo en abril de 2018 que, aparte de las dos parejas conocidas que tuvo, se sabe que se vio envuelta en un devaneo muy pasional con Warren Beaty en 1963 cuando ella tenía 24 años y cuya relación duró dos años. Ella misma reconoce que tuvo amores con Alain Delón entre 1965 y 1968,además de sus flirteos con Burt Lancaster, Jean Paul Belmondo y de Marcelo Mastroianni, quien él mismo dijo poco antes de morir en un documental que estuvo "locamente enamorado de ella". Incluso tuvo un affaire con el Jacques Chirac, el que fuera presidente de FranciaEn cuando a su frustrado romance con Marlon Brando, ella misma confesó que quiso seducirla presentándose una noche en su hotel y ésta le cerró la puerta. Luego reconoció su equivocación y se arrepintió, pensando "¡qué estúpida he sido!"

Claudia y sus amores. Izquierda: con Franco Cristaldi (66-75), Alain Delon (65-68), Marcelo
Mastroianni (63-64). Derecha: con Warren Weaty (62-63) y con Pascuale Siquitieri, su pareja
desde 1975 al 2003
Uno de los episodios más luctuosos de su vida fue la terrible violación que sufrió cuando sólo tenía 17 años y cuando aún vivía en Túnez, relataba Manuel Román en "Chic" en abril de 2018, y cuyo suceso se hizo público -continúa Roman- cuando el productor Cristaldi se casó con ella y adoptó al hijo que había tenido fruto de aquella agresión, aunque durante años pasaría como un hermano suyo. Del autor de aquella violación sólo se supo que fue un desconocido mucho mayor que ella, que la llevó engañada a una casa de campo para forzarla. Claudia quedó traumatizada y ella misma confesaría que le quedarían secuelas psicológicas para el resto de su vida. Otro hecho desafortunado por el que tuvo que pasar fue el del enfrentamiento y escándalo que se originó cuando Catherine Deneuve, pareja de Marcelo Mastroianni entonces descubrió que éste la estaba engañando con Claudia y supo que había un romance en secreto con ella. Al parecer Deneuve se enfrentó públicamente a Cardinale, ante la presencia de testigos del altercado que vieron cómo llegaron a las manos y viéndose obligados a separarlas

De su carrera profesional, según las antologías filmográficas, parece que Cardinale pudo rodar unas 150 películas a lo largo de sus 60 años de actividad, lo que supone un record en una actriz de cine italiana. Entre 1960, cuando rodó "Rocco y sus hermanos" y 1963, en que protagonizó "Ocho y medio", la actriz se convirtió en la estrella imprescindible del cine de la época. Por entonces, Hollywood la reclamó y -continúa Melguizo en "El País"- respondió: "He hecho muchas películas en América pero ellos quería que me que me estableciera a vivir allí y yo no quise Les dije que era europea y sólo quería vivir en Europa".

Claudia Cardinales en 5 de sus interpretaciones: "Rocco y sus hermanos", "La chica
con la maleta" , "Juventud corrompida", "La calle del vicio" y "El gatopardo"

La filmografía de Claudia Cardinale es tan  extensa como brillante, al menos en su época dorada, en la década de los 60. De ella, después iniciarse en 1958 con algunos repartos poco notables, ese mismo año consigue un papel importante en una película de Mario Monicelli, junto a Vittorio Gasman y Marcelo Mastronianni. Su título, "Rufufú". Se trata de una comedia de atracos en "blanco y negro", concierta dosis de fantasía y con un ritmo brillante. Resulta una parodia de "Rififí". "Entertainment Weekly" escribía: "Big Deal" parodia todo el género y aunque está grabada con el mejor estilo de neorrealismo italiano, está llena de gags que reuerdan a Chaplin y Keatron". Después de aparecer en "Un maldito embrollo", en 1959, un drama en blanco y negro sobre crimen, comienza ya en los 60 con sus mejores trabajos. En 1960, la actriz protagoniza cuatro películas. "Juventud corrompida(film completo), "Austerlitz", ésta con Orson Welles y Jack Palance, "El bello Antonio", y "Rocco y sus hermanos", un film de Luchino Visconti y con el que éste descubre el talento incipiente de la actriz. La película, protagonizada por Alain Delón, Renato Salvatorio y Annie Girardot, que desarrolla un melodrama crudo sobre la pobreza social, es una obra maestra del neorrealismo y que obtuvo un BAFTA y otros premios europeos. "Una perturbadora y desesperante epopeya del alma. Una película tan auténtica como ambiciosa, un clásico que es tan adepto a contar historias individuales como a trazar grandes paralelismos" (Kenneth Turan. "Los Ángeles Times").

La actriz, interpretando cinco escenas diferentes de la película "Fellini, 8 y medio"

Indudablemente, como ya decíamos, la década de los 60 fue la etapa más prolífica de su carrera y la más destacada. En ella se encuentran algunas de las obras maestras del cine italiano. En 1961 destacan "La calle del vicio" (film  completo), un drama sobre prostitución en "blanco y negro", en el que comparte reparto con Jean-Paul Belmondo, y "La chica con la maleta", un drama sobre adolescencia, también en formato en blanco y negro, y que fue premiado en Cannes y con un Donatello. En 1962 destaca "Senilidad(film completo), de Mario Bolognini, drama en B&W y que fue premiada en San Sebastián. 1963 es el año de su consagración ya como estrella del cine italiano. Le preceden dos títulos de éxito. Uno es "La pantera rosa", una comedia policíaca de producción norteamericana de Blake Edwards que protagoniza junto a Peter SellersDavid Niven, Capucine y Robert Wagner. El otro film, "El gatopardo", un drama ambientado en el siglo XIX que dirige el maestro Luchino Visconti y con Burt Lancaster y Alain Delon en el reparto. Obra maestra del cine europeo de los 60 y de muy profunda reflexión sobre la decadencia de la aristocracia y la desaparición de su clase social. Dave Kehr escribe en "Chicago Reade": "No es sólo la mejor película de Visconti, sino una obra que trasciende a su creador, logrando una sensiblidd y una inteligencia que no están en sus otras películas". Por su parte, Bosley Crowther, de "The New York Times", dice: "Una asombrosa visualización de un estado de ánimo melancólico en el fin de una época".

Claudia, musa de Fellini y eterno amor de Mastroianni 
Y es "Fellini, ocho y medio (8
1/2)"también producida en 1963, el mejor film en el que participa Claudia Cardinale. Una comedia dramática surrealista, considerada obra de culto, dirigida por Federico Fellini y personificDado dentro de la misma película por un maravilloso y genial Marcelo Mastroianni, también con Anouk Aimée en el reparto y con una excepcional música de Nino Rota. Una obra de arte absoluta que despliega el mejor talento del realizador italiano en cada uno de sus fotogramas. El crítico Roger Ebert llego a decir: "8½ es la mejor película sobre cine que se ha hecho. Todas las imágenes (reales, recordadas, inventadas) se unen en una de las películas más estructuralmente consistentes de Fellini". "Hilarante y acumulativamente, maravilloso e inventivo", "Obra maestra del máximo soñador del cine. Un equilibrio perfecto entre la fantasía y la realidad", fueron otras críticas extraídas de "FilmAffinity". Mientras que Bosney Crowther escribió: "Una pieza de entretenimiento dotada del reto de un fascinante juego intelectual y que establece un ego laberíntico para los que se atreven a reflexionar y explorarlo, entregando algunas elegantes joyas de ingenio y sátira por el camino".

En la parte superior, escenas de "Los profesionales y "La pantera rosa". En inferior,
tres fotogramas de "Hasta que llegó su hora"
La contribución de Cardinale al cine en la década de los 60 tuvo destacados títulos, tales como "Los indiferentes" (1964) 
(film completo), con Rod Steiger, "Sandra" (film completo), (1965) , un retorcido y sórdido drama del maestro Visconti, "Los profesionales" (1966), un western con secuestro, dirigido por Richard Brooks, con Burt Lancaster, Lee Marven y Robert Ryan, y que fue nominado a 3 Oscar. "Una rosa para todos" (1967), con Nino Manfredi en el reparto. "El día de la lechuza" (1968) (film completo), con Franco Nero, un thriller de mafia. Y sobre todo, "Hasta que llegó su hora" ("Once upon a time in the West"), (1968), un western dirigido por Sergio Leone y con Henry Fonda y Charles Bronson en la cabecera de reparto. Considerado uno de los 3 mejores western de la historia del cine. Con un muy largometraje, sin perder su clave épica, con una de las bandas sonoras más acertadas que compuso el genial Ennio Morricone, y el mejor trabajo interpretativo de Claudia Cardinale, en el momento más erótico de su carrera. El film resulta imprescindible aún para quienes no les gusta el cine de oeste y es de esos que no importa volverlo a ver desde esos primeros diez minutos en que ya quedas atrapado hasta el final. Kim Newman dijo: "Nadie ha hecho un western mejor desde entonces". Por su parte, Phiilip French escribió: "Una elegía violenta y poética que conecta una historia de venganza". En definitiva, la película es todo un homenaje que el mismo Leone se hizo él mismo a las características y efectos que le hicieron único y famoso.

A la izquierda: la actriz en "Jesús de Nararet, en el papel de "la adúltera". Debajo, una escena de
rodaje. A la derecha: dos escenas de "Libertad... amor mío" y en "Y ahora... damas y caballeros"
En la década de los 70, Claudia sigue trabajando de forma ininterrumpida, aunque alternando su perfil con trabajos menos notables. Los realizadores para quienes fuera su musa ya no la dirigen. Sin embargo, Luchino Visconti cuenta con ella para su filme "Confidencias" (1974), con Burt Lancaster, Silvana Mangano y Helmut Berger en el reparto, un drama sobre homosexualidad que por cierto fue premiado aquel año en Valladolid con la "Espiga de oro". Como título más destacados de esta etapa podemos citar a "Libertad, amor mío" (1976)
(film completo), de Mauro Bolognni, un drama político ambientado en los años 30-40, "La fuerza del silencio" (1977), de Pascuale Squitieri y con Giuliano Gemma, un thiller de mafia y crimen, y "Jesús de Nazaret" (film completo), una superproducción anglo-italiana dirigida por Franco Zeffirelli y con un reparto estelar, con Robert Powell, James Mason, Rod Steiger, Michael York, Anne Bancroft, Peter Ustinov, Laurence Olivier y Anthony Quinn, entre otros. El argumento es un drama bíblico sobre la vida de Jesús de Nazaret y en el que Cardinale hace el papel de Magdelena.

En la década de los 80 no encontramos títulos que puedan destacar, salvo "La piel" (1981), con Marcelo Mastroianni y Burt Lancaster, un drama ambientado en la II Guerra Mundial, o "Enrique IV" (1984), también con Mastroianni. En los 90 hallamos una producción francesa, "Mayrig" (1991), un drama sobre inmigración y en la que tiene a Omar Sharif como compañero de reparto. Luego, también junto a Sharif rueda "Calle Paraíso 588" (1992), un drama, nuevamente de facturación francesa. En 1995 Cardinale participa en una curiosa y deliciosa película tunecina, "Un verano en la Goulette". Luis Martínez, de El País, escribe: "Luminoso viaje nostálgico a la tolerancia. 3 amigas de religiones y culturas distintas deciden perder la virginidad el mismo verano".

Claudia en una de las escenas de "El artista y la modelo", que dirigió Fernando Trueba
A partir ya de la década del 2000 son ya contados los trabajos significativos de Claudia Cardinale. Quizá, podríamos destacar "Y ahora... damas y caballeros" (2002), de Claude Lelouch, más que por Claudia, que apenas interviene, por mi atracción por Patricia Kaas. que protagoniza el film y hace un gran trabajo, junto a Jeremy Irons. Pero, sobre todo, hay que citar 
"El artista y la modelo" (2012), una producción española dirigida por Fernando Trueba y protagonizada por Jean Rofhefort y Aida Folch. Un encantador y conmovedor drama en el que contemplaremos una reflexión llena de arte sobre el arte, una obra profundamente intimista y envuelta de lirismo. Y en cuanto a los últimos años de su filmografía, la actriz tiene algunas apariciones en series televisivas y en algún que otro telefilm, como fue el caso de "La ley de Julien" (2017)

En 2005, Claudia escribió "Mes étoiles", un relato muy personal
Claudia Cardinale escribió en 2005 su autobiografía y un libro, "Mes étoiles" ("Mis estrellas") en el que cuenta sus relaciones personales y profesionales con sus directores y compañeros, confesando sucesos que vivió con algunos de quienes fueron sus amantes, incluido el del intento de seducción de Marlon Brando, a quien rechazó y de lo que después se arrepintió. Claudia escribió en ese libro: "Yo era una estrella, muy joven. No tengo ningún mérito, el destino así lo ha decidido: Una estrella siempre me ha cuidado. (...) ¿Qué habría sido de mí sin Luchino Visconti, Federico Fellini, Sergio Leone, mis queridos directores italianos? ¿Qué seria de mi sin Alain Delon, Burt Lancaster, Marcello Mastroianni, Jean-Paul Belmondo, mis socios? Los vuelvo a ver todos, con su talento, su sufrimiento, su generosidad, sus alegrías. (...) Recuerdo, una cita inquietante con Marlon Brando, los extraños dones de Steve McQueen, el encuentro con Brigitte Bardot, los secretos de Rock Hudson y la conmovedora Rita Hayworth contándome en el atardecer de su vida: "Yo también era hermosa". (...) Tuve mucha suerte en mi vida, es verdad. Es hora de dar gracias a aquellos que se han interpuesto en mi camino y devolverlos a la vida. Se han unido a mi estrella protectora: Son todas mis estrellas".
                      
Se dice de la actriz que la expresión dura y arisca que mostró en una gran parte de la vida de su carrera, su ceño áspero y ceñudo, todo fueron consecuencias de las secuelas del trauma que sufrió de la violación de que fue víctima cuando sólo tenía 17 años. Ella misma cuenta en su biografía: "Salí de aquella casa desesperada y quise suicidarme. Después no sé qué pasó en mi cabeza, fue como si quisiera castigarme. Durante un tiempo, cada día sentía más dolor, más asco. Lo único que supe entonces es que aquella agresión me marcaría para siempre". También tuvo que padecer la angustia de no saber si hubiera tenido que abortar su embarazo o no. Y al final, decidió tener el hijo.

La actriz italiana fue siempre muy dada a sus apariciones en galas y acontecimientos sociales
que le permitieran vivir el momento con sus acompañantes, incluso para poder lucirse.
En la foto la vemos acompañada de Luchino Visconti y Jean Sorel el día del estreno de "Sandra".

Precisamente, en relación con el tema de las agresiones o abusos sexuales en la mujer y que fueron recientemente denunciados en los medios públicos, Cardinale se pronunció con una opinión diferente, aunque refiriéndose muy en particular a los sucesos que sacudieron a la industria del cine y que se iniciaron con el escándalo del caso Weinstein y muchos de los abusos sexuales que sufrieron algunas famosas estrellas de Hollywood, que callaron durante años y después fueron denunciaron por las mismas víctimas. El hecho es que, sobre el modo de cómo podrían haberse producido estos abusos, Claudia Cardinale procuró distinguir la dimensión del supuesto atropello y matizó. Decía que no es lo mismo sufrir el abuso cuando te llevan engañada a una situación y lugar o te intimidan o te fuerzan, con intención de agredirte, sin que puedas hacer nada para evitarlo, que acceder a ese lugar y momento propicio, teniendo en cuenta que corres el riesgo de que puedan aprovecharse de tu dignidad y tu honra. La actriz escribía: "Me parece absurdo lamentarse a veces, porque cuando entras en una habitación con un hombre es obvio que con toda probabilidad él se va a aprovechar, o al menos lo va a intentar. Pero sobre todo, las víctimas de tales ataques lo tenían que haber dicho en su momento y no mucho después. Pues la vulneración a la dignidad que una mujer pueda sufrir no debería relegarse a los temores o los intereses del momento de los hechos. Si has sido víctima de un asalto, e incluso de una agresión sexual, los hehos se deben denunciar a tiempo y no después de años".


Trueba, Aida Folch, Chus Lampreave y Claudia Cardinale ("El artista y la modelo")
Para terminar, aprovechando que siempre suelo hacerlo con alguna anécdota, quería dejar, extraído de "El País. Cataluña" y escrito por Antía Castedo el 22.09.2011, la semblanza que llevó a Fernando Trfueba a rodar en una zona volcánica de La Garrotxa, en Girona, la película "El artista y la modelo", ya mencionada, con Jean Rochefort, Aida Folch y Claudia Cardinale. Que me disculpen mis lectores, porque les voy a transcribir el texto casi completo del reportaje que hizo Castedo:

"Claudia Cardinale, a sus 73 años y con un cigarrillo en la mano, confesó que decidió unirse al proyecto porque le encantó el guión. Cardinale interpreta el personaje de Léa, la mujer de Marck Cros, un anciano artista desilusionado con la vida (...). Marc ha dejado de esculpir y languidece sin esperar demasiado del tiempo que le queda. Léa recoge un día de la calle a Mercé, una joven campesina que huye de un campo de refugiados. El matrimonio le ofrece vivir en el taller del escultor y ser modelo para la última obra del artista.

Claudia cautivó con su mirada, unas veces cándida, otras felina; con su sonrisa, unas veces
amorosa, otras pícara y divertida; más que por la anatomía de sus curvas, como se decía.
La película se rueda en blanco y negro -
prosigue Castedoy su director quiere que la estética recuerde al cine francés de los años treinta porque, según él mismo dice, es el que le gusta. (...) "Cuando escribía el guión las imágenes que me venían eran todas en blanco y negro", explicaba Trueba. (...) El director se ha inspirado en la vida de diversos artistas,como Picasso y Cézanne, y en un libro de Josep Pla sobre el escultor Manolo Hugué. "Es una película que transmite vida", sostiene Trueba. 
(...) Y confesó que escribió el guión pensando en Cardinale, Rochefort y Folch (los otros dos actores)". Antía Castedo añadió en su reportaje que las escenas que sucedieron en la casa y en el estudio del pintor se rodaron en La Garrotxa, para lo que el equipo tuvo que restaurar una antigua masía y adaptarla al ambiente de la película.

Y esta es Claudia Cardinale, aún superviviente a sus 84 años, todavía activa como hemos visto en la referencia anterior de su película de hace pocos años. La actriz de origen siciliano ha trabajado con los mejores directores del cine italiano. Sin perfil encasillado alguno, dominó la comedia, el drama, el western. Ha cautivado con su mirada, unas veces cándida, otras felina; con su sonrisa, picara y divertida, aunque en ocasiones, amorosa y sugerente; con su imponente melena oscura. Ha seducido con las curvas de su anatomías, y que la hicieron una de las actrices latinas más sexys de la historia del celuloide. Durante un tiempo se hizo popular por su look con aquellos mini vestidos estilo años sesenta, combinados con detalles de leopardo, generosos escotes y con aquellas perlas tan llamativas.

Claudia en las obras maestras en las que, quienes fueron sus maestros y valedores, la dirigieron:
Arriba, "Fellini, 8 y medio" (de Fellini) y "El gatopardo" (de Visconti). Debajo, "El gatopardo"
y "Hasta que llegó su hora" (de Sergio Leone)
Pero sobre todo, más que el hechizo de su mirada, el magnetismo de su sonrisa y el atractivo sugerente de su sensualidad, siempre nos cautivará su fuerza interpretativa en esos personajes que marcaron escenas inolvidables. Ella misma dijo en su libro "Mes Étoiles": ¿Que habría sido de mí sin Luchino Visconti, Federico Fellini o Sergio Leone? Visconti ya predijo que sería una gran estrella cuando empezaba y la dirigió en 1960 en un corto papel en "Rocco y sus hermanos". No se equivocaba; tres años más tarde la actriz, en el papel de Angélica, hacía una interpretación absolutamente memorable en "El gatopardo", la mejor película costumbrista, de época, de la historia del cine, decía el crítico Mario de la Rubia. Y añadía:"Visconti, el director más elegante en lo que se refiere a la puesta en escena, tanto en decorados y vestuarios, como en fotografía". Por su parte, Fellini consiguió de Cardinale para su film "Fellini, 8 y medio" en su personaje de Claudia un trabajo tan impecable como el que realizó el mismo Mastroianni. También decía Mario de la Rubia: "Fellini, 8 y medio", no sólo es una obra maestra, sino una obra de arte, sin duda una de las 10 mejores películas de la historia". En cuanto a Leone y en su película "Hasta que llegó su hora", otra obra maestra del cine y uno de los mejores western de la historia, si no el mejor, Claudia en el papel de Jill, supera incluso el lucimiento interpretativo de Henry Fonda y Charles Bronson, como también añade de la Rubia. En definitiva, Claudia Cardinale queda inmortalizada con esos tres míticos papeles: "Angélica", "Claudia" y "Jill".
Ángel González "Rusty Andecor"
Algunos de los primeros planos de Claudia desde que tenía 18 años hasta su etapa más madura